Mercado defiende que es «el momento» de hacer una «decidida apuesta» por las infraestructuras

Le entregó,  Aranda a Mercado, el birrete (negro), la medalla y el bastón de mando. Gobernará durante los próximos seis años y lo hará para las personas y retomará las obras en los campus para acabar con las necesidades de espacio.

Antes, en la atención a  los medios de comunicación, Aranda destacó que la Universidad granadina está «en buenas manos». Subrayó la «bondad inteligente» de Mercado  (que formó parte de sus equipos en los dos mandatos) y que sabe lo que significa servicio público. Y añadió que con el nuevo rector se consuma el relevo generacional porque «yo soy la última de aquel grupo de PNN».

En el acto protocolario, Aranda, que estuvo muy emocionada, recibió un gran aplauso del auditorio en el momento que el rector reivindicó que «deja un legado impagable de transformación en la institución y que ha puesto al servicio de la sociedad todo el potencial formativo y de generación del conocimiento que nuestra universidad ciudadana es capaz de generar». Repasó los momentos buenos y los difíciles y le dio «gracias infinitas por tu inmensa generosidad».

El consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos, también tuvo halagos para Aranda a quien describió como «una gran profesional y persona» así como un «referente para todos».  El consejero y el rector fueron los únicos que pronunciaron discursos.

El responsable político tendió la mano a la Universidad granadina y su nuevo máximo mandatario. Antes dijo que la UGR es donde siempre miran cuando hay indicadores y rankings porque es considerada como una de las mejores del mundo. Refirió que la institución universitaria genera el 8% del PIB provincial. Y, aludió al nuevo plan de financiación y mapa de titulaciones.

El rector fue directo en los propósitos. Marcará el camino para que desde la innovación en la gestión se alcance una Universidad «más ágil, más simple y flexible». Y fue claro al decir que «ha llegado el momento de hacer una decidida apuesta por las infraestructuras» y en este caso en los campus para acabar con los problemas que acarrean en facultades y escuelas así como otros centros de trabajo.

En ese listado de necesidades (que no mencionó) están la Escuela de Informática, las facultades de Relaciones Laborales, Trabajo Social, Filosofía, la construcción del nuevo edificio de Odontología en el PTS o un nuevo aulario en Cartuja. Son solo algunos ejemplos. Según manifestó apostarán por un plan de infraestructuras sostenible y que «empiece a dar soluciones efectivas a los problemas de los distintos campus». A lo que añadió que apostarán por los proyectos transformadores, pero «sin comprometer la prioridad básica de dar repuestas a las necesidades de nuestros campus y de nuestros centros».

Los proyectos transformadores a los que se refiere y en los que el compromiso es firme son el Ifmif-Dones, el ecosistema de Inteligencia Artificial o la Azucarera. Puso al servicio de la sociedad el liderazgo científico de la Universidad granadina. La Universidad y la ciudad son, a su juicio, «una realidad institucional indisoluble, porque ningún proyecto de ciudad se entiende sin su dimensión universitaria, como ninguna actividad de la UGR puede pensarse sin su repercusión en su entorno ciudadano».  Reiteró «nuestra lealtad y compromiso» con la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, presente en el acto.

No solo con la ciudad, dijo que serán «fieles aliados de cualquier institución que nos proponga proyectos de futuro». Habló de los compartidos con la Diputación como el Geoparque así como la colaboración estrecha con el Madoc, el Patronato de la Alhambra, PTS, Parque de las Ciencias, Sierra Nevada, CGE, Cámara de Comercio, colegios profesionales, entre otros.

Les volvió a pedir a los políticos que crean en las universidades y las sitúen en las agendas. Y reclamó, de nuevo, un modelo de financiación «estable» a la Junta. La tarea e impacto internacional de la UGR también estuvo muy presente.

Enfatizó que la verdadera razón de ser de «nuestra institución son los estudiantes». Todo su discurso volvió a estar salpicado de la defensa de la Universidad  pública. «La Universidad es y debe seguir siendo un instrumento de garantía de igualdad de oportunidades, un espacio de libertad y de pensamiento crítico, de tolerancia y dialogo, un instrumento para inventar el futuro».

En su alocución repasó retos «importantes» como rejuvenecimiento de la plantilla; adaptación a la Ley Orgánica del Sistema Universitario; mapa de departamentos; y todo en una empresa colectiva en la que «todos estamos llamados a ser protagonistas» en alusión a la comunidad universitaria en su conjunto.

Serán seis años, terminará su mandato en 2029, que le llevarán a las puertas de la celebración de un cumpleaños tan significativo como los quinientos años de la UGR, que será en 2031.