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Vista de la calle Zafra esquina con Portería de la Concepción, una de las paradas de la ruta
Paseos por la Granada misteriosa

Paseos por la Granada misteriosa

Casas encantadas y crímenes inexplicables, un original recorrido por la ciudad para celebrar el mes más enigmático del año

Amanda Martínez

Sábado, 31 de octubre 2015, 02:25

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Hay una Granada misteriosa y una ciudad que cambia cuando se pone el sol. Posee lúgubres callejones que trasladan al caminante a relatos arcanos de su historia. Un paseo a la luz de la luna por el dédalo de calles de los barrios del Realejo o el Albaicín, es también un recorrido por una ciudad llena de secretos. Esta noche de Todos los Santos es un buen momento para conocerlos. Guían en este viaje los miembros de Granada Secreta, un grupo de profesionales preocupados por la difusión del patrimonio cultural granadino que, dirigidos por el periodistas y escritor César Requesens, proponen rutas no convencionales por la capital. Estamos citados a las 8 de la tarde, noche de llovizna y luna llena. Jose Ildefonso González, un joven filósofo, dirige el camino. La primera parada nos sitúa junto a la Real Chancillería.

En la calle Aire conocemos la historia de dos de los verdugos más conocidos de Granada, el maestro Lorenzo y Bernardo Sánchez Bascuñana. Cuentan que el espectro del maestro Lorenzo, del que dicen que llevaba como reliquia el garrote de Mariana Pineda, aún recorre los pasillo de la Audiencia, sin apenas tocar el suelo, vestido con una capa negra y sombrero de ala ancha. Su rostro lívido nos acompaña en el ascenso a la calle San Juan de los Reyes para bajar de nuevo por la Cuesta de Santa Inés y calle Carnero. Cerrado a nuestros ojos está el maltratado Maristán, del que la leyenda dice que fue manicomio. Sí fue hospital y corral de vecinos hasta los años setenta cuando el ayuntamiento lo declaró en ruinas.

El último verdugo

Llegamos a la calle Zafra donde, en el número tres, se encuentra la casa que fue de Bernardo Sánchez Bascuñana, ejecutor de sentencias. Sobre la fachada de lo que parece una mezquita, que no ha podido escapar a la tiranía de las pintadas, el guía proyecta unas imágenes del documental de Martín Patino basado en este curioso personaje y en el congreso de verdugos que se celebró en Granada.

La escondida placeta de la Gloria es la siguente parada del camino. Allí atendemos a la macabra historia del exorcismo del Albaicín, aquel que en el año noventa costó la vida de una vecina del barrio que aseguraba estar poseía por el demonio. La crónica negra de esta ruta la completa la narración del crimen de Aixa, un suceso que conmovió a la ciudad provocando una marea de tristeza e indignación sin precedentes.

Enigmas del Realejo

Tras un pequeño recorrido por la Carrera del Darro, que a estas alturas parece más misteriosa que nunca, desde el pretil del embovedado el caminante casi es capaz de escuchar los lamentos de aquel duende que atormentaba con sus gemidos a los vecinos en los años treinta. Y, desde aquí, caminamos hasta el barrio del Realejo.

El viejo granero del Palacio de Abrantes, del siglo XVI, es ahora un local de copas donde los trabajadores dicen que oyen susurros de madrugada y que ven sombras. Del Carmen de las Ánimas, a espaldas Torres Bermejas, cuentan experiencias de apariciones y contactos con el más allá. Historias de niños que intentan ser llevados al reino de los espíritus. Una casa rodeada de un halo de misterio y de apariciones.

El fantasma de la Diputación

Quizás se trate del suceso paranormal más conocido de la ciudad desde que este diario publicara el intrigante retrato robot del rostro del fantasma. A finales de los años ochenta, un grupo de investigadores estudiaron los ruidos, apariciones y movimientos inexplicables que al parecer tenían lugar en el edificio que fue sede de Diputación y de los almacenes Wolworth. Algunos reconocieron en el retrato al alma en pena del Padre Benito, uno de los párrocos de la iglesia de la Magdalena bajo los cimientos del inmueble, pero también se habló del llanto de unos niños.

La visita finaliza en plaza Bib-Rambla, el lugar donde la Inquisición realizó los autos de fe.

El alma antigua de la ciudad nos sale al paso en este recorrido. Calles que parecen inmovilizadas en su edad de varios siglos. Si es escéptico no verá fantasmas, pero sentirá sin dificultad una Granada de oscuros y tenebrosos callejones y descubrirá su esencia que se halla en lugares milagrosamente escapados, casi intactos, del paso del tiempo.

[*] Más información y reserva de rutas en www.granadasecreta.com

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