Mark Bray | Profesor en la Universidad Rutgers
«Tengo más fe en el pueblo de EE UU que en las instituciones»El autor del libro 'Antifa' se ha exiliado en España tras ser señalado a raíz del asesinato de Charlie Kirk y recibir amenazas de muerte
Alin Blanco
Sábado, 1 de noviembre 2025, 23:21
Mark Bray es profesor de historia en la Universidad Rutgers, en el Estado de Nueva Jersey, y experto en movimientos antifascistas y derechos humanos. La ... semana pasada tuvo que huir de los Estados Unidos tras recibir amenazas de muerte y ser objeto de una campaña de acoso por parte de grupos republicanos ultraconservadores. El autor del libro 'Antifa, el manual antifascista', fue señalado por la Administración de Donald Trump tras el asesinato de Charlie Kirk, pues dictaron una orden ejecutiva que declaraba 'Antifa' como una organización terrorista. Algo que Bray considera «ridículo» ya que no existe dicha agrupación, sino que es «una ideología o movimiento político». A pesar de ello, el anuncio agravó la persecución, comenzaron a llamarle «profesor terrorista» en X y organizaciones universitarias lanzaron una petición para que fuera despedido. Según relata, «ahí se precipitó todo». Recibió una amenaza que incluía su dirección, y dos días después apareció publicada en X. En menos de una semana, aterrizaba en España junto a su mujer y sus dos hijos.
—¿Cómo ha sido su acogida aquí?
—Buena, he vivido dos años en España por mis labores como historiador, uno en 2012 y otro en 2023 con mi familia, así que tenemos amigos y sabemos cómo gestionar un seguro médico, el empadronamiento… Además está lo suficientemente lejos como para volver a sentirnos seguros al otro lado del Océano. Mis hijos también se sienten cómodos aquí, ya han empezado el colegio y están aprendiendo español.
—¿Cómo se siente tener que abandonar su país por sus ideas?
—Ha sido muy duro. Desde 2019 he dado clase en la universidad sin problemas y en 2017 publiqué el libro 'Antifa' también sin especial inconveniente. Ahora mismo me dedico a un tema completamente diferente: estoy investigando sobre estafas históricas para escribir otro libro. Todo lo ocurrido ha sido por mi pasado, que ahora escribe mi presente. Sinceramente, prefería estar en mi casa en New Jersey y que mis hijos pudieran seguir en su colegio allá, con sus amigos y sus abuelos.
—Ya había recibido amenazas antes.
—Sí, cuando publiqué 'Antifa', pero yo entonces vivía en un apartamento en un bloque residencial y ahora vivo en una casa, por lo que es mucho más fácil saber exactamente cuál es mi residencia. Y ahora tengo dos hijos.
—¿Cómo le ha afectado esta situación a nivel personal?
Toda mi gente sabe lo que está pasando. Durante seis años vivimos en un pueblo pequeño cerca de mi universidad, teníamos una vida normal. La gente no sabía de mi pasado político ni mis investigaciones para este libro, y ahora todo ha explotado. Prefiero dar clase en persona que mediante Zoom, como tengo que hacer ahora. Todo mi mundo ha dado un giro de 180 grados en tan solo unos días. Me encuentro en esta situación a causa de Donald Trump y el asesinato de Charlie Kirk, pero todo eso, en realidad no tiene mucho que ver conmigo personalmente sino con mi pasado, que está jugando un papel importante en la política actual.
«Los agentes federales me retuvieron e interrogaron por escribir un ensayo»
«El crimen fue la oportunidad que Trump buscaba para reprimir a quienes protestan»
—En la frontera tuvo problemas para salir de su país, ¿se siente más seguro ahora que está fuera?
—Sí. Al principio estuve pensando con mi mujer en mudarnos a otro pueblo, pero poco a poco, al ver la magnitud del peligro, fuimos haciéndonos a la idea de abandonar el país. Cuando íbamos a ir al aeropuerto cancelaron nuestra reserva de vuelos y al llegar los agentes federales me retuvieron y me interrogaron sin ningún motivo. No me dijeron que hubiera cometido ningún delito ni que era ningún criminal, sino que simplemente había escrito un libro.
—¿Por qué ha elegido España?
—Ahora aquí me siento mucho más cómodo. Sobre todo, teniendo en cuenta el panorama con Donald Trump en la Casa Blanca, las redadas de ICE (la agencia de inmigración).
—¿Cree que España es un país más seguro o más libre que la denominada 'tierra de la libertad'?
—Ahora mismo sí. Obviamente hay problemas aquí también. Conozco mejor la política en los Estados Unidos, pero sí creo que ahora mismo España está mejor, sobre todo para mí personalmente.
—El presidente Pedro Sánchez señala España como uno de los países referentes en Europa, una «burbuja», por tener un gobierno socialista.
