Trump amenaza a Zuckerberg con meterlo en la cárcel «de por vida» por no apoyarle en 2020

Las acusaciones de interferencia electoral responden a su habitual estilo de tergiversación. El fundador de Facebook, ahora Meta, ha admitido en una carta al Comité Judicial de la Cámara Baja que en la recta final de las elecciones de noviembre de 2020 fue advertido por el FBI -cuando el Departamento de Justicia aún estaba en manos del Gobierno de Trump-, que potencialmente podía haber en marcha una campaña de desinformación rusa contra la familia de Biden y la empresa ucraniana Burisma. Como consecuencia, el Departamento de Comprobación de Meta retiró temporalmente la publicación mientras la investigaba. «En retrospectiva, no deberíamos haberla suprimido. Hemos cambiado nuestras políticas para asegurarnos de que no ocurra de nuevo. Ya no suprimimos temporalmente nada mientras lo comprobamos», dice un Zuckerberg contrito.

En su carta acusa al Gobierno de Biden de haberle presionado durante la pandemia para restringir «ciertos contenidos» relacionados con el Covid-19, «incluyendo «humor y sátira», lo que, según dice, provocó gran frustración entre sus equipos cuando no estaban de acuerdo. «Al final, fue nuestra decisión ceder o no a esa presión», admite.

Los analistas creen que, ante la incertidumbre electoral, el fundador de Facebook intenta adoptar una postura neutral y quedar bien con cualquiera de los dos potenciales presidentes, «copiando el vasallaje de Elon Musk», opinaba Ja'han Jones, productor del Black Obituary Project, en su blog de MSNBC.

Trump ha perdido su ventaja de hasta dos dígitos en las encuestas con respecto a la que tenía con Joe Biden. La vicepresidenta, Kamala Harris, le ha ganado en índices de audiencia durante la convención demócrata en Chicago. Y estados bisagra como Georgia, que se habían decantado claramente a favor del republicano, vuelven a estar en liza. En sus publicaciones de Truth Social ataca incluso a Fox por esas encuestas. Además, vuelve a ser objeto de una oleada judicial, en la que el fiscal especial ha recurrido la decisión de la jueza de Florida que desestimó el caso de los papeles clasificados y ha vuelto a presentar cargos contra él por la interferencia electoral que dio pie a la insurrección del 6 de enero.

Para el exmandatario, las elecciones de noviembre no son solo cuestión de ambición personal. Se juega la cárcel. Si ganase, podría ordenar al nuevo fiscal general que cancele la apelación y desestime los cargos.

A estas alturas le mueve también la venganza, como se refleja en los memes que ha compartido esta semana, donde amenaza al fiscal especial y a su esposa con fotos de ambos, y presenta a toda la jerarquía demócrata entre rejas con trajes naranja de presidiario. Eso incluye a Biden, la exportavoz del Congreso, Nancy Pelosi, la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, la vicepresidenta, Kamala Harris, e incluso al fundador de Microsoft, Bill Gates, o el que fuese su virólogo jefe, Anthony Fauci.

Por otra parte, el Pentágono anunció ayer que participará en la protección de los principales candidatos a las elecciones presidenciales estadounidenses para apoyar al Servicio Secreto, encargado de proteger a las personalidades políticas. Esta decisión llega más de un mes después del intento de asesinato del expresidente Donald Trump, el 13 de julio en Pensilvania (este), que provocó la dimisión de la directora del Servicio Secreto y que varios agentes de este departamento hayan sido suspendidos por los fallos en el sistema de seguridad.

«El Departamento de Defensa proporcionará protección adicional» hasta las elecciones de noviembre y probablemente hasta la ceremonia de investidura en enero de 2025, declaró la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh. El 22 de agosto Trump dio su primer mitin al aire libre desde el intento de asesinato protegido por una pantalla de vidrio ciega.