La música 'aborda' el Observatorio

El Observatorio de Cartuja está habitado. «El edificio que no se habita se arruina», defiende el director del departamento de Historia y Ciencias de la Música, el catedrático Antonio Martín Moreno. Empezaron el traslado en el mes de octubre de 2016. La mudanza se hizo tras un año académico, el pasado, en el que diferentes academias y un grupo nutrido de profesores y científicos denunciaran en un escrito el desmantelamiento del Observatorio de Cartuja. La reivindicación se centraba en que el llamativo inmueble se convirtiera en museo.

A principio de 2017, el Observatorio, que ya no acoge esas tareas científicas, recibe a profesores y alumnos, que van a hacer algunas consultas a los docentes. Se conservan los dos telescopios principales de grandes dimensiones. Uno de ellos de 1887. El resto de patrimonio, indica el vicerrector de Extensión Universitaria, Víctor Medina, está en el edificio Politécnico, sita en el campus de Fuentenueva; en el Instituto Andaluz de Geofísica, situado en Cartuja, pegado al Observatorio, incluso se ve desde las 'terrazas' algunos de los instrumentos que antaño estuvieran en el ahora espacio para docencia e investigación musical; Parque de las Ciencias, muy pocas piezas; y en el almacén de patrimonio que posee la institución universitaria en Ogíjares.

Atrás quedó el Museo del Observatorio de Cartuja. El rector David Aguilar convocó un concurso nacional para elaborar un proyecto en 2007. El vicerrector del equipo de Pilar Aranda, actual rectora, dice que cuando llegaron ya estaba planificado que se mudaran a la zona más alta del campus de Cartuja los docentes de Historia y Ciencias de la Música. Medina apunta, además, que un museo es «muy costoso» de hacer y más de mantener.

El vicerrector, el director del departamento que se ha mudado, y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, José Antonio Pérez Tapias, recuerdan que el inmueble estaba cerrado y en no muy buenas condiciones. Con la nueva actividad, se revaloriza. Martín Moreno ya prepara para primavera unas jornadas musicales que estarán abiertas a toda la sociedad. «Si el edificio sigue cerrado, acaba cayéndose», defiende. Las zonas más reformadas han sido las 'añadidas'. Aún quedan algunas actuaciones pendientes. En el pabellón anexo se dará cobijo a un laboratorio de música.

Asimismo, Martín Moreno defiende la relación entre la música y la astronomía aludiendo a San Isidoro de Sevilla (Cartagena, 556-Sevilla, 636), patrón de la Facultad de Filosofía y Letras, que dedica los tres primeros libros de sus 'Etimologías', a las siete disciplinas liberales, tres de las cuales, 'Gramática', 'Retórica' y 'Dialéctica', constituían el Trivium, y las otras cuatro, 'Aritmética', 'Geometría', 'Astronomía', y 'Música' el Quadrivium.

«La parte referente al estudio musical del libro III de las Etimologías se considera como un perfecto tratado de música, que San Isidoro define como 'El arte de medir los sonidos y los cantos, y se llama música porque proviene de las musas, Ars musica', concibiendo a la Música como la Ciencia de todas las Ciencias al afirmar que 'Sin la música, ninguna disciplina puede ser perfecta, puesto que no puede existir nada sin aquella. Se dice que el Universo se mantiene unido gracias a determinadas armonías sonoras y que los propios cielos permanecen en rotación gracias a ciertas modulaciones armónicas'», rememora.

Muy deteriorados

«Los despachos estaban hechos con anterioridad porque estuvo ocupado el Observatorio por otros departamentos de manera intermitente. Lo que se ha hecho ha sido remodelarlos y rehacerlos de nuevo restaurando esos espacios porque estaban muy deteriorados», detalla Martín Moreno.

En total son doce despachos: tres compartidos por varios profesores e investigadores y nueve despachos individuales. Actualmente. el personal del departamento está constituido por catorce profesores, cinco becarios y un administrativo.

El personal del departamento de Música tiene su nuevo espacio, pero catedráticos de la propia Universidad y diferentes academias dejaron por escrito su preocupación por el material y porque se dejara en un cajón el proyecto de Museo.

Ya en el documento que firmaron diferentes profesores e incluso Gonzalo Arias Recalde, arquitecto autor del proyecto Museo Observatorio de Cartuja, advertían de que la sección de Físico-Químicas de la Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales de Granada, a finales de junio de 2015 dirigió una carta a la recién elegida rectora, trasmitiéndole su «preocupación» por las obras en curso y ofreciendo su asesoramiento para convertir el Observatorio en una institución «digna de su historia».

La Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias también mostró, hace unos meses, su «preocupación por las obras de acondicionamiento que se han realizado en el Observatorio de Cartuja».

Asimismo, existe un informe redactado por el académico Antonio Almagro Gorbea a petición de la comisión de monumentos y patrimonio histórico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Comienza, el informe reivindicando, que el Observatorio de la Cartuja de Granada «es una institución científica de tradición centenaria y uno de los pocos establecimientos de esta naturaleza que se conservaban en España».

Y termina especificando que la remodelación realizada recientemente para convertir la planta baja del edificio en despachos «ha supuesto un serio revés a la integridad de este legado y hace inviable cualquier proyecto futuro de uso cultural. Las obras ejecutadas no sólo han destruido el ambiente original de un edificio concebido para la ciencia, sino que han supuesto un serio deterioro de su patrimonio, parte del cual permanece en la planta alta sin que fuera adecuadamente protegido durante las obras, en tanto que otras muchas piezas y documentación han sido trasladadas, sin que se haya sabido exactamente a dónde y sin que exista la certeza de que el proceso se haya realizado con las suficientes garantías de integridad y respeto para con un patrimonio de gran valor. Estas actuaciones han sido objeto de diversas críticas por parte de distintos colectivos ciudadanos y de miembros de la comunidad científica».

Por todas estas razones, la Academia «debería hacer llegar a la Universidad de Granada su honda preocupación por las obras que se han realizado en el Observatorio de la Cartuja para su adaptación al uso como despachos de un departamento universitario sin ninguna relación con su función primigenia. Igualmente, se debe solicitar de esa Universidad que emprenda las debidas acciones conducentes a la recuperación de los valores históricos y científicos del edificio y del legado de la institución que albergaba, acometiendo cuanto antes el proyecto de su conversión en museo y velando por la conservación de toda la instrumentación científica histórica y de sus importantes archivos y biblioteca». El escrito, fechado en julio de 2016, lo hicieron llegar desde la Real Academia a la UGR y, según Almagro, no ha habido ninguna respuesta.

Patrimonio guardado

Desde la Universidad granadina se insiste que lo que había está guardado. Asimismo, dicen que quien solicite y quiera ir a ver los telescopios, por ejemplo, puede hacerlo. El edificio está catalogado por el Plan General de Ordenación Urbana de Granada y el Plan Especial Campus de Cartuja. Para hacer las obras se contó con el permiso de Cultura.

En un documento facilitado por la UGR, el de rehabilitación del Observatorio Astronómico de Cartuja y pabellón, en el estudio histórico artístico anexo al proyecto básico se recoge textualmente el Observatorio de la Cartuja, actual -en referencia a antes de 2007- Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, cuenta con una de las más interesantes colecciones de instrumentos científicos de toda la Universidad. Se trata de aparatos e instrumentos empleados en investigación astronómica, meteorológica y sísmica, la mayor parte de ellos de principios del siglo XX.

La colección cuenta con una pequeña pero representativa selección de barómetros, higrómetros y nefoscopios. Con el fotoheliógrafo Steward (05.12.02) se realizó una fabulosa serie de observaciones de estadística solar desde 1906 que se conserva en las placas de vidrio originales y cuyo exhaustivo inventariado queda fuera del presente trabajo, así como las series de bandas sísmicas y parte de su biblioteca».

Entonces se dijo, en el año 2007, que se habían inventariado 56 piezas en total, incluyendo los dos instrumentos expuestos en el Parque de las Ciencias de Granada, el Círculo meridiano Mailhat (05.12.55) y el Teodolito Salmoiraghi (07.12.56). El estado de conservación de la colección en términos generales es «aceptable».

Piezas, al igual que las mediciones, observaciones. que según el vicerrector, están en la actualidad, excepto los dos telescopios, en el almacén de Ogíjares, el Instituto Andaluz de Geofísica, Politécnico de Fuentenueva y el Parque de las Ciencias.

El vicerrector de Extensión Universitaria destaca, además, que les preocupa que se haga una lectura global del área periurbana de la ciudad en los terrenos de Cartuja. Así, tienen previsto mostrar, a la comunidad universitaria y toda la sociedad, la esencia patrimonial de Cartuja: edificios y yacimientos arqueológicos.