—El papel de la extrema derecha es más fuerte en otros países como Alemania, Francia o Italia, y en ese contexto, la situación es mejor aquí y espero que esto no cambie en el futuro. Creo que en general en todo el mundo necesitamos movimientos sociales fuertes que surjan desde abajo y una conciencia de clase fuerte y de resistencia, y antifascismo en un sentido amplio, pero más allá de eso no le puedo decir.
«Asuntos del personal»
—Frente al acoso que ha recibido, su universidad se limitó a declarar que no comenta asuntos del personal. ¿Se ha sentido respaldado por parte de su círculo de amistades o, por el contrario, ha sentido que la gente se ha alejado de usted por miedo a ser igualmente señalados?
—Mis compañeros de la universidad me han apoyado mucho, incluso la mayoría de los alumnos me han respaldado. Los profesores saben que este caso es un ataque directo y muy fuerte a la libertad académica y a la libertad de expresión en la universidad. La extrema derecha junto con la Casa Blanca han creado un sistema contra universidades como la mía. Afortunadamente, el sindicato y otros grupos académicos me han ayudado mucho. También he recibido correos de profesores de otros países que me mostraban su apoyo. Solo hay cuatro o cinco estudiantes del grupo Turning Point USA (fundado por Charlie Kirk) que me han atacado, y lo han hecho por sus conexiones con la Casa Blanca.
—En los últimos años se han vuelto habituales los discursos y las formas de comunicación extremadamente violentas como las de Trump o Milei. ¿Qué efecto tiene esta agresividad verbal en la política?
—En el caso de Trump, la violencia es una característica de su discurso fascista. Pero antes de Trump, los republicanos y demócratas entendían su relación como dos amigos que pelean y el objetivo de la política era llegar a un consenso entre partidos. En cierta manera, esto no era más que un mito. Ahora Trump basa su discurso en que el Partido Demócrata es el enemigo y no se corta en relacionarles con terrorismo o decir que son gente perversa. Y, para él, la universidad es el origen de todo ese mal y de esas ideas progresistas de gente 'woke'. Para mí, el fallo de los demócratas es que hay muchos que todavía consideran que el objetivo es llegar a un consenso con los republicanos, cuando éstos están diciendo que los demócratas son unos terroristas o, al menos, amigos de terroristas.
Los dos partidos están teniendo políticas muy diferentes que no son compatibles. Unos son totalmente agresivos y buscan polarizar la sociedad, y los otros en cambio quieren acercarse a ellos a pesar de que los tachen de terroristas. Creo que necesitamos una perspectiva de partido de oposición, de resistencia como se hace en Europa, no tenemos esta tradición y ahora es más necesario que nunca.
—La semana pasada EE UU revocaba el visado a seis personas por comentarios críticos con Charlie Kirk y solo días después se filtraban mensajes de la organización Jóvenes Republicanos con mensajes muy violentos y antidemocráticos, pero no parece que vayan a sufrir ninguna represalia, incluso el vicepresidente Vance ha salido en su defensa. ¿Cómo se explica este «doble rasero»?
—Las personas que forman Jóvenes Republicanos en realidad no son tan jóvenes. Vance se ha referido a ellos como «boys» (chicos), pero en realidad tienen entre 29 y 32 años. En cambio, cuando un chico negro de 18 años es asesinado por la policía no se habla de él como un joven sino que se le trata como a un adulto. Cuando escribí mi libro en 2017, hubo un debate fuerte en la sociedad sobre la libertad de expresión y expliqué que los grupos antifa piensan que es importante hacer oposición a los grupos racistas y fascistas, y que no debemos escuchar sus ideas.
En el contexto actual, la extrema derecha usa este argumento liberal de que todo el mundo tiene derecho a expresarse libremente y que nadie puede atacar esa libertad. Pero no es más que una forma de infiltrar su retórica y también atacar a la izquierda. Cuando cambian las tornas, como ahora, utilizan esta oportunidad para ir contra quienes piensan diferente a ellos, como los musulmanes, inmigrantes o gente de izquierdas. El derecho a la libertad de expresión es una mentira y los liberales en los Estados Unidos han caído en la trampa.
Todo se resume en que si alguien dice «no me gusta Charlie Kirk» puede ser despedido; en cambio, otro dice cosas horribles tremendamente violentas que van contra los derechos humanos básicos y el vicepresidente Vance dice «ah, no pasa nada». Es un ejemplo perfecto para recordar que a la extrema derecha no le importan los valores ni las ideas universales, solo persiguen el poder y atacar a sus enemigos.
—Tras el asesinato de Kirk, la Administración de Donald Trump declaró 'Antifa' como organización terrorista y usted se convirtió en blanco del odio y persecucción de la derecha. ¿Cree que si no hubieran asesinado a Kirk, usted y su familia podrían seguir viviendo en EE UU?
—Es difícil saber qué habría sucedido si no hubiera ocurrido, pero para mí la relación de los eventos es obvia. Kirk fue asesinado y enseguida Trump declaró 'Antifa' como grupo terrorista, incluso aunque las asociaciones 'antifas' no hubieran estado activas en las calles ni en las noticias en 6 años. Kirk fue la oportunidad que Trump buscaba para demonizar a la izquierda y reprimir con violencia los movimientos que protestan. Sin el asesinato, tal vez otro evento habría sido la excusa. Creo que era inevitable que atacaran así en algún momento.
—¿Por qué cree que recibe ahora todo este acoso y no en 2017 cuando publicó el libro?
—Ahora la Casa Blanca tiene una iniciativa directa y concreta para atacar a los que piensan diferente. En 2017, no tenía un plan específico y simplemente contaba con los políticos conservadores tradicionales. Ahora todo su gobierno son políticos MAGA (Make America Great Again), su gente, y está siguiendo su plan 2025 para atacar a toda la sociedad. Lo más significativo es que el contexto ha cambiado y que cuenta con una misión concreta para reprimir a la izquierda.
—En su libro habla del pasado para entender el presente. ¿Cómo prevé que la situación actual condicionará el futuro?
—Depende de la reacción de la sociedad. El sábado 18 de octubre fue un día importante con protestas masivas por todo el país ('No Kings'), y aunque no creo que esto sea suficiente, sí considero que es algo por donde empezar. Por otro lado, también es muy importante el papel de los tribunales, los gobiernos locales y el sistema federal, que da mucho poder a los estados para hacer sus propias políticas. Por eso creo que los próximos años van a ser un pulso contra la democracia y se va a medir la fuerza democrática de nuestra sociedad, si es lo suficientemente sólida como para resistir los intentos fascistas de Trump. Personalmente, tengo más fe en el pueblo que en las instituciones, pero es cierto que en muchos casos los tribunales han parado los intentos de Trump de aumentar su autoritarismo.
Históricamente siempre hay una reacción fuerte a los movimientos progresistas. En EE UU, con el triunfo de Barack Obama en 2008, el primer presidente negro, y el auge del sindicalismo, del Black Lives Matter y las luchas queer hemos visto una década no radical pero sí progresista, y cambios en las perspectivas de la sociedad. El trumpismo es una reacción fuerte a todo eso. Siempre pasa así en la historia, pero no debemos doblegarnos.
Protestas masivas
—El sábado más de 7 millones de estadounidenses se manifestaron contra las políticas autoritarias de Trump en la segunda marcha 'No Kings', ¿va esto a suponer cambio?
—Se necesita gente en las calles y no movilizar solo a activistas sino gente 'normal'. Desgraciadamente hay personas que salen a las manifestaciones, protestan un poquito y luego continúan con sus vidas sin pensar en el resto del mundo. Pero es importante que continuemos con los movimientos y no manifestarse solamente unas horas. Hemos visto protestas diarias frente a los centros de detención en Chicago o Los Ángeles y necesitamos que más gente de 'No Kings' acuda a estas otras protestas o incluso consideren hacer una huelga general.
El alcalde de Chicago dijo que necesitamos una huelga general y estoy de acuerdo. Es la mejor fórmula para detener la sociedad y oponerse a un gobierno autocrático. No hemos tenido una huelga general fuerte en muchos años y la mayoría de la sociedad no sabe ni qué es eso, pero me gustaría ver algo así. No tengo una solución, pero la participación popular es la única forma de resistencia.
—El antifascismo es la antítesis del fascismo, ¿se debería crear un término que no nazca de la propia palabra «fascismo»?
—Si el antifascismo es solo una defensa o una política más amplia para cambiar la sociedad es un debate histórico. Hay distintas opiniones, pero lo que realmente necesitamos es unidad y solidaridad entre grupos, organizaciones e individuos, y si vamos a poner resistencia al fascismo, nuestro objetivo tiene que ser un mundo mejor con los principios de justicia y humanidad contra el racismo, autoritarismo y violencia del fascismo.
—'Antifa' es la obra transnacional más completa sobre este movimiento. ¿Cuál era el objetivo de este libro en 2017 y cuál es ahora?
—En la vida muchas veces ocurre que en el camino de conseguir un objetivo, nuestra perspectiva cambia. En 2017 yo quería escribir una obra sobre historia y política para que la gente que estaba resistiendo a Trump pudiera tener una referencia histórica porque en no había muchas sobre el antifascismo, sobre todo después de 1945. Y creo que el libro cumplió con éxito ese objetivo. Pero ahora su sentido ha cambiado, porque ahora está en el centro del ataque de Trump a la resistencia. Obviamente esta ofensiva contra la izquierda y los profesores no es específicamente contra mí, sino que yo simplemente he sido una de las primeras víctimas. Por eso, en el contexto actual, el libro se ha convertido en un símbolo de resistencia, y lo que ha ocurrido con él y conmigo es un ejemplo claro que resume muy bien lo que está sucediendo en los Estado Unidos.
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