Guerra total entre Hamás e Israel

El milagro de los Rosen: convencieron a los milicianos de Hamás para que no los llevaran a Gaza

«Escuchamos golpes fuertes en la puerta de entrada», ha relatado a la televisión local la pareja, que vive en la comunidad desde hace cincuenta años y ha asistido a otros momentos de tensión entre ambos bandos. Se trataba de miembros de la organización terrorista. «Le dije a Diana: ya están aquí, han entrado», recuerda Moshe.

Fueron unos minutos dramáticos. El matrimonio, escondido, oyó cómo el grupo destrozaba su casa: volcaron las mesas, rompieron las ventanas, lanzaron la vajilla... Después, descubrieron la entrada a la habitación del pánico en la que estaba la pareja y dispararon contra la puerta para abrirla. «Nos hirieron en las manos porque tratábamos de que no penetraran», explican.

Cinco milicianos los apresaron y los llevaron hacia la frontera. «Llegamos a la valla y estaba rota», cuenta los ancianos. Una vez allí «nos dijeron que nos calláramos y nos indicaron con una mano en la garganta que si hablábamos sería nuestro fin». Siguieron caminando unos metros, pero cuando iban a traspasar la frontera, Moshe y Diana se rebelaron.

«Nos atrevimos a decirles a los terroristas que simplemente no iríamos a Gaza», relatan. También les pidieron que estaban sangrando mucho y querían ir a un hospital. Hubo una discusión entre los captores y al final decidieron liberarlos. «Nos dijeron en inglés que nos fuéramos».

El matrimonio dio la vuelta y siguió caminando entre temblores. Temían que les dispararan por la espalda, pero no fue así. La suerte quiso que no estén entre los 150 rehenes que hizo Hamás en su ataque sorpresivo y siguen bajo su custodia.

Cuando los Rosen volvieron a su kibutz, se encontraron la casa arrasada. «No existía», lamentan. Tardaron un día en llegar a Jerusalén para ser atendidos en el hospital. Los médicos aseguran que se recuperarán de las heridas, aunque Moshe necesitará estar ingresado más tiempo. «No pienso dejarlo solo», ha avisado Diana.