Los comedores de la UGR sirven 400 comidas al día, frente a las 3.000 de antes de la pandemia

El refugio culinario donde miles de universitarios saciaban su apetito no ha escapado a las zarpas de la pandemia. Uno de los servicios mejor valorados de la Universidad granadina tuvo que cerrar sus cocinas el curso pasado, en marzo, y de nuevo este año académico. En 2020 acumula más meses cerrado que abierto. Las clases de la Universidad granadina desde el 15 de octubre son online salvo algunas prácticas.

En las sucesivas prórrogas y medidas restrictivas ha habido, no obstante, una pequeña parcela que se ha salvado de este cerrojazo. La institución universitaria granadina sigue dando servicio a los colegiales del colegio mayor Isabel la Católica, en el campus Centro, y a los residentes de la residencia Carlos V, en el campus de Cartuja. Hay un tercer colectivo, que son los becarios de este servicio, que pueden solicitar la comida para llevar a través del sistema de acceso identificado de la institución universitaria e ir al Carlos V a recoger su menú.

En el caso de la residencia Carlos V la media de menús diarios es de 180, en el colegio mayor Isabel la Católica, que pertenece a la Universidad, son 120 y para los becarios, 100. Una media de 400 comidas diarias. Una cifra muy lejana a los más de 2.560 usuarios diarios de promedio en el curso 2017-2018, por ejemplo, tal como recoge la memoria de gestión. A esta cifra se sumaba más de 440 menús cada jornada para llevar.

Los comedores de Aynadamar, PTS y Fuentenueva están cerrados. El de Fuentenueva, que es el de referencia, congregaba cada jornada más de 1.100 comensales. Le solía seguir Carlos V, que daba de comer a más de 700 personas entre residentes, estudiantes y trabajadores de este campus. PTS y Aynadamar estaban cerca de los cuatrocientos cada uno.

En los últimos cursos los comedores habían recuperado clientes tras la incidencia de la crisis económica anterior y la pérdida de alumnos de la Universidad granadina. En la comparativa entre el 2017-2018, en el que se sirvieron 322.761 comidas en las sedes, con 2018-2019, que se vendieron 349.053, es importante la subida; 26.292 servicios más, concretamente. Son datos de la memoria de gestión de la Universidad. En lo que respecta a la comida para llevar, el curso pasado se contabilizaron 62.486 y en 2017-2018 fueron 56.564. El comportamiento ascendente fue también destacado.

Esos números se vieron reforzados con la tendencia que se registró en el primer trimestre del curso 2019-2020. De septiembre a diciembre en los comedores vendieron 141.916 menús. Se distribuyeron en Fuentenueva 67.134 (frente a 1.116 en el mismo periodo de 2018); Cartuja, 37.705 (por 37.263) ; Aynadamar, 18.713 (por 20.614); y PTS, 18.364, frente a los 16.381 en el mismo espacio de tiempo del curso anterior. Todas estas estadísticas se rompieron a mediados del mes de marzo de este 2020 cuando la UGR pasó de docencia presencial a on line y los estudiantes se fueron a sus hogares. No volvieron a los campus durante el resto del curso.

El de la UGR es el único comedor regentado por una Universidad en toda España. La rectora Pilar Aranda, antes de la pandemia, defendió en reiteradas ocasiones que mantendría este servicio pese a los debates y requerimientos en las reuniones con los políticos y con los gestores de otras universidades andaluzas. Los comedores de la UGR suponen cada año un gasto de unos 5 millones de euros.

El precio del menú es de 3,5 euros en los comedores y 4 euros en comida para llevar. Es una de las cuantías más competitivas en todo el territorio nacional (y no solo en las universidades).

La pandemia pone a prueba a este servicio desde hace meses. De momento, mantienen los 400 menús diarios, que se podría decir que son los de la resistencia.

Mientras tanto otros servicios como las salas de estudio o las bibliotecas, salvo algunas excepciones con cita previa, están cerradas.