Soldados de Myrto Uzuni

No sé cómo les arengó Robert Moreno al descanso, o si es que les metió testiculina en los biberones reconstituyentes, pero a ese vestuario entraron once corderitos como al matadero y salieron, por arte de birlibirloque, once alimañas dispuestas para la caza mayor. Los zombis apáticos se tornaron legionarios extranjeros. La presión la puso el Granada en la misma puerta del Mercadona, como si fuera un escrache de Sánchez Gordillo. Al Villarreal le tembló todo y los rojiblancos se vinieron más arriba que mi vecino, que se ha mudado al sexto izquierda. Los 'groguets' aguantaban el chaparrón con un paraguas roto y, pareció milagroso, que cuando soltaron los perros de presa se vio un rival que aún estaba vivo.

Uzuni y Suárez muerden con la fe de un fanático; un par de dogos argentinos buscando la yugular. Otra cosa es que cuando huelen portería su asociación es más torpe que la de Pablo Casado y García Egea. Son humoristas del gol, eyaculadores precoces de cara a puerta. Su entrega no admite discusión: Muriqi a su lado es Anelka en el Madrid. Es de lógica que estos dos tíos lo jueguen todo: exprimes su camiseta y acabas con la sequía del país.

Twitter es un reventador de ingenios y te birla titulares gloriosos como 'El brazo tonto de la ley' a causa de la mano de Torrente que desembocó en un pena máxima. El lunes contra el Cádiz va a ir a verlos su madre… y yo también. Esto va de Eterna Lucha; para los Schettinos ha llegado su apeadero.