«No he dado volteretas porque estábamos en clase»
El nuevo modelo de las pruebas de acceso transcurre sin incidencias en las sedes de la Universidad de Granada y con la mayoría de los alumnos relajados con las preguntas
Andrea G. Parra
Miércoles, 4 de junio 2025, 00:36
«No he dado volteretas porque estábamos en clase». «Hemos tenido suerte». «Se me han saltado un par de lagrimones al ver el examen». Son ... algunas de las frases que pronunciaron ayer, a las puertas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR), Lola, Sara, Candela y Mario, tras hacer los dos primeros exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Los cuatro han estudiado en el instituto Ángel Ganivet y hacían estas reflexiones tras los primeros ejercicios del nuevo modelo de las pruebas que abren las puertas al sistema universitario. Hay menos opcionalidad y nuevas normas en la corrección.
Confesaban que estaban contentos. Y cansados por la tensión de los días anteriores y de ayer mismo. La evaluación comenzó a las ocho y media, pero fueron mucho antes para la citación. «Podría haber sido mucho peor», asumían. Mario reía cuando decía que había estado «muy, pero que muy nervioso». Este joven quiere estudiar el grado en Física en la Universidad granadina. De nota media en el Bachillerato tiene un 9,35. Al lado, Sara, que quiere matricularse en Traducción e Interpretación en inglés, también tiene una media superior a nueve. Las dos titulaciones a las que quieren acceder suelen tener una nota de corte elevada.
En la cabeza de los más de siete mil alumnos que se examinan estos tres días bajo el paraguas de la UGR, tanto en la capital como en la provincia, Ceuta, Melilla y algunas ciudades de Marruecos, está conseguir la calificación que les permita matricularse en la titulación deseada. En la primera jornada, las evaluaciones fueron de Lengua Castellana y Literatura II, Historia de España o Historia de la Filosofía y una Lengua Extranjera –alemán, francés, inglés, italiano o portugués–.
Zofia le ponía el calificativo de «asequible» tanto a Lengua como Historia. Ella quiere estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. «Me he controlado. Sé que con los nervios no trabajo bien», comentaba. Celia, Daniel, Santiago e Inés, del colegio Ramón y Cajal, eran de los que también estaban alegres. Hoy esperan también tener suerte. Cada uno sabe lo que quiere estudiar, aunque asumen que alguno lo tendrá más complicado que otros porque en el grado en Biotecnología la nota es muy alta y una de las chicas ha mirado ya un ciclo de FP por si se queda fuera.
Del colegio Lux Mundi, Alonso, Gabi y Gloria también estaban contentos. Son solo algunos de los miles de testimonios que han estrenado una PAU que en la primera jornada la superaron unos con más alegrías que otros. Porque, como en todo, cada uno tiene su historia y sus objetivos. Para unos la nota no será el problema para matricularse en el grado deseado. Para otros, será una auténtica quimera. La UGR examinó en 34 sedes: trece en Granada capital, diez en la provincia, dos en Ceuta, dos en Melilla y siete en Marruecos. Habrá 207 correctores, más los ponentes de las materias de todas las pruebas. La puntuación obtenida en la PAU pondera un 40% y la media del expediente de Bachillerato supone el 60% de la calificación.
Anais, una luchadora con el sueño de ser profesora
La Facultad de Ciencias cuenta con dos sedes. Una es la de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE). En una de esas aulas de la sede 13 había matriculados 197 alumnos. Una era Anais, que salía muy contenta casi a la una de la tarde de los dos exámenes que había hecho. «Ya he terminado», le decía a su madre, que se llama María del Carmen. Su madre contaba que Anais nació con solo seis meses. No lo ha tenido fácil en su vida, pero su progenitora no escatimaba en elogios para decir lo luchadora que ha sido su hija. Tiene movilidad reducida. «Aquí está –dirigiéndose al aula donde se examinaba– para entrar a la Universidad. Para estudiar para ser profesora».
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