El Linares se despide de la Copa con la cabeza muy alta

Espectacular ambiente, ya para la historia, con el campo lleno y la afición disfrutando como nunca con la visita del vigente campeón de la Copa del Rey, con muchas de sus primeras figuras sobre el campo. No podía faltar el tradicional sombrero de Razak, esta vez un casco minero, con su luz encendida. La bola empezó a rodar y la suerte estaba echada.

Tras un par de llegadas por banda que solventaros los porteros de los dos conjuntos, llegó la primera buena para el Barcelona. De córnea la primera, centro al área y la picó Araujo, la pelota la dejó pasar Razak porque no tenía dirección a puerta. El control del balón en los primeros compases era de los azulgranas, anoche de amarillo.

A los 12 minutos se sacudió la presión Carnicer con un disparo desde la frontal que se le fue a la grada, pero la primera verdaderamente clara fue la combinación de Nico con Elias, caño incluido, y disparo cruzado del segundo que se fue lamiendo el palo.

Pero la respuesta del Linares Deportivo iba a ser demoledora, un servicio desde la derecha de Perejón, tras acción de Rubén Sanchidrían, para la llegada de Hugo Díaz, que se coló entre los dos centrales catalanes y remató de cabeza a media altura, pegado al palo, haciendo explotar a la afición con el 1-0. Sí, el milagro era posible, este FC Barcelona era de carne y hueso, y también era ganable, si no por calidad, sí por corazón.

La respuesta fue de Ilias, metiéndose hasta la cocina y centro chut blandito, que sacó Lolo Guerrero desde el área pequeña. Ahora el rey de las 31 copas debía reaccionar. Lo intentó Puig con un disparo junto a la frontal que Razak atajó por abajo. También Jutglá desde el pico del área lo intentó y la pelota fue cayendo, pero salió fuera.

El Linares no renunciaba a la contra. Hugo Díaz volvió a colarse entre los centrales para recibir un pase en largo, pero remató fuera y se hizo daño en el gesto. Era el minuto 29, iba a ser un sufrimiento continuo para los mineros, mientras el Barcelona se venía arriba con tres atacantes mínimo, aunque los minutos pasaban y no encontraban la forma de hacer daño a la defensa posicional del Linares, ajustada con el arte de un maestro relojero. Los centros volaban sobre el área de Razak, el más peligroso, pasada la media hora, lo sacó Josema junto a la escuadra.

Los minutos pasaban y el Barcelona no encontraba la fórmula, no pillaba al Linares en ningún renuncio. Aunque dejasen sólo tres hombres atrás y Alves jugase ya como mediapunta tirando desmarques, no había manera, Puig desde lejos intentaba buscar fortuna, pero sin puntería.

A la contra tenía sus oportunidades el Linares, que cada vez que tenía el balón ponía en pie a la grada. Pudo marcar el segundo fue Josema, que se había venido arriba conduciendo y rematando por abajo al primer palo, junto a la madera por fuera, un servicio de Sanchidrián.

Jordi Alba en acción personal a lo heroico quiso hacer el empate y se encontró con Lolo Guerrero al corte junto al área pequeña. El rechace para Eric García, que en el minuto 44 volvió a intentarlo desde lejos y se le fue fuera, no había manera, ni colgando centros desde la derecha buscando a los hombres altos. La última de la primera parte la tuvo Jutglá con un remate muy forzado.

Se llegó al descanso con el 1-0 y el público coreando al equipo, lo más difícil ya estaba hecho, quedaban otros 45 minutos para la gesta. Xavi Hernández puso toda la carne en el asador con la entrada de Gerard Piqué, Dembelé y Frenkie De Jong, por Araujo, Ilias y Puig.

El Barcelona salió apretando en busca del empate y a los pocos segundos Jordi Alba puso el centro raso, Jutglá no llegó al remate y la pelota salió junto al palo. Los visitantes apretaban arriba con todo en busca de recuperaciones cerca del área minera. Dembelé buscó centros desde varias distancias y Razak siempre estaba bien colocado. Alves de falta se la puso a DEmbelé, que cabeceó por encima del larguero.

Alberto González refrescó la banda zurda con Carracedo y Marín por Meléndez y Carnicer. Carracedo en la primera que tuvo, disparo lejano que atajó el meta Neto. Cuando el Linares tenía el balón, daba siempre sensación de peligro, mientras que el Barcelona lo seguía intentando el gol desde lejos.

Todo el juego ofensivo volcado por mediación de Dembelé, disparo en la frontal al cumplirse la hora. Alba también lo intentó, de fura para adentro, disparo en la media luna a la grada. En la siguiente sí acertó el francés, disparo desde el perfil derecho al borde del área, voló Razak y no llegó al trallazo con la zurda. Era el empate, pero Linarejos no se vino abajo y siguió animando con más fuerza.

El Linares lo tuvo para volver a ponerse por delante. En el minuto 21 de la segunda, a saque de esquina, jugada para la moviola, la defensa se quedó quieta y Lolo Guerrero cabeceó, Neto no despejó bien y el balón entró, gol anulado por fuera de juego. Otra llegada por banda, centro de Barbosa que se paseó y casi cazó Hugo en el primer palo.

Pero el jarro de agua fría llegó en la siguiente. Jutglá pilló a la defensa por sorpresa, se metió en el área a base de velocidad buscando el espacio y se la puso con rosca imposible por abajo a Razak. Era el 1-2 que daba la remontada a los de Xavi Hernández. Alberto González refrescó el ataque con Etxaniz por Hugo Díaz.

Dembelé seguía a lo suyo, otra acción personal, otro disparo lejano raso y Razak detuvo en dos tiempos. Nico lo intentó también y se le fue arriba. La respuesta fue de Carrazedo con uno de sus zapatazos en la frontal que se estrelló en la cruceta, botó en el césped y salió escupido del área. Se echaba las manos a la cabeza la afición minera.

Ya bajo la lluvia, Xavi reservó a De Jong y metió a Álvaro Sanz. El partido estaba precioso, de ida y vuelta. Jutglá cazó un centro largo delante de Razak, pero su remate lo estrelló en el cuerpo del meta minero. Tuvo el tercero el conjunto catalán con una acción personal de Dembelé, sorteando a la defensa y fusilando delante de la portería, pero estrellando el balón en el larguero.

En la recta final, el Barcelona prefirió mantener la pelota y hacer correr al Linares, que soñaba con cazar otra contra. En un despiste de los visitantes, acomodados, Carracedo mandó otro latigazo rozando el travesaño. Alba apuró línea de fondo en acción personal y su centro lo sacó en el área pequeña la defensa. También Álvaro Sanz mandó fuera un remate aparentemente fácil en el área.

Tres minutos de añadido. Dembelé volvió a jugársela, por abajo atajó Razak. La última acción fue para el Linares, bien defendido, pitido final y ovación para los hombres que han hecho soñar a la ciudad entera, regalando una noche de Copa del Rey que ya es parte de la historia azulilla para contar a las generaciones venideras.