El infierno de los migrantes en Miami: obligados a comer «como perros»
El episodio en el que los arrestados fueron esposados con las manos atadas a la espalda es sólo una parte de una sucesión de presuntos abusos en cárceles de Florida
Los migrantes de un centro de detención de Miami fueron esposados con las manos atadas a la espalda y obligados a arrodillarse para comer con ... la boca alimentos en platos de plástico, «como perros». Así lo denuncia un informe publicado este lunes sobre las condiciones de tres instalaciones masificadas dependientes de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) en el sur de Florida.
Esto no se trata de un episodio aislado, sino que es uno más de una sucesión de presuntos abusos cometidos en las cárceles de la ICE en el Estado desde enero, recopilados por las organizaciones Human Rights Watch, Americans for Immigrant Justice y Sanctuary of the South tras entrevistarse con algunos de los arrestados.
Según el documento, decenas de hombres permanecieron hacinados en una celda durante horas y no se les sirvió comida hasta las siete de la tarde. Entonces los agentes colocaron los alimentos en sillas dispuestas frente a los detenidos que permanecían las extremidades superiores sujetas a la espalda. «Teníamos que comer como animales», expresa uno de los migrantes llamado Pedro.
Estos malos tratos degradantes y deshumanizantes por parte de los guardias son comunes en los tres centros de detención de Florida. En las instalaciones de Krome North, en el oeste de Miami, las mujeres arrestadas se veían forzadas a ir al baño a la vista de los hombres también recluidos allí. De la misma forma, se les negaba el acceso a atención médica apropiada para su género, duchas y alimentación adecuada.
Encerrados en un autobús oliendo heces
Esta cárcel estuvo tan desbordada que algunos arrestados que acabana de ser trasladados allí denuncian que estuvieron recluidos durante más de 24 horas en un autobús estacionado en el parking. Hombres y mujeres permanecieron confinados juntos y solo se les quitaban las esposas cuando necesitaban utilizar el único baño individual del vehículo, que rápidamente se saturaba y se formaban colas para hacer uso del mismo. «El autobús se volvió asqueroso. Era de esos baños donde normalmente sólo se orina, pero como estuvimos tanto tiempo en el autocar y no nos permitían salir, otros defecaron allí», relata con resignación uno de los migrantes recluidos. «Por eso todo el autobús olía fuertemente a heces».
Cuando al día siguiente el grupo fue ingresado en la prisión, su situación tampoco mejoró sustancialmente. Muchos de ellos pasaron hasta 12 días hacinados en una fría estancia que bautizaron como «la caja de hielo», donde no tenían sábanas ni ropa de abrigo mientras dormían directamente sobre el frío y duro suelo de cemento. Y más tarde, cuando pasaron a una celda, la masificación de Krome impedía unas condiciones dignas. «Algunas salas estaban tan llenas que los hombres ni siquiera podían sentarse; todos tenían que estar de pie», cuenta Andrea, una detenida.
En el centro de transición de Broward en Pompano Beach, falleció una mujer haitiana de 44 años, Marie Ange Blaise. En la esta instalación las quejas por la falta de atención médica o psicológica adecuada han sido constantes. Algunos internos han sufrido retrasos en el tratamiento de lesiones y enfermedades crónicas y han recibido respuestas hostiles por parte del personal, según el informe. En un presunto suceso recogido por las ONG, los agentes apagaron una cámara de vigilancia y los antidisturbios agredieron de forma brutal a los detenidos que protestaban porque no se atendía a uno de ellos que tosía sangre. El incidente se habría saldado con un herido.
Los tres centros del Estado sufren una crisis de superpoblación, lo que contribuyó a la decisión de Florida para construir con celeridad la controvertida cárcel «Alligator Alcatraz» en los Everglades, con planes de alojar hasta 5.000 inmigrantes indocumentados antes de ser deportados.
56.4000 migrantes son detenidos cada día en Estados Unidos, según la media de junio recogida en el informa, y el 72% de ellos no tenía antededentes penales. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto que las fuerzas de seguridad pisen el acelerador en este campo. Bajo la Administración Biden la media diaria durante 2024 fue de 37.500 arrestados.
Los grupos dicen que los abusos documentados reflejan condiciones inhumanas dentro de las instalaciones federales de inmigración, que han empeorado significativamente sus condiciones desde la toma de posesión del líder republicano en enero y su orden de aumentar las detenciones y deportaciones.
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