Los presidentes de Armenia y Azerbaiyán se reunirán este viernes en Washington para firmar un acuerdo de paz
Ambos países llevan tres décadas de conflictos intermitentes, el último de ellos en 2023
El mandatario estadounidense, Donald Trump, se reunirá este viernes con el primer ministro de Armenia Nikol Pashinián y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, según ... ha publicado el diario 'The Washington Post' citando fuentes de la Casa Blanca. Tras el encuentro podrían anunciar un acuerdo de paz. Estos dos países caucásicos se han enfrentado en cuatro ocasiones en guerras que en su mayoría no fueron muy largas pero sí supusieron un duro trauma para sus poblaciones, con miles de muertos, heridos y desplazados.
Desde la última guerra, en 2023, ambos Estados han tratado de zanjar sus tensiones históricas, algo que no se ha visto con muy buenos ojos entre algunos armenios que consideran a las autoridades actuales del país como traidores por tratar de negociar con el enemigo e incluso ha generado protestas. El genocidio armenio que sucedió entre 1915 y 1923 en el Imperio Otomano aún pesa mucho en la psique de los armenios, que todavía lo tienen presente y relacionan a Bakú con Turquía por sus conexiones políticas y culturales.
Más recientemente en 2021 Yereván acudió a la Corte Internacional de Justicia en 2021 para denunciar la discriminación de los armenios en Azerbaiyán, algo que respondió entonces Bakú acusando a su vecino de ser responsable de limpieza étnica y de difundir propaganda racista. En 2023, cuando Azerbaiyán recuperó el control de Nagorno-Karabaj los armenios que vivían allí abandonaron sus hogares por temor a las represalias y no han vuelto.
El pasado 13 de marzo se acordó el texto del tratado de paz entre ambos países que podría poner fin a décadas de conflicto. Bakú pidió que para que se cumpla deberán cesar los bombardeos en las zonas fronterizas y que se abandonen las reclamaciones territoriales de parte de Azerbaiyán. Desde Yereván el analista político Boris Navasardián ha comentado al medio JAM Armenia que «es fundamental que la parte armenia garantice la seguridad a lo largo de la ruta y mantenga el control aduanero y fronterizo. Esto es importante para garantizar que la soberanía armenia no se vea socavada».
Conflictos del pasado
En todas las guerras entre estos países caucásicos el enclave de Nagorno-Karabaj fue la principal razón de los enfrentamientos. Este territorio era reclamado tanto por Bakú como por Yereván. Estaba habitado históricamente por una mayoría de población armenia pero oficialmente se reconoce internacionalmente como parte de Azerbaiyán. Durante cerca de 30 años se constituyó como un Estado sin reconocimiento (como otras regiones de la ex-URSS como Transnistria en Moldavia y Osetia del Sur en Georgia), por lo que funcionaba como un país pero ningún miembro de la ONU lo reconocía como tal.
El primer conflicto empezó incluso cuando ambas eran repúblicas soviéticas en 1988, y duró hasta el 1994. Luego hubo otras en 2016 (la de los Cuatro Días), la de 2020 (duró un mes) y la ofensiva de 2023, en la que las tropas armenias prácticamente no lucharon y cedieron el territorio sin más.
#NagornoKarabakh: Albert Hovhannisyan, the Armenian soldier who became the face of the recent fighting after his picture went around the globe, has been killed in combat.
— Thomas van Linge (@ThomasVLinge) October 8, 2020
He was only 19 years old pic.twitter.com/yU9zTRdnTd
Aunque Rusia fue el gran apoyo que facilitó la victoria armenia en la primera ocasión que lucharon ambos Estados, en los siguientes enfrentamientos Moscú prefirió intervenir menos debido a su descontento con el acercarmiento de Yereván a Occidente. Eso se tradujo en victorias fáciles para Azerbaiyán, que cuenta con más población, un ejército más modernizado y más recursos económicos (dispone de amplias reservas de gas y petróleo en el mar Caspio), y también con el apoyo de Turquía.
Las tropas armenias en dichos conflictos sufrieron derrotas dolorosas, debido a la falta de soporte ruso, a armamento antiguo y la falta de recursos. A causa de la escasez de soldados hubo muchos voluntarios de menos de 20 años, que regresaron a sus domicilios tras la guerra de 2020 con severos traumas o heridos de por vida.
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