El Linares debe aprender a jugar en el feudo de rivales como La Unión

Que si el campo de césped artificial, que si había pocos espacios para el juego que desarrolla el equipo, esas son cuestiones que ya se sabían en la previa que iba a ocurrir y había que estar preparado para ellas. Si el partido necesitaba un juego más directo, quizá Palacín y Müller tenían que haber jugado de inicio, y a colgar balones hasta que cacen alguna.

El caso es que José Antonio Milla apostó por un once más de toque y no salió bien. A toro pasado es fácil sacar el capote, pero la experiencia de los que vienen de esta Segunda RFEF o categorías inferiores debió notarse más en el campo durante la primera parte, porque La Unión dominó y fue el único que creó ocasiones antes del descanso.

El técnico minero comentó que el equipo se volvió con «una sensación amarga por la derrota, fue un partido en el que nos costó adaptarnos mucho. Sabíamos que el contexto era complicado a nivel de terreno de juego y de las condiciones que se dan en ese campo».

Es cierto que la cosa podría haber cambiado de no haber encajado el tanto de Karim al filo del descanso, porque luego el Linares fue cambiando la cara tras salir del vestuario. «¿En la segunda parte? Pues fue una pena encajar gol en el minuto 43 de la primera parte e irnos al descanso 1-0. Es cierto que no habíamos hecho méritos para irnos con el resultado a favor. El equipo sí que supo reponerse y hacer una muy buena segunda mitad», añadió.

La salida de Escardó fue de lo mejor, porque generó la mejor ocasión de gol del partido para los mineros, la única junto a un disparo de Rivera que se estrelló en el lateral de la red. Sí que en el centro del campo se vio más fluidez, más posesión, fruto también del pasito atrás que dio La Unión para guardar el gol y salir a la contra.

«Por momentos sí que jugamos en campo contrario bastante tiempo y fuimos capaces de generar buenas ocasiones. En consecuencia, mucho balón parado o córner, pero no nos llevamos ni un punto y es una pena», pues los goles son los que mandan en el fútbol y el Linares tuvo poca pólvora en tierras murcianas.

Aunque la afición se fue con la sensación de que los dos delanteros no tuvieron protagonismo porque no le llegaron buenos balones, para Milla sí defendió que «la entrada de escaldó Müller o Palacín nos dieron los resultados que buscábamos, no con el resultado final, que era conseguir el gol del empate, pero sí que la segunda parte el equipo hizo méritos para conseguir algo más».

El próximo partido de los azulillos será el domingo y también en horario matinal. A las 12:00 toca la vista del Antoniano, equipo sevillano que está en los puestos de cola con solo 1 puntos de los 6 primeros en juego.

Empezaron cayendo en La Línea por 1-0 ante La Balona y el pasado fin de semana supieron mantener su puerta a cero para rascar un punto ante el Villanovense en Lebrija. Ya se puede ver la carta de presentación del Antoniano, equipo rocoso al que va a ser difícil hacerle un gol. Tuvieron una primera parte igualada y dominaron en la segunda, pudieron llevarse los 3 puntos.

Esto quiere decir que su inicio liguero puede ser engañoso. El Linares en casa cambia de cara y encuentra esos espacios que se le resistieron en La Unión, lo importante esta semana es entrenar los conceptos de ataque para que el equipo llegue más y remate mejor, evitando cualquier susto en Linarejos.

Cuando toque ir a Lebrija en la segunda vuelta, el partido no será muy diferente a lo que se ha encontrado el Linares en La Unión. Esto es la Segunda Federación y el fútbol bonito no se verá todos los domingos.