El masivo homenaje por la tragedia de Novi Sad acorrala al Gobierno serbio
Decenas de miles de personas conmemoran el aniversario del accidente en la estación de tren en una multitudinaria manifestación contra el Ejecutivo liderada por el movimiento estudiantil
T. Nieva
Sábado, 1 de noviembre 2025, 22:16
Decenas de miles de dolientes guardaron este sábado 16 minutos de silencio en la ciudad serbia de Novi Sad, uno por cada víctima mortal de ... la tragedia ocurrida hace un año por el derrumbe de una marquesina en la estación de tren de la localidad. El suceso fue el detonante de las multitudinarias protestas promovidas por el movimiento estudiantil que han estado a punto de tumbar al presidente, Aleksandar Vucic. El multitudinario homenaje volvió a confirmar la fortaleza de los jóvenes y su creciente peso como alternativa al actual Gobierno, al que acusan de negligencia y corrupción.
El presidente serbio volvió a hacer acto de contrición antes de acudir al templo ortodoxo de San Sava, el más grande de los Balcanes, para escuchar la ceremonia oficiada por el patriarca Porfirio.«Ha pasado un año desde aquel día que cambió Serbia para siempre. Dieciséis vidas se perdieron por el derrumbe de la marquesina en la estación de tren de Novi Sad. Hoy encendemos una vela por cada uno de ellos, rezando en silencio y creyendo que sus nombres y recuerdos permanecerán para siempre en nuestros corazones», ha escrito en su perfil de Instagram.
Meses de protestas en toda Serbia, avivadas por la indignación ante la falta de enjuiciamiento hasta ahora de los responsables del derrumbe del techo, han sacudido el largo mandato del presidente Aleksandar Vučić y han aumentado las peticiones de elecciones anticipadas. Este sábado, los manifestantes llegaron en masa a la ciudad norteña de Novi Sad en coches, autobuses o a pie; algunos incluso caminaron largas distancias, para abarrotar de gente una de las principales avenidas de la localidad.
A diferencia de otras protestas ocurridas durante el verano, cuando la Policía tuvo que recurrir a gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a los convocados, esta vez no se registraron incidentes de violencia. Los manifestantes portaban grandes corazones rojos con los nombres de las víctimas del derrumbe, sostenían flores blancas y depositaron coronas de flores frente a la estación de tren.
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