Edición

Borrar
Poteto con un chaval del Taberna Andaluza.
El primer asalto

El primer asalto

Desde los años veinte se organizan en Granada combates de boxeo en una provincia con afición y buenos púgiles amateurs

AMANDA MARTÍNEZ

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Es difícil precisar cuándo se comenzó a boxear en Granada. José Luis Entrala en su coleccionable 'Un siglo de historia deportiva' se remonta al 17 febrero de 1924, fecha en la que el 'Defensor de Granada' publicó una información sobre la celebración de «una sesión íntima» para aficionados de la capital organizada por el Comité de Pugilismo del Real España en los salones de la Agrupación Artística de la calle Oficios. Aquel fue el primer año que boxeadores españoles compitieron en los Juegos Olímpicos que se celebraron en París y solo dos antes, Ramón Larruy había fundado la Federación Española de Boxeo, un deporte que se practicaba de manera casi clandestina en gimnasios, primero de Barcelona y luego de Madrid, desde 1875.

A finales de aquel 1924 data Entrala la constitución del primer club local, la Agrupación Pugilística de Granada, que organizaba veladas en el Salón Regio o en el Teatro Gran Capitán para los guantes de los granadinos Lozano, King, Morea, Martínez y Valenzuela. La afición se va animando y, aún en la década de los veinte, se abre el Boxing Alhambra en la calle Mesones , donde bregan Pajarillo o el estilista Martínez I. En la década de los treinta se siguen organizado algunos combates, a veces en el teatro Isabel la Católica, otras en la plaza del Triunfo, donde se montaron las doce cuerdas para ver en acción a algún que otro profesional como aquel día de septiembre de 1930 en el que el valenciano Baltasar Benleguer 'Sangchili', que llegó a campeón del mundo del peso gallo, dejó K.O. al granadino Parejo en solo dos asaltos.

La Guerra Civil lo paró todo, también la práctica del boxeo, que aparece y desaparece de manera intermitente en la ciudad hasta aproximadamente los años cincuenta, cuando se recuperan veladas locales con figuras como la de Manuel García de la Fuente, 'García III', «el fino estilista del Albaicín», como lo define Entrala, que había empezado a boxear en el peso pluma tras proclamarse campeón de Granada y que había conseguido clasificarse para los nacionales de aficionados del 50, cinturón que perdió ante el vasco Ricardo Marcos 'Bolita'.

Pero, a pesar de los esfuerzos del presidente de la Federación, Miguel Cañadas, la práctica pugilística en la ciudad no levantaba cabeza. Habría que esperar a finales de la década de los sesenta para hablar de la época dorada del boxeo granadino.

Los mejores golpes

En 1969 el equipo local clasificó el mayor número de púgiles de las provincias andaluzas para acceder a los Campeonatos Nacionales de Aficionados disputados en Barcelona. Se desplazaron los boxeadores Oliva, peso pesado; Francisco Antequera, semipesado; José Fernández 'Quintana I', peso medio y José Martínez, 'Kid Martínez' de peso pluma. Les acompañó 'García III' que había colgado los guantes para convertirse en preparador. Casi todos ellos fueron los protagonistas de una de las más populares veladas programadas en la capital, un combate a beneficio de la Gota de Leche celebrado en la plaza de toros de Granada y protagonizado por José Legrá, que había perdido el título mundial aquel mismo año. Unos 5.000 granadinos se congregaron en torno al ring que se montó en la plaza de toros para ver al canario Kid Tano, que no hacía mucho había peleado por el trono europeo contra Pedro Carrasco y había perdido la corona nacional de peso ligero ante Miguel Velázquez. Aquella noche, 'Kid' Martínez salió a hombros, como los toreros, del coso de Frascuelo.

Poco después, y con apenas 15 años, comenzó a boxear José Julián Romero: «Fue una época en la que había muy buenos boxeadores amateur. Fue bonito ver boxear a Jesús Vergara, a Paco Rejón I, o Joaquín Rejón II, que tenía una pegada demoledora», recuerda el ahora empresario.

Con Diego Sola al frente de la delegación granadina, el deporte de las doce cuerdas comienza a resurgir y logra convencer a una veintena de boxeadores aficionados que trabajaban con mucha ilusión, pero con poco más: «entrenábamos en un local en el Zaidín que había sido una carbonería. Conseguimos que la Federación Española pagara el alquiler y nosotros lo arreglamos... Pero no era un gimnasio. Teníamos un ring, cuerdas para saltar y muchas ganas. Entonces no sabíamos lo que eran las pesas, como mucho unas latas que se rellenaban con hormigón y una barra de hierro. La cuerda eran de las obras, nosotros hacíamos el saco... pero había muchas ganas», continúa Romero. En el antiguo cine Montecarlo y más tarde el cine Azul o la piscina Zaidín, donde ahora se encuentra el estadio de Los Cármenes, se organizaban veladas los viernes y solían estar muy concurridas. Allí se forjaron buenos púgiles como Dátiles, Pérez Vergara, José Luis 'Kid' Royo y el propio José Julián. Los tres fueron preseleccionados con el equipo nacional que se enfrentó en Granada en 1973 a la selección de Ghana, recién llegada de los Juegos Olímpicos de Múnich. Entre los ghaneses se encontraba, Joseph Destimo, medalla de bronce en estas olimpiadas.

Romero que tenía como referentes en aquella época, además de los grandes como Legrá, Miguel Velázquez o Pedro Carrasco (sus combates contra Mando Ramos eran como ver un Madrid-Barça), admiraba el pundonor del púgil motrileño 'Cohete': «Venía en el camión del pescado de Motril el viernes para boxear. Le faltaba técnica pero le sobraba coraje y las ganas podían con la técnica. Era muy valiente». Cohete se fue a Madrid en 1970 y estuvo adscrito al equipo de boxeo del Club Atlético de Madrid, en el que fue una de las principales estrellas.

Una historia, sin historia

Desde 1975 el boxeo granadino no había dado un buen golpe. Había luchado con más fuerza fuera del cuadrilátero contra la indiferencia, sino el rechazo, de las administraciones, que no terminaban de ver con buenos ojos su práctica y había cansado a los deportistas que acabaron sintiéndose contra las cuerdas.

Este era el panorama cuando, en los años noventa, reaparece de la mano de Antonio Mesa 'Poteto' y el club Taberna Andaluza con una nueva generación de boxeadores entre los que se encuentran Jorge Jofre, Florencio Pinto Martín o Juan Santaella Macías, sobre todo, Francisco Miguel Martos Maturana, que tras conseguir el cinturón de los pesos pesados en el campeonato de España amateur volvió a despertar el interés por la práctica de este deporte, aunque la falta de apoyo público (entrenaban sin ring denunciaba en un artículo en IDEAL) y, harto, tiró la toalla. Pero el boxeo se lleva en la sangre y sigue entrenando y peleando.

El boxeo profesional volvió a Granada en 1999. El Palacio de los Deportes acogió por primera vez en su historia una velada de boxeo y se dio visibilidad a una afición que llenó las 5.000 localidades que se vendieron. Aquella noche se citaron un buen número de viejos conocidos del cuadrilátero en lo que fue un homenaje a la práctica de este deporte en la ciudad. Allí estaban Martos Maturana, Juanmi Santaella, campeón de Andalucía en mosca, Carlos de la Fuente y Poteto I y no se olvidó la dedicación al ring de Rejón y Quintana. Viejas glorias que junto a los jóvenes, empezaron otra vez a luchar por levantar el noble arte del boxeo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios