La reforma de las pensiones pasa al Senado francés tras un debate sin voto en la Asamblea Nacional

Los diputados franceses tenían de plazo hasta la medianoche del viernes para debatir en primera lectura y votar la reforma de las pensiones. Pero tras 20 días de agitados debates no lograron examinar el polémico artículo 7. Este artículo, en el corazón de la reforma, eleva progresivamente de los 62 años a los 64 años actuales la edad mínima para jubilarse en Francia a partir de 2030, según pretende el gobierno.

Había más de 20.000 enmiedas al texto, la mayoría de ellas de La Francia Insumisa. Aunque la Nupes, la alianza de partidos de izquierdas a la que pertenece La Francia Insumisa, retiró esta semana miles de enmiendas, no hubo tiempo de examinar el texto al completo ni de votarlo.

La Francia Insumisa adoptó la estrategia de la obstrucción parlamentaria para impedir el voto del texto en la Asamblea Nacional, lo que fue muy criticado por el gobierno.

Los debates terminaron como comenzaron: con bronca y ambiente crispado en el hemiciclo. «Señores y señoras diputados de La Francia Insumisa, ustedes me han insultado durante 15 días, pero nadie ha cedido y aquí estamos delante de ustedes por la reforma», dijo un afónico Olivier Dussopt, ministro francés de Trabajo, tras los intensos debates en la Asamblea Nacional, mientras los diputados de La Francia Insumisa abandonaban en señal de protesta el hemiciclo.

Los senadores, que comenzarán a examinar el texto el 28 de febrero, tendrán 15 días para debatir la polémica reforma de las pensiones. El plazo legislativo termina el 12 de marzo a medianoche. Si las dos cámaras no logran ponerse de acuerdo sobre el texto, la reforma de las pensiones será examinada en la comisión mixta parlamentaria a partir del 14 de marzo.

Pasada la medianoche, la Asamblea Nacional rechazó, tal y como se esperaba, la moción de censura presentada por Reagrupación Nacional, el partido de extrema derecha de Marine Le Pen. Solo los 89 diputados ultraderechistas votaron a favor de la censura del gobierno. El resto de grupos parlametarios ya había anunciado que no votarían un texto de la extrema derecha. Se necesitaban al menos 287 votos para que prosperara y lograr hacer caer al gobierno.

Renacimiento, el partido del presidente Emmanuel Macron, consideró que tras el rechazo de la moción de censura de Reagrupación Nacional queda claro que «no existe en la Asamblea Nacional una mayoría (de diputados) contra la reforma de las pensiones».

La primera ministra Élisabeth Borne criticó con dureza «los dos populismos» de La Francia Insumisa y Reagrupación Nacional, que consideró «dos caras del menosprecio de la democracia».

La jefa de gobierno criticó la ausencia de los diputados Reagrupación Nacional en los debates sobre la reforma y su estrategia de presentar por sorpresa a última hora una moción de censura contra el gobierno, a pesar de que sabían que no iba a prosperar.

Borne también lamentó que, con sus miles de enmiendas, La Francia Insumisa haya impedido que se votara el texto en la Asamblea Nacional. Les acusó de «querer el caos en el hemiciclo», de «no creer en la democracia» y de tranformarla «en circo». La primera ministra también les echó en cara que hayan recurrido a los insultos en vez de debatir con argumentos de forma constructiva la reforma.

La primera ministra se mostró convencida de que los debates sobre la reforma de pensiones de las próximas semanas permitirán «enriquecer» el texto para «garantizar el futuro de nuestro sistema de pensiones por reparto».

Asimismo, los sindicatos franceses amenazan con paralizar Francia el próximo 7 de marzo, si el gobierno no retira la polémica reforma de las pensiones. El 67 por ciento de los franceses se opone a reforma del presidente Emmanuel Macron, según un sondeo reciente.