Un incendio en la isla de Rodas obliga a evacuar a 30.000 vecinos y turistas

Los desalojos han continuado esta madrugada de domingo en un constante goteo a medida que el fuego se aproximaba a casas, hoteles y áreas recreativas. Al menos 3.000 afectados han salido del área de peligro por mar ante los riesgos que suponía adentrarse por las carreteras del interior, en el que un bosque compacto y con enormes cantidades de biomasa se ha convertido en una antorcha.

A mediodía de este domingo se instalaba en el aeropuerto de Rodas un despacho administrativo para tratar de rehacer la documentación que miles de turistas han perdido en el súbito éxodo de estas últimas veinticuatro horas. Los operadores turísticos han pedido también a varias aerolíneas que envíen vuelos charter vacíos para aquellos visitantes que quieran abandonar Rodas. La previsión es que los hoteles de las zonas en riesgo seguirán cerrados hasta que el Gobierno dé por controlado el incendio, tres de cuyos frentes permanecen desbocados.

Un portavoz del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha explicado que la mayoría de los desalojados han sido trasladados a refugios improvisados en gimnasios, polideportivos y colegios. Numerosos vecinos del norte han ofrecido también sus casas particulares. Los enclaves que han sido evacuados son los de Kiotari, Gennadi, Pylonas, Laerma, Lardos, Lindos, Kalathos Malona, ​Asklipieio, Pefkos, Massari y Haraki. En el primero de ellos, varias casas aparecían esta mañana destruidas o afectadas por el fuego. «Hemos estado viendo el fuego en la cresta desde hace días, pero no queríamos creerlo. Finalmente llegó aquí, explica un vecino de este asentamiento a un periódico heleno. «En este barrio vivimos cincuenta familias desde 1990 y en tres horas el fuego lo cruzó de extremo a extremo», añade.

La evacuación se ha desarrollado «sin incidentes», según los bomberos, y esta madrugada pasada llegó a un punto álgido cuando 2.000 turistas arrinconados en dos playas de Rodas por la amenaza del fuego fueron extraídos a bordo de varios barcos del ejército griego y el servicio de guardacostas, así como de una treintena de veleros privados que se sumaron a las laboes de rescate. No obstante, algunas situaciones han resultado dramáticas, al haber familias que han debido escapar a pie en medio del humo y la ceniza transportados por el viento y bajo el rigor de unas temperaturas que en ningún caso bajan de los 40 grados. Muchos visitantes se han visto obligados a dejar sus pertenencias en los hoteles.

Según fuentes oficiales, nueve personas han debido ser asistidas por inhalación de humo y hay dos turistas ingresadas en hospitales: una joven embarazada que, por precaución, se encuentra bajo vigilancia médica y otra mujer que sufrió una fractura al desalojar su hotel.

Los servicios de emergencia aseguran que la situación en la isla resulta muy compleja. A la densidad del bosque se suma la sequedad extrema tras una semana de ola de calor, las altas temperaturas y un viento en ascenso, que esta tarde llegará a 60 kilómetros por hora. De hecho, Grecia apenas ha vivido una jornada de respiro tras el fenómeno de sofoco desarrollado desde el martes pasado a cuenta de un anticiclón africano.

El mercurio volvió a subir este sábado y para mañana, lunes, se espera que en algunos puntos del país toque los 48 grados centígrados. Un total de 8,7 millones de griegos estarán sujetos este domingo a temperaturas superiores a los 41 grados centígrados.

Lo mismo sucede en Italia, donde el sur podría alcanzar en las próximas horas los 48 grados, e incluso rebasar los 48,8 registrados en Sicilia el año pasado y que se mantiene como la temperatura más alta alcanzada en Europa desde que se tienen registros. El Ministerio de Sanidad ha impuesto en estado de emergencia por calor en diecinueve ciudades, incluidas Roma, Nápoles y Cagliari, la capital de Cerdeña, que padece una ola de bochorno inusualmente prolongada. Los meteorólogos consideran que este mes de julio puede ser el más cálido en el planeta desde que empezó a haber registros en 1850.