Edición

Borrar
Llegada de los pasajeros al aeropuerto de Granada. 7 de mayo de 1992
El Concorde aterriza en Chauchina

El Concorde aterriza en Chauchina

La General celebró su centenario con la visita a Granada del mítico avión. Con motivo del 40 aniversario del primer vuelo comercial del aparato supersónico, @LaHemeroteca recupera este artículo y vídeo publicado en IDEAL el 29 de enero de 2011

Amanda Martínez

Jueves, 21 de enero 2016, 11:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando el 21 de enero de 1976, el Concorde iniciaba la era de la aviación comercial supersónica uniendo las ciudades de Londres y Bahrein, nadie en Granada se imaginaba que unos años más tarde, 16 para ser exactos, uno de estos aviones aterrizaría en el aeropuerto de Chauchina. La presencia del aparato franco-británico, capaz de lograr velocidades en torno al Mach 2 y de volar a una altitud de entre 16.000 y 18.000 metros, quedó enmarcada en las actividades previstas por La General con motivo de la celebración de sus cien años de vida y supuso un auténtico acontecimiento en la ciudad. El avión más rápido del mundo, el más chic, en el que viajan artistas, top models y ricos hombres de negocios, fue el protagonista de una promoción de la Caja que se encargó de organizar un fantástico viaje de varios días a París en el que, por un precio de 250.000 pesetas (la entidad sorteó veinte pasajes dobles entre sus clientes), se disfrutaría, además del vuelo en el lujoso avión, de un romántico paseo en Bateaux Mouche, de un espectáculo en el Lido, de una cena en uno de los restaurantes de las pirámides de cristal del Louvre y de las atracciones del entonces recién inaugurado Eurodisney. El día 6 de mayo de 1992, el pájaro supersónico aterrizaba en el aeródromo granadino procedente de la capital francesa, con los pasajeros que habían adquirido su billete en el primer turno.

Después despegó en un vuelo bucle con periodistas y representantes de diferentes instituciones, un vuelo a ninguna parte en el que sus pasajeros superaron la barrera del sonido, brindaron con champagne, llegaron a las islas Azores, y volvió para recoger al siguiente grupo de afortunados turistas que volaron a Portugal para coger la altura necesaria que les permitiera tomar tierra en París. Jorge Rubio Ruiz de Aguirre, uno de los periodistas que participaron en esta experiencia, recuerda lo divertido que fue este viaje, además de lo entusiasmados que estaban todos los que participaron en esta experiencia: «imaginaos una excursión infantil, pues esto fue el Concorde durante aquel viaje. Muy, muy divertido», y eso que había cierta inquietud en el pasaje, «acababa de ser el accidente del avión de AVIACO, que fue a finales de marzo», declara Rubio, «entonces, aquel avión que era tan rápido... Todos pensamos que la pista no era suficiente para que el Concorde aterrizara». José Guerrero, redactor de IDEAL que voló en el aparato revivía así el momento en el que el aparato rompía la barrera del sonido: «si mirabas por la ventana no se veía nada azul, era todo como materia gris oscura porque volábamos tan alto que no llegaba la luz. Bueno, fue una experiencia que guardo como oro en paño, sobre todo ahora que ya no hay "concordes"». Pero no sólo unos pocos disfrutaron de la visita del "pájaro supersónico". La Caja fletó varios autobuses desde Granada y miles de ciudadanos, como si de una romería se tratase, abarrotaron las instalaciones del aeropuerto para ver aterrizar y despegar el avión provocando atascos kilométricos en la carretera de acceso. «Fue un auténtico acontecimiento para la ciudad, para la Caja y para los clientes de la Caja», recuerda Fernando Rodríguez, que en el año 92 era jefe de Relaciones Públicas, «el avión estaba decorado con el logotipo de la Caja General de Ahorros de Granada y del primer centenario de su historia. Si, son unos recuerdos que difícilmente se pueden olvidar».

En 2000, 114 personas murieron al estrellarse uno de estos aviones contra un un hotel en Gonesse, el 24 de octubre de 2003 el pájaro supersónico dejaba de volar y tan sólo unos cuantos afortunados granadinos pudieron decir: «yo volé en el Concorde».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios