Vadillo: «Somos un equipo muy competitivo que no se tiene que poner techo»
Ilusionado con su regreso a Primera, el gaditano piensa que el Granada puede estar en el escalón del resto
Rafael Lamelas
GRANADA
Viernes, 16 de agosto 2019, 00:16
Debutó en Primera siendo un niño. Cuando algún seguidor de un rival escuche su apellido, pensará que ya es todo un veterano. No es así; ... Álvaro Vadillo aún no ha llegado al cuarto de siglo. Conserva la ilusión por triunfar en la élite y añade la experiencia que le ha hecho mejor futbolista tras superar muchos avatares. Ni él ni sus compañeros se ven inferiores a nadie.
–3 de enero de 2016. Betis 0 - Eibar 4. Su último partido en Primera. ¿En qué ha cambiado Vadillo?
–Muchísimo. Esta semana estuve tratando de recordarlo. Es verdad que fue ese, pero realmente mi última pretemporada en Primera división fue la de la 13/14, tras la que, por desgracia, descendí con el Betis. Ha llovido y he cambiado. En mi manera de ver las cosas, por ejemplo. Creo que soy una persona más madura, independientemente del fútbol, aunque también te ayuda en lo deportivo. He variado muchas cosas pero vuelvo con mucha ilusión.
–¿Lo que le ha ocurrido, aparte de las graves lesiones de rodilla que sufrió, ha modificado su fútbol?
–Me ha pasado de todo, no sólo lesiones. También estuve apartado en el Betis; fue muy desagradable. Lo que me pasó en las rodillas no varió mi juego. Sigo siendo un futbolista que encara, rápido y que busca el rival. Sí que es verdad que la evolución te hace afrontar los partidos de otra manera. Al final el conocimiento te ayuda.
–Habrá algún aficionado que no siga la Segunda división que, al ver de nuevo su nombre en Primera, pensará que está cerca de la treintena y usted no tiene ni 25 aún.
–Son muchos años como profesional desde aquel curso 2011-2012. Yo sólo tenía 16 años. Ahora se creerán que soy mucho más mayor, pero bueno. Estoy contento de volver a la máxima categoría, del sacrificio que he hecho y de no haberme rendido nunca. Ahora tengo una recompensa con un gran club.
–Cuando mira las cicatrices de sus rodillas, ¿piensa que tuvo suerte?
–La suerte se busca. Después de lo que me pasó y de que saliera bastante mal del club en el que me había criado, me marché a Huesca, que en teoría no era un equipo con grandes aspiraciones. Hay muchos casos similares al mío que no acaban volviendo a Primera jamás. Estoy satisfecho por mi perseverancia con todo lo que ha pasado. El segundo año asciendo con el Huesca y vuelvo a quedarme en la misma categoría con el Granada, pero he seguido empeñado en volver a la élite con esfuerzo y trabajo.
–Nunca jugó tantos partidos seguidos como la temporada pasada.
–Al principio de curso siempre pido salud, porque yo sabía que, si la tenía, podía dar buen nivel. Junto al cuerpo médico del Granada nos pusimos a fondo con el objetivo de no tener parones y lo conseguimos.
–Muchos encuentros seguidos, pero no tantos completados. ¿Lo dialoga con el entrenador?
–Nunca lo he hablado con el míster. Él sabe que yo siempre quiero jugar, pero hay muchas circunstancias. Por un lado las físicas y, por otro, las deportivas, que analiza él. Hubo momentos en que el equipo necesitaba cosas que a lo mejor yo ya no podía aportar. Otras era porque llegaba justo de energía, pero es que, si se mira detenidamente, nunca he tenido tanta continuidad en mi carrera. La primera piedra para dar más se puso la temporada pasada. Estoy seguro que está irá más rodada.
–¿Por qué en Huesca no cuajó del todo y en Granada sí?
–Allí llegué casi al final del mercado. Las primeras jornadas no jugué, pero una vez empezado el curso ya sí me integro y me volví a sentir futbolista, con minutos y participación. La segunda campaña arranco igual, pero llegó noviembre y me pegué lesionado cuatro meses. Vuelvo a lo mismo: una vez que regresé y el equipo estaba arriba y bien, fue muy difícil entrar en la alineación. En Granada hizo una buena pretemporada, pero sobre todo no tuve ningún problema y no me frené. Luego tuve que responder en el campo para ser titular.
–El otro día, en el entrenamiento, participó en un ejercicio defensivo de uno contra uno y se le jaleó por mantener la intensidad. Diego Martínez les pide mucho.
–Él es muy exigente y nosotros somos conscientes de que es un trabajo necesario que antes no veía igual. No sólo es bueno para el equipo. Para uno mismo, en cierta situaciones de ataque, el hecho de estar ordenado y recuperar el balón te facilita la salida hacia adelante. En esa situación que me recuerda, que fue con Azeez, le gané la pugna y lo celebré como un gol, porque son tareas pendientes que tenemos los de arriba. Cuando te salen, también te sientes satisfecho.
–La presión tras pérdida, de hecho, es algo que también practican.
–Sí. Robas en campo rival y te ahorras 50 metros de desplazamiento. Todo está ligado. Lo que nos requiere el míster en la presión y recuperación nos sirve de mucho para luego atacar.
–Martínez comentó que notaba que se estaba perfeccionando el modelo del año pasado.
–Sí, porque prácticamente el bloque de la temporada pasada está. Los que han venido se han integrado perfectamente. Aparte de lo deportivo, que son futbolistas excepcionales, va de la mano su calidad humana. Todo esto va a sumar muchísimo. Continúa el mismo entrenador y tenemos el mismo plan. Hay que llevarlo a más, como dijo Marti.
–El eslogan era 'pasito a pasito'. ¿Ahora cuál es?
–Soldado comentó el otro día que no nos tenemos que poner techo y tiene toda la razón. Somos un equipo muy competitivo en todas las líneas. Hay que ser consciente de que la Liga es complicada y hay grandes futbolistas, pero nosotros estamos dispuestos a dar un gran nivel.
–El buen rollo que se ve fuera del vestuario se refleja dentro.
–Es así. A veces, lo de decir que somos una familia suena a tópico, pero aquí no. Es cierto que la temporada pasada no tuvimos momentos malos, pero si se hubieran dado, los habríamos solventado sin problemas.
–¿Vadillo por la izquierda o por la derecha?
–Este año jugué casi siempre por la derecha. Si es verdad que ahora, con Darwin (Machís) hay un extremo que es más fijo en la izquierda. Con Antonio (Puertas) y Fede (Vico) teníamos más dinamismo y movilidad. Estoy cómodo en las dos posiciones.
–¿Dónde cree que está la diferencia entre Primera y Segunda?
–Es evidente que, en calidad, hay un salto. Con el Sevilla lo vimos: la precisión de pase, los movimientos, el ritmo que llevan... Es un escalón por encima. Pero nosotros tenemos que estar en ese escalón y podemos dar guerra .
–¿Se sienten a gusto con esa definición de equipo incómodo?
–Sí. Es un objetivo. Tenemos que ser un conjunto difícil de superar. Que cualquier equipo que venga a Los Cármenes sepa que le va a resultar complicado jugarnos.
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