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Tres Boeing 737 MAX en la factoría de Renton, en Estados Unidos. REUTERS
Boeing ocultó los fallos del 737 MAX para que no frenaran su expansión

Boeing ocultó los fallos del 737 MAX para que no frenaran su expansión

Nuevos documentos en manos de las autoridades federales de EE UU desvelan que la compañía primó su crecimiento sobre las medidas de seguridad

caroline conejero

Nueva York

Miércoles, 25 de diciembre 2019, 22:00

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El escándalo del 737 MAX lejos de acallarse, como sin duda sueña la compañía Boeing, se incrementa a medida que avanzan las distintas investigaciones. Nuevos documentos entregados por la aeronáutica estadounidense a la Administración Federal de Aviación (FAA) y a la Comisión de Transportes del Congreso el lunes revelan comunicaciones «muy preocupantes» sobre el polémico sistema de control de vuelo MACAS del fabricante, según fuentes de Washington.

Como ya ocurrió con informes anteriores, las nuevas aportaciones de Boeing corroboran la dicotomía interna que vivió la firma entre su obligada preocupación por la seguridad y los esfuerzos de sus directivos para evitar interrupciones en los planes de producción. Mientras, el avión 737 MAX permanece bajo prohibición de vuelo desde marzo tras los siniestros consecutivos de dos vuelos internacionales en Indonesia y Etiopía que costaron la vida a 346 personas, la compañía se prepara para diseñar una nueva fase de mayor transparencia para intentar resolver la enorme crisis en la que se encuentra.

El nuevo envío voluntario de documentos a las autoridades federales contiene mensajes instantáneos del piloto Mark Forkner, el por entonces piloto técnico jefe de Boeing que realizó las pruebas de vuelo simulado con el nuevo sistema de lectura automatizado MACAS en los que califica el nuevo sistema de «escandaloso» y describe su funcionamiento como «inestable» que pudo haber «engañado» a los controles oficiales, como reconoció recientemente en público.

Las comunicaciones señalan nuevos detalles sobre cómo Boeing ocultó ciertos fallos del sistema a los reguladores federales. Sólo llegó a reconocerlos hace dos meses, cuando también haber mentido «inadvertidamente».

Con el anuncio el lunes del nombramiento de su nuevo CEO David Calhoun, quien tomará las riendas de la compañía a partir del 13 de enero, Boeing declaró haber realizado cambios significativos en los últimos nueve meses para mejorar el proceso de seguridad, la organización y la cultura de la compañía.

En 2020 Calhoun tendrá que resolver el proceso de rehabilitación del 737, normalizar las relaciones con los reguladores federales e internacionales, además de cooperar también con la investigación criminal abierta por el Departamento de Justicia sobre el proceso de certificación.

Crisis financiera

Asimismo deberá enfrentarse a la grave crisis financiera causada por las cancelaciones de órdenes de compra internacionales del modelo ahora inmovilizado, cuya producción fue finalmente cancelada este mes tras la presión de la investigación de los reguladores de la Unión Europea sobre la compra de Boeing del 80% de la división comercial de jets de la brasileña Embraer.

La operación, que pretende que Boeing pueda competir con Airbus en el mercado de vuelos por debajo de los 150 asientos, es crucial para la firma norteamericana y cualquier retraso o anomalía constituirá un importante golpe en su estrategia de expansión a largo plazo.

La Comisión Europea, que ha objetado que la compra que reducirá el número de participantes en el mercado global de jets de aviación de tres a dos, han pedido a Boeing más de 1.5 millones de paginas de documentos y datos de campañas de ventas de los últimos veinte años.

Airbus y Boeing compiten en el mercado de aviones de más de 150 asientos y han extendido su rivalidad al mercado regional de los ligeros con sus adquisiciones de Bombardier y Embraer, respectivamente.

Fuentes norteamericanas han negado que la operación de Boeing reduzca el mercado, porque, en su opinión, el general y el regional son diferentes y Airbus participa en los dos. Los dos gigantes de la aviación buscan modelos de menor consumo y capacidad no sólo para competir en la actualidad sino también como parte de su estrategia de más largo plazo, con el objetivo de mantener su ventaja sobre los competidores rusos y chinos durante otros diez o quince años.

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