La granadina que ha hecho la mejor tesis doctoral de España sobre el dolor

Sobre el objeto de análisis dice que es importante recordar que el desarrollo de un analgésico conlleva unos 20 años; antes de probar un fármaco en el humano han de realizarse los estudios denominados preclínicos. La tesis doctoral de Montilla se centra en el estudio de la modulación de los efectos de los fármacos opioides por los receptores sigma-1 en varios modelos murinos de dolor. «Concluimos que los receptores sigma-1 juegan un papel primordial en la modulación de la analgesia y la tolerancia opioide. Por lo tanto, estos hallazgos podrían tener interés terapéutico para el uso de los antagonistas sigma-1 como adyuvantes a los fármacos opioides. Es decir, supone una piedrecita en el largo camino que supone el desarrollo de un nuevo fármaco», especifica la joven investigadora. El área es «mecanismos de dolor», el premio Juan Abelló II concretamente es para: «Los mecanismos del dolor y distintos abordajes para su tratamiento, empleo de opiáceos, aspectos básicos y clínicos».

«Estaba trabajando en el laboratorio y un día Enrique J. Cobos, uno de mis dos directores, me comentó la posibilidad de realizarla ya que sabía que estaba interesada. El desarrollo de nuevos analgésicos es una necesidad imperiosa, conozco casos muy cercanos de personas a las que quiero sufriendo por dolor crónico artrítico, vengo de una familia de sanitarios (padre médico y madre enfermera que siempre me han inculcado el amor a la ciencia)… cuando me lo propuso ni me lo pensé», recuerda Ángeles Montilla sobre los motivos que le llevaron a elegir la temática de su investigación, en concreto de la tesis.

En esta edición de los premios de la Real Academia de Doctores de España se han concedido un total de 12 premios, cada uno en su categoría y competían 215 investigadores en total. «Mi tesis es una de las seleccionadas como mejores por la RADE este año. Como todo aquel que realiza una tesis de calidad, la clave está en ser perseverante, entusiasta, paciente y positivo. No hay que olvidar la entrega, la dedicación, así como el factor suerte. La labor de mis directores de tesis ha sido crucial, sin ellos hubiera sido imposible. Al igual que el rodearme de familiares y amigos que me han apoyado y dado alas a diario», subraya. También es modesta y agrega: «No considero ni mucho menos que mi tesis sea la mejor».

El galardón ha sido, según relata, una «satisfacción difícil de explicar con palabras y una alegría inesperada; tan solo se me vienen a la mente emociones de gratitud y cariño a todas esas personas que contribuyeron de una forma u otra al desarrollo de la tesis doctoral. Se trata de un prestigioso premio que reconoce el esfuerzo y dedicación que hay detrás del trabajo que realicé durante años».

Fueron seis años. «Si considero el primer año que lo dediqué a aprender de mis compañeros, poner técnicas a punto y formarme mientras hacía el máster de neurociencias», detalla. Su tesis doctoral fue desarrollada en el departamento de Farmacología y en el Centro de Investigación Biomédica (Instituto de Neurociencias) de la Universidad granadina y fue dirigida por los doctores Enrique José Cobos del Moral y José Manuel Baeyens Cabrera, ambos miembros del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBS Granada).

Ángeles Montilla, que es de Granada, siempre supo que adoraba la Biología, sin embargo, reconoce que «nunca supe a qué me dedicaría». Reconoce que «investigar me encanta, sin embargo, en España no es fácil. La inestabilidad laboral, los sacrificios a nivel personal y la competitividad han hecho que a pesar de que la ciencia me encante haya decidido variar mi rumbo de momento. No se apoya a la ciencia en nuestro país; tengo grandes amigos fuera a la espera de poder volver y a pesar de haberme dedicado 10 años a la misma los veo, me desilusiono y echo las manos a la cabeza al ver la pasividad de nuestra sociedad (en concreto de nuestros dirigentes)».

Por eso, esta joven que en octubre de este año 2019 recogió su premio, había tomado ya antes una decisión. La tesis en la UGR la leyó el 18 de julio de 2018. En 2018 compaginó la tesis con las clases en los institutos –se había apuntado a varias bolsas de empleo-. «Decidí al leer la tesis tomarme un respiro científico y dedicarme a la educación durante un tiempo, mi otra gran pasión (y la de mis hermanos, ambos son docentes). Actualmente estoy como profesora en un instituto público de educación secundaria –en la provincia de Almería este año- inculcando a nuestros jóvenes mi entusiasmo por la ciencia», especifica. También sigue colaborando con su grupo en la UGR, de hecho «estamos a la espera de publicar una revisión fruto de la introducción de la tesis doctoral».

Ángeles Montilla estudió la licenciatura de Biología, posteriormente el máster en neurociencias y dolor y finalmente el programa de doctorado en biomedicina. «Tengo cariño a la UGR, ya no solo por los conocimientos que me ha aportado, sino por aquellas personas que he conocido en la misma (mi marido entre ellas). Hay prestigiosos docentes e investigadores (entre ellos mis directores Enrique J. Cobos y José Manuel Baeyens); aunque he de añadir que el sistema es mejorable y ojalá desde instituciones como ésta se luche por traer de vuelta a casa a toda esa fuga de cerebros en unas condiciones dignas», requiere.

Con este premio en su casa, antes ya había sido galardonada como la mejor tesis doctoral 2019 en el campo del dolor por la Federación Española del Dolor, Ángeles Montilla recomienda a quienes vayan a iniciarse en la ardua labor de escribir una tesis que «se asesoren previamente sobre el grupo donde desean comenzar su aventura (utilizando PubMed, labvisor, preguntando, etc.) ya que se trata de un largo recorrido donde la labor de unos buenos directores y compañeros es crucial. En ese sentido, me hablaron maravillas de mi grupo y desde luego que fue todo un acierto».

Por último, sobre el reconocimiento que la sociedad hace a los doctores y la ciencia en general reflexionada que «aún hay bastante desconocimiento sobre las tesis doctorales en general; se necesita trabajar más en el acercamiento de la ciencia a la sociedad. Socialmente considero que estamos cada vez más valorados en nuestro país, aunque desde luego no se refleja en los presupuestos dedicados a ello y, por lo tanto, en nuestra estabilidad y oportunidades laborales».