La Policía afgana abate a cuatro milicianos que intentaban asaltar el aeropuerto de Kabul

El ataque ha llegado en un momento especialmente delicado para Afganistán, cuando se mantiene la polémica por el recuento de votos de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, unos comicios que marcarán el primer relevo pacífico en la Jefatura del Estado.

El asalto se ha prolongado durante unas cuatro horas y ha estado protagonizado por cuatro milicianos armados con fusiles automáticos y lanzagranadas que han abierto fuego contra el techo de unos de los edificios del aeródromo, situado en la zona norte de complejo.

"Han muerto cuatro terroristas a manos de las Fuerzas Especiales de la Policía. La zona está siendo desalojada ahora, no hay bajas en nuestras filas", ha asegurado el portavoz del Ministerio del Interior afgano. El aeropuerto acoge una de las base operativas más importantes de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y está llenos de militares, policías, torres y puestos de control.

El asalto de este jueves ha sido similar en la estrategia aplicada al perpetrado en 2013, cuando siete insurgentes talibán, incluidos varios suicidas lo atacaron desde el interior de uno de los edificios en obras del complejo. Por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría de este ataque.

Una fuente del aeropuerto de Kabul ha explicado a Reuters que todos los vuelos han sido desviados a otras ciudades. En estas circunstancias, las aeronaves son redirigidas a las localidades de Mazar-i-Sharif, en el norte del país, o Herat, en el oeste.