Cuando Trump es víctima de las 'fake news': de los rumores sobre su salud a su supuesta muerte
Su reciente 'desaparición' de la agenda pública y un hematoma en su mano desatan todo tipo de teorías sobre el presidente de EE UU, que trató de salir al paso con un mensaje en redes: «Nunca me sentí mejor»
En su primera aparición ante la prensa en casi una semana, el martes, Donald Trump trató de acabar con las incontables especulaciones que había generado ... su reciente 'desaparición' de la agenda pública. Unos rumores sobre el empeoramiento de su salud o incluso sobre su defunción que el presidente de Estados Unidos, de 79 años, tachó de «noticias falsas». «Estuve muy activo durante el fin de semana», aseguró.
Lo cierto es que la ausencia mediática de un presidente especialmente aficionado a prodigarse ante las cámaras y en las redes sociales resultó llamativa. Tanto que las publicaciones bajo los hashtags #whereistrump (dónde está Trump) y #trumpdied (murió Trump) se convirtieron en miles de la mano de teóricos de la conspiración. El líder republicano -muy crítico con el anterior presidente, el demócrata Joe Biden, por encubrir supuestamente su deterioro cognitivo o su cáncer- se vio de repente en el foco de atención por su salud.
En los pódcasts políticos se entretuvieron durante días con conjeturas sobre una presunta inestabilidad mental de Trump que, según los comentaristas, obligaba a su equipo a distraerle con asuntos ajenos a su actividad de gobierno, como las obras para la creación de un salón de baile en la residencia presidencial. Las insólitas imágenes del mandatario hablando a los periodistas desde el tejado de la Casa Blanca alimentaron los rumores en este sentido y también las esperanzas de quienes ansían una prematura jubilación del republicano.
La Casa Blanca ya retuvo detalles importantes sobre el estado médico de Trump durante su primer mandato, cuando fue hospitalizado de covid en 2020
El nivel de conspiración fue tal que Trump se vio forzado a pronunciarse el domingo en su red, Truth Social: «Nunca me sentí mejor». Fue precisamente el fin de semana cuando se vio su única imagen. Fugaz. Se le veía a lo lejos, primero saliendo de la Casa Blanca y después montado en 'la bestia' de camino a su club de golf, con la mirada perdida y una gorra ceñida hasta las orejas que acentuaba su semblante decaído. A su regreso se publicaron en Truth Social unas fotografías donde el magnate aparecía sentado en un carrito de golf charlando con el exentrenador de fútbol Jon Gruden. No tenían fecha aunque hubo quien las situó en el 23 de agosto, lo que alimentó aún más las especulaciones.
Los comentarios de Vance
La trama alcanzó su punto álgido con una entrevista del vicepresidente, JD Vance, en televisión en la que dijo «estar preparado» para asumir la presidencia en caso de que, «Dios no lo permita, algo ocurriera». «Si hubiera una terrible tragedia, no puedo pensar en un mejor entrenamiento del trabajo (de presidente) que el que he recibido en los últimos 200 días», remató. En sus palabras parecía insinuar que manejaba alguna información sobre la gravedad de la situación aunque, consciente o no, trató de rebajar la preocupación al asegurar que Trump completaría su mandato. De su jefe dijo, además, que disfruta de una «increíble buena salud» y se encuentra «activamente comprometido» con sus tareas de gobierno». «Es el último en hacer llamadas por la noche y el primero en comenzar el día, afirmó.
Pero los conspiradores tienen argumentos para dudar de esa salud de hierro del mandatario, como los hematomas en el dorso de su mano derecha inútilmente cubiertos de maquillaje, la hinchazón de sus tobillos o algunos tics en sus brazos. El hecho de que en un primer momento la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, intentara encubrir el llamativo moratón señalando que se debía a «los frecuentes apretones de manos y el uso de aspirina» para evitar el riesgo de un fallo cardiaco no ayudó a ahuyentar la rumorología.
Un examen médico concluyó finalmente que Trump había sido diagnosticado de insuficiencia venosa crónica, una condición bastante común entre los adultos de edad avanzada que dificulta la circulación adecuada de la sangre al corazón, con la consiguiente acumulación en la parte inferior de las piernas. Una enfermedad que, incluso bajo tratamiento, tiende a reducir en gran medida la movilidad física de quienes la sufren..
Las especulaciones de las últimas semanas responden, en gran medida, al intenso escrutinio que el propio Trump impuso durante la pasada campaña electoral sobre el estado físico de Biden, a quien frecuentemente se acusó de ocultar la verdad sobre su salud e incluso de utilizar un actor para doblarle en sus actos públicos. Pero en el caso del líder republicano y de su equipo médico, además, existen antecedentes de falta de transparencia sobre su salud, como ocurrió con su hospitalización cuando se contagió de covid en 2020. La Casa Blanca retuvo entonces detalles importantes sobre su estado médico, como la caída preocupante de los niveles de oxígeno en la sangre, y solo tiempo después se reveló que el presidente estuvo mucho más enfermo de lo que se hizo saber.
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