Cambios patosos
La otra mirada ·
Hace falta cambiar el espíritu de los últimos encuentros y es necesaria más ambición, porque al Granada hace tiempo que no le sirve empatar, solo ganarJUSTO RUIZ
GRANADA
Sábado, 5 de marzo 2022, 00:07
Hay partidos que nacen muertos. El Granada lo dio a luz en su casa ante el Cádiz. Los jugadores de Robert Moreno se empeñaron además ... en apuñalar a la criatura con un fútbol cavernícola, que se transformó en un zombi con vértigos propios y ajenos. Así, el conjunto granadino fue un equipo sin pulso competitivo ni ofensivo y desaparecido tras quedarse con diez jugadores. El choque consistió en un tímido intento de los rojiblancos por salir del ataúd y una constante insistencia del conjunto gaditano en evitarlo echándole tierra encima con una presión poco ordenada.
Los numerosos cambios en el equipo granadino, con 26 jornadas sin repetir ni una sola alineación, han entorpecido a un conjunto lento en el juego y rápido en el error que le mantiene acerca de los puestos de descenso. Robert Moreno pretendía una cosa y le salió todo al revés. Amorfa. Definitivamente va a pelear por la permanencia porque no da para más. Ante el Cádiz, rival directo por la salvación, nadie dio señales de entender la importancia del encuentro. El Granada emitió terribles síntomas ante el cuadro gaditano y recordó a aquel equipo sin espíritu de la campaña 2017/18 que se fue directo al abismo, a un descenso de terribles consecuencias deportivas y económicas.
Parece imposible que este equipo tan horriblemente planificado desde la dirección deportiva, con cinco fichajes en enero, sea capaz de reaccionar, que se libere de la losa de ocho jornadas sin conocer la victoria. Y lo tiene que hacer hoy en Mestalla ante el Valencia. El enemigo no es de tronío, pero, francamente, a estas alturas de temporada casi da igual. Si el cuadro granadino vuelve a jugar con la misma actitud que mostró ante el Cádiz, el botín en juego se quedará en casa. Hace falta cambiar el espíritu de los últimos encuentros y es necesaria más ambición, porque al Granada hace tiempo que no le sirve empatar, solo ganar.
Nada dura tan poco como el éxito o el fracaso, especialmente en el mundo del deporte, en el que cada semana, casi cada día, existe una nueva oportunidad. Esta tarde se le presenta al Granada otra ocasión para redimirse de sus pecados más recientes y olvidar la tendencia negativa que apunta en las últimas ocho jornadas. Los rojiblancos, que se han disuelto como un azucarillo en el café, tienen que recuperar cuanto antes la credibilidad y dejar de ser un equipo asustado por la responsabilidad de no bajar, algo que sus jugadores no han sabido asumir ni digerir.
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