Torrecilla, un futbolista que se enamoró de Granada e hizo historia a los mandos del Juvenil

Torrecilla fue un valladar en una medular en la que solía formar con Mario Gibanel. El equipo