Año electoral, bajada de impuestos en el Reino Unido

La política británica está enfocada hacia unas elecciones generales que se esperan para el otoño de 2024 y el actual Ejecutivo conservador tiene que remontar una ventaja de la oposición laborista de más de veinte puntos en las encuestas. Hunt alardeó este miércoles del pronto cumplimiento de las promesas del líder, Rishi Sunak, realizadas hace un año, que habrían permitido el mayor relajo en el gasto.

La reducción de dos puntos en un impuesto a la renta denominado como Seguro Nacional afecta a todos los contribuyentes. El Gobierno ha decidido que la reducción entre en vigor en enero, en vez de la primera semana de abril, como es habitual, por ser la fecha de apertura y cierre del año fiscal. El objetivo es alegrar pronto a los votantes en el año electoral, justo cuando están rellenando sus declaraciones.

En la trepidante política británica, un año parece un siglo. El último Presupuesto otoñal fue presentado por Kwasi Kwarteng. Provocó el colapso del mercado de bonos y la intervención del Banco de Inglaterra. El ministro y la jefa de Gobierno, Liz Truss, querían cambiar la dirección de la economía dando prioridad al crecimiento y para ello redujeron los impuestos en más de 50.000 millones.

Tras el breve paso de Truss por Downing Street, Sunak heredó un grupo parlamentario desquiciado. Con el ministro Hunt, que no tuvo apoyos sustanciales de sus colegas para ser el líder del partido en el torbellino de 2022, ha asentado una gobernación de nuevo predecible. El primer ministro había prometido tres puntos económicos (inflación, crecimiento y deuda-) y los ha cumplido más o menos.

Hunt dio por cumplida este miércoles la promesa de reducir a la mitad la inflación, de 11,1% a 4,6%. La experiencia de los consumidores es de precios de alimentos que habían aumentado anualmente un 19,1% en marzo, y un 10,1% en octubre con respecto al año anterior. El Banco de Inglaterra vaticina más lentitud que la prevista en llegar al objetivo del 2%, que ahora prevé que se alcance en 2025.

El ministro avaló la gobernación 'tory' afirmando que la economía británica ha crecido más, desde 2010, que «nuestros competidores, como España, Italia, Francia, Alemania y Japón». La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), había previsto un descenso del 1,4% del PIB, pero ha aumentado 0,6%. El déficit de 4,5% del PIB este año será de menos del 3% en años sucesivos.

El Partido Laborista tiene a Rachel Reeves, execonomista en el Banco de Inglaterra, como responsable de la cartera en la primera fila de la oposición. Los pronósticos electorales dicen que se sentará en 2024 en la silla del Tesoro y que tendrá muy poco margen de maniobra para impulsar una política sustancialmente diferente.

Fiel al legado de Tony Blair y de Gordon Brown (últimos primeros ministros laboristas), ha tenido que retirar planes de gasto público. El más notable prometía 32.000 millones anuales de euros en la producción de energía renovable. Como su líder, Keir Starmer, pule rápidamente las aristas a ideas controvertidas o arriesgadas. Para dar credibilidad a un futuro gobierno del partido de la izquierda británica

País puntero en Europa en la tecnología informática y en ciencias de la vida, octavo en el mundo por su industria, según los datos del ministro Hunt, el Reino Unido es gobernado con más reposo y orden que en ningún otro tiempo desde el Brexit. La cuestión es si el daño a la reputación del Partido Conservador puede curarse en los próximos meses.