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Una pareja de turistas protegiéndose del sol, con el Duomo de Florencia de fondo. AP
Italia responde al turismo masivo con la 'tasa de desembarco'

Italia responde al turismo masivo con la 'tasa de desembarco'

Además de Venecia, otros destinos clásicos como Florencia o las 'Cinque Terre' estudian gravar a los visitantes que no pernoctan, como ya sucede en Capri, Elba o Civita di Bagnoregio

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Corresponsal. Roma

Martes, 8 de enero 2019, 21:06

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Pocos lugares habrá en el mundo con una relación entre habitantes y turistas tan desequilibrada como Civita di Bagnoregio. En este precioso pueblo medieval situado a unos 120 kilómetros al norte de Roma y que se conoce como 'la ciudad que muere' debido a la erosión que sufre la colina donde se levanta, sólo viven 7 vecinos, pero cada año lo visitan más de 800.000 personas. Para tratar de frenar la invasión, esta pequeña urbe introdujo hace un lustro una tasa de acceso de 1,5 euros que subió luego a 3 hasta llegar a los 5 actuales. Fue la primera localidad italiana en recurrir a esta medida, que Venecia va a adoptar ahora para gravar las estancias sin pernoctación. Aplicará un impuesto de 'desembarco' de entre 2,5 y 10 euros similar al que que ya existe en el archipiélago de las Eolias, ubicadas al noreste de Sicilia, y en otras islas de pequeñas dimensiones como Capri o Elba.

El anuncio de que Venecia va a cobrar el acceso a los visitantes que no pasan la noche en la ciudad, conocidos en Italia como 'mordi e fuggi' (muerde y sal corriendo), ha provocado que se planteen aplicar medidas similares las autoridades de otros destinos turísticos del país, como Florencia o las 'Cinque Terre', cinco preciosos pueblos en la costa de Liguria. «Estoy de acuerdo con el tique de entrada. Sirve para equilibrar los costes para la comunidad, considerando que el funcionamiento de las ciudades artísticas recae sobre las espaldas de los contribuyentes», comentó el alcalde de Florencia, Dario Nardella, que pidió al Gobierno central «una ley igual para todas las ciudades del país». Consideró que con esta tasa se puede poner coto a los visitantes 'mordi e fuggi', tan poco rediticios para los destinos turísticos como responsables de su masificación.

«Necesitamos que los turistas de paso nos dejen recursos para invertir en los servicios, en la seguridad y en otros sectores como la agricultura o la cultura», explicó en 'Il Gazzettino' Fabrizia Pecunia, alcaldesa de Riomaggiore, uno de los pueblos de las 'Cinque Terre'. Para evitar morir de éxito, los responsables del Parque Nacional en el que están englobadas estas localidades ya cobran 7,5 euros por persona a los excursionistas que se animan a recorrer sus empinados senderos. Pese a esta medida, en fechas señaladas como Semana Santa los caminos están tan concurridos que resultan incómodos y peligrosos. Las 'Cinque Terre', donde viven unas 3.600 personas, reciben cada año más de tres millones de visitantes, una tercera parte de los cuales son chinos.

En Civita di Bagnoregio la tasa ha tenido un efecto positivo. «La nueva gestión de las afluencias turísticas nos ha permitido eliminar los impuestos municipales», comentó en 'La Stampa' el alcalde, Francesco Bigiotti. Según los comerciantes, los forasteros que acuden ahora al pueblo tienen mayor poder adquisitivo y se comportan con más civismo. Se ha creado así un círculo virtuoso que ha propiciado la apertura de 300 nuevos negocios, ubicados en su mayoría en Bagnoregio, la localidad de 3.600 habitantes de la que depende Civita. «Aquí ya no hay paro», aseguró Bigiotti.

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