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Imagen del tranvía de la Sierra Torres Molina/Archivo de IDEAL
El tranvía de la Sierra desde dentro

El tranvía de la Sierra desde dentro

Historias de @LaHemeroteca ·

Julián Elejoste rodó unas imágenes únicas del añorado tranvía

Amanda Martínez

Lunes, 25 de marzo 2019

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Cuenta Gustavo Vieites que cuando Julián de Elejoste se enteraba de que una línea de ferrocarril iba a desaparecer, sentía la necesidad de rodarlo para que no desapareciera del todo, para que quedara constancia de que había existido. Cogía su cámara de súper 8, a dos amigos que colaboraban con él en la realización de las películas, y recorría el país en busca de esos trenes que el desarrollo y la modernidad condenaba a desaparecer.

En un TER desde Madrid, Elejoste llegó a Granada en mayo de 1970 para participar en un congreso de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril y con el propósito de inmortalizar nuestros tranvías cuando ya caía sobre ellos una sentencia de muerte. Julián era un industrial bilbaíno que tenía dos pasiones: aquellos destartalados trenes y el cine: «no se limitaba a rodar el paso del tren -explica Vieites, que ha trabajado en la restauración de las cintas de Elejoste- el rodaba películas con narrativa cinematográfica. Toma diferentes planos, desde dentro, desde fuera, en contrapicado, forzaba la perspectiva, se subía a los postes del teléfono para tomar la mejor imagen… y luego las montaba con una moviola«.

Julián de Elejoste fue un gran documentalista y sus imágenes, rodadas en color a 16 fotogramas por segundo, de unos veinte minutos de duración, son testimonios únicos.

Julián de Elejoste
Julián de Elejoste Cedida por Gustavo Vieites

En el caso de las imágenes del tranvía de la Sierra (aunque Elejoste también rodó todas líneas del tranvía a su paso por la ciudad, un bonito testimonio documental de cómo ha cambiado Granada), don Julián coloca su cámara en el lugar del maquinista del tranvía y la sensación es fabulosa porque el espectador contemporáneo puede sentirse dentro del vagón convertirse en uno de aquellos pasajeros y vivir las sensación de viajar por uno de los recorridos de tranvía más bonitos del mundo.

Gustavo Vieites estaba escribiendo un libro sobre la línea Madrid Almorox cuando supo del trabajo de Elejoste. La familia del industrial bilbaíno conserva como un tesoro unas 130 bobinas con las imágenes captadas por su padre y Vieites ha empleado unos ocho años en digitalizarlas y restaurarlas, fotograma por fotograma, con el mismo empeño y cariño con el que las captó Julián Elejoste.

Con la película del tranvía de Sierra Nevada, Vieites se empleó a fondo. Había muchos contrastes de luz y hubo que matizar muchas secuencias y cortar cinta que estaba en muy mal estado. «Hemos tratado de mantener la colorimetría de la película original, para que no se pierda la esencia del trabajo de Elejoste, ni el color de las películas de su época». Las películas que rodó pueden verse en un canal de Yotube que es un museo virtual del Transporte dedicado a su memoria.

Julián de Elejoste murió de un infarto una tarde de octubre de 1972. Acababa de ver el 'Maquinista de la General' de Buster Keaton.

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