El investigador de la UGR que quiere saber «cómo fue la evolución del universo tras el Big Bang»
El Consejo Europeo de Investigación concede al investigador Mikael Chala de la Universidad dos millones de euros, una de las más prestigiosas y competitivas ayudas
Mikael Rodríguez Chala (26 de mayo de 1987, Priego de Córdoba) es un investigador que vale millones. En concreto, 1,8 millones de euros. De ... los chicos listos, científico de la cantera de la Facultad de Ciencias. El estudiante que se sentaba en las primeras filas cuando estudiaba Física en la Universidad de Granada (UGR). De los que el docente se fijaba en él. Esa anécdota la cuenta un profesor suyo de la carrera y que es compañero, hace años, en el departamento de Física Teórica y del Cosmos. Lo dice el catedrático con alegría después de que el Consejo Europeo de Investigación haya concedido a Miki, como le llaman, una subvención ERC Consolidator Grant de 1,8 millones de euros. Es de las convocatorias más competitivas y prestigiosas.
Con esta ERC Consolidator Grant de 1,8 millones de euros, Chala, así es como firma junto a su nombre sus investigaciones, podrá contratar a algunos de los mejores investigadores posdoctorales del mundo con el objetivo de mejorar «nuestra descripción teórica de las denominadas transiciones de fase térmicas con el objetivo de, combinando con futuros datos experimentales de detectores de ondas gravitacionales, conocer mejor cómo fue la evolución térmica del universo tras el Big Bang».
El reto es inmenso. «Me encantaría saber si el universo experimentó una transición de fase (parecida al cambio de líquido a gas), y creo que nuestros cálculos van a ser fundamentales para ello», cuenta. Su grupo desarrolla investigación básica, cálculos que en una pizarra son difíciles de entender para el común de los mortales y que ellos escudriñan para la difícil tarea de descifrar el universo.
De pequeño (y aún ahora) este físico tenía un interés enorme por la informática, y en particular por la ciberseguridad. «Solo empecé a interesarme realmente por la física en Bachillerato, gracias a mi amigo Jordi Hidalgo (actualmente profesor titular en la Universidad de Córdoba). Desde entonces, junto con las matemáticas, se ha convertido en mi mayor pasión», rememora. Y, lo está haciendo con un enorme éxito.
Sobresaliente de media
Miki, que se licenció en 2010 con media de sobresaliente, doctor en 2014 con premio extraordinario, es ambicioso en su tarea científica. Ahora con este logro siente un «inmenso orgullo» y también como el resultado de «una odisea al mismo tiempo». Recuerda que ya concurrió a la modalidad Starting Grant del ERC hace 5 años (con un proyecto distinto), y «me quedé a las puertas de la entrevista, el año pasado pasé a entrevista, pero no fui seleccionado». Ahora, al conseguirlo dice que esto «supone también un reconocimiento al trabajo del todo el grupo de altas energías de la UGR, que en su opinión cuenta con algunos de los mejores investigadores del mundo en el campo, y los mejores estudiantes de doctorado, sin los que hubiese sido imposible obtener los resultados preliminares que han permitido justificar este proyecto».
El ERC es el programa más competitivo. «El mío es uno de los pocos proyectos financiados en física teórica en España hasta la fecha (en el histórico del programa). Se evalúa tanto la excelencia del proyecto como del investigador principal. Se compite con los mejores investigadores del mundo y la tasa de éxito es del 10% más o menos», describe.
Chala ha centrado su investigación, principalmente en física teórica de altas energías (física de partículas y cosmología). En 2014 se fue de posdoctoral a Desy (Hamburgo) durante dos años, luego un año en el IFIC (Valencia) y después dos en Durham (Reino Unido) con una beca Newton Internacional Fellowship de la Royal Society. Volvió a la UGR primero como Juan de la Cierva y luego como Ramón y Cajal en 2020. Actualmente es profesor titular.
El estudio con el que ha logrado la subvención europea, denominado 'Precise Computation of Thermal Phase Transition Parameters' (PC-TP²), desarrollará herramientas teóricas para predecir con precisión las señales de ondas gravitacionales que podrían haberse generado en transiciones de fase del cosmos temprano, similares al agua hirviendo. El objetivo final es distinguir este acontecimiento de otros fenómenos astrofísicos, utilizando datos de detectores como LIGO, Virgo y el futuro observatorio espacial LISA.
El proyecto se centra en uno de los enigmas de la física fundamental: entender cómo se comportaron la materia y la energía en los primeros instantes del universo, cuando su temperatura era extremadamente alta. La investigación parte de la hipótesis de que, al enfriarse, el cosmos pudo pasar por fases distintas de manera abrupta, liberando una inmensa energía que viajaría por el espacio-tiempo en forma de ondas gravitacionales.
El trabajo del equipo liderado por Mikael Chala, en el que participan miembros del Grupo de Física Teórica de Altas Energías de la UGR, aplicará y adaptará técnicas usadas normalmente en física de partículas para calcular con una precisión sin precedentes las propiedades de esas transiciones. Esto proporcionaría la «huella teórica» necesaria para identificarlas de forma inequívoca en los datos experimentales. En esta convocatoria, España se sitúa como tercer país de la UE con más ayudas.
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