El pequeño pueblo andaluz con más investigadores altamente citados del mundo

Francisco Herrera (20-03-1966) este hecho lo denominaría un «cisne negro», título del libro de Nassim Nicholas Taleb, para describir «el impacto de lo altamente improbable». En su libro Taleb dice que el hecho es una rareza, produce un impacto tremendo, y tercero, la naturaleza humana hace que cada persona invente explicaciones de su existencia después del hecho, con lo que se hace explicable y predecible. Jódar es el pueblo de los olivos, de los jornaleros que salían a la calle a luchar por sus derechos y de los investigadores altamente citados. Lo primero era lo probable, lo de los investigadores no lo era, pero se ha convertido en una realidad.

La aplicación de la Inteligencia Artificial que utilizaría Francisco Herrera para explicar esta eclosión sería la teoría de detección de anomalías para detectar las variables que hacen de Jódar un pueblo singular para esta rareza. «Es un cúmulo de coincidencias, hasta llegar a este punto, y por supuesto un enorme trabajo de todos para conseguir realizar una investigación que es reconocida internacionalmente por otros autores para ser altamente citada», razona Herrera que fue el primero en llegar a la Universidad granadina a estudiar Matemáticas.

Enrique Herrera-Viedma (30-05-1969) empezó Telecomunicaciones en Madrid, pero pronto cambió las tierras madrileñas por las granadinas. Animado por Francisco Herrera vino a hacer Informática. Recuerda los famosos ordenadores Spectrum con los que comenzó a programar en el instituto. La informática para él entonces era programar en ordenadores y echar un rato de juego.

Francisco y Enrique, los Herrera como les dicen ahora en la UGR, comparten apellido, pero no son familia. Aunque se conocen desde pequeños. Para Enrique, Francisco ha sido su referente. «Nuestras casas están en dos calles próximas, a unos 200 metros. Hemos jugado a las canicas, al churro, al fútbol en mi calle, la calle Altozano. Hemos compartido novelas del oeste, Francisco era un gran lector de novelas de Marcial Lafuente Estefanía, y me pasaba un montón. También muchos momentos en el Club de Ajedrez de Jódar, del que somos socios fundadores bajo la tutela de nuestro maestro de ajedrez don José, y hemos participado en muchos torneos locales y provinciales junto con otros amigos del pueblo, Francisco Ortiz, Antonio Caballero y José González Parra. Todos los domingos bien temprano nos íbamos a jugar torneos de ajedrez por la provincia, pasábamos horas y horas jugando al ajedrez», relata.

Ya con Francisco en la Universidad y Enrique aún en el instituto, compartían espacios en la casa de la cultura de Jódar, dando clases particulares durante el verano a sus vecinos; Francisco de recuperación de matemáticas a chicos de instituto y universidad y Enrique de inglés y matemáticas a los del colegio. De aquellos meses estivales recuerda, también, Enrique las charlas en la casa de Francisco con la madre de éste, Juana. Se da la circunstancia de que tanto Francisco como Enrique perdieron a sus padres de pequeños.

Mil y una anécdotas guardan de sus etapas en la Universidad granadina. Compartieron piso en Granada cuando Enrique vino a estudiar. En ese piso estaba también Francisco Chiclana, que ahora es catedrático de Ciencias de la Computación en la Universidad de De Monfort (UK) y también en la actualidad miembro de su grupo de investigación y uno de sus colaboradores en la UGR, que es autor altamente citado. Es de Rus (Jaén).

Francisco Javier Cabrerizo Lorite (8-02-1983) quería estudiar arquitectura o química cuando era pequeño, pero poco a poco le fue interesando la informática por la que se descantó finalmente. Vino a la UGR, de eso no tenía duda. A Francisco y a Enrique los conoció cuando ya estaba en los últimos años de carrera. «La verdad es que cuando empecé a estudiar no sabía que había dos profesores de Jódar que daban clase aquí», rememora. Después, desde la tesis ha trabajado codo con codo con ellos. Más con Enrique con quien ha hecho viajes para participar en actividades científicas. Tiene muchas anécdotas de las estancias en América y Asia. De que su pueblo tenga tantos investigadores en esta área para Cabrerizo es «un misterio», pero a su juicio «demuestra que con trabajo y entrega, se pueden conseguir muchas cosas».

Para los tres Jódar es «nuestro pueblo», dos palabras que lo definen todo. Van todo lo que pueden (que en ocasiones no es mucho). Allí tienen familia. Los Herrera no dudan en asegurar que seguirán despertando todas las vocaciones investigadoras que puedan entre los galduriense y el resto de jóvenes sean de donde sean. Ellos son profetas en su tierra. Reconocidos y requeridos para pregones, charlas y echar una mano en lo que puedan.

Discípulos tienen ya en diversas universidades. Un detalle más sobre la relación de Jódar con las Ciencias de la Computación y la Inteligencia Artificial. Además de los tres investigadores altamente citados, ya mencionados. De este pueblo es María José del Jesús Diáz, catedrática de esta disciplina en la Universidad de Jaén (su director tesis fue Francisco); Antonio Gabriel López-Herrera, profesor titular de la UGR (su director de tesis fue Enrique); y Cristóbal Carmona, profesor titular de la UJA (su directora de tesis fue MJ Jesús). Los Herrera se puede decir que han creado escuela y en ella tienen una gran presencia gentes de su tierra natal. También los hay otros pueblos, Francisco Herrera ha dirigido ya 51 tesis, por ejemplo.

Ellos se acuerdan de los maestros que marcaron su trayectoria en el colegio e instituto del pueblo. Cabrerizo recuerda a doña Paquita y a don Antonio, maestros ambos del colegio Arroquia Martínez. Enrique Herrera menciona a Antonio López Caballero (él ha dirigido la tesis a su hijo, Antonio Gabriel López-Herrera que hoy es profesor en la UGR) y Miguel Gámez Parejo en cuarto y quinto de EGB. Y en el instituto don Lucas Alados y doña Constanza. Francisco Herrera tiene en su lista también a don Lucas Alados, doña Lola, Paco Zaragoza y Antonio Cruz.

En aquellos tiempos en los que asistían a sus clases, en las aulas y calles de Jódar no se escuchaba hablar de Inteligencia Artificial ni minería de datos. Ahora, los tres investigadores altamente citados han puesto en el tablero a su pueblo en el mundo de esta tecnología que está llamada a convertir la economía y el mundo.