Venezuela cae en un segundo tiempo que tuvo de todo y se va de vacío

El primer tiempo fue dominado de cabo a rabo por el combinado albirrojo, que de la mano de Berizzo despliega un juego sin demasiado virtuosismo pero con ritmo y constancia. Así, Fariñez, el meta venezolano, fue el más destacado del primer tiempo, actuando rápido en las llegadas paraguayas, en especial una doble parada que evitó que los visitantes se fueran con una merecida ventaja al descanso. Hasta entonces, Machís no había dado problemas a la zaga guaraní y Yangel Herrera se desfondaba en defensa, llegando de nuevo tarde en el minuto 29 para ver la amarilla. En esta ocasión, Peseiro decidió cambiar el 4-2-3-1 por el 4-3-3, actuando Yangel en una posición más adelantada desde la que podía mostrar su pegada. Poco antes del descanso, Otero hizo temblar el larguero de la portería paraguaya con un libre directo sensacional.

Tras el descanso, cambio de película. Venezuela se mostró mucho más agresiva con el balón, llegando a conectar más y mejor con Machís. Los venezolanos trataron de encontrar el gol con centros desde las bandas, poniendo siempre en muchos problemas a una timorata zaga visitante que pasaba sus peores momentos a falta de media hora para el final. Ahí pudo cambiar el encuentro.

Una jugada de laboratorio, muy del corte de Diego Martínez, sirvió para que Machís y Otero sacaran en un corto un córner para colgarlo al segundo palo de momento entre la incertidumbre de la defensa. Descolocados, Yangel sorprendió a los marcadores en el segundo palo para cabecear a gol. Se celebró sin demasiadas protestas, hasta que el VAR advirtió al colegiado de que el jugador del Granada había cambiado involuntariamente la trayectoria de su propio testarazo con la mano. El portero estaba vendido y el contacto era mínimo, apenas un roce, pero cambiaba el viaje del balón, por lo que la regla, absurda o no, llevó al árbitro a devolver el 0-0 al marcador.

Aún con el enfado por el polémico gol que se había evaporado, Venezuela siguió llegando, mandando y solventando bien los problemas atrás. En un buen centro de Machís, apareció desde las sombras Córdova (no confundir con el exrojiblanco Jhon Córdoba) para rematar a bocajarro con fuerza. Felino, Antonio Silva despejó a córner. Apenas unos minutos después, Peseiro optó por retirar a Machís (minuto 83). Yangel Herrera sí continuó sobre el verde, tomando el timón junto a Rincón para tratar de sorprender a Paraguay.

Pero los sorprendidos fueron los locales, cuando el paraguayo Espínola subió la banda y dejó un balón delicioso a Giménez en el corazón del área. Con el interior, pero con fuerza, el centrocampista batía a Fariñez y congelaba el banquillo de Venezuela. El 0-1 y los justificados 8 minutos de descuento llevaron a Berizzo a atrincherarse con seis defensas, mientras que Peseiro lamentaba sus cambios y deshacía su plan sacando la poca pólvora que le quedaba. En el minuto 93, en una jugada sin aparente peligro, Gómez cargaba por la espalda a Feltscher dentro del área y daba una ocasión para empatar a Venezuela. Herrera asumió la responsabilidad de lanzar el penalti y nadie le puso un pero, pues hasta entonces había sido el mejor. Trató de recuperar el gol que el VAR le quitó, pero en esa ocasión fue Silva quien le cerró la puerta con una buena mano a su izquierda. No hubo más tiempo y Venezuela acaba estas dos primeras jornadas como colista con cero puntos junto a Bolivia.

Precisamente a Bolivia fue a quien batió (1-2) a domicilio la Argentina de Nehuén Pérez. Sin embargo, el central del Granada no fue partícipe en modo alguno de la victoria en las alturas de La Paz. Lionel Scaloni no lo incluyó en la lista de convocados para el partido y tuvo que ver el encuentro desde la grada. Argentina comenzó muy mal, afectada por el cambio de aire a más de 3.000 metros de altura. Martins puso el 1-0, Lautaro -el mejor de los argentinos- igualó y Joaquín Correa, en un segundo tiempo producido, guionizado y dirigido por Leo Messi, dio la vuelta al marcador y tres puntos a Argentina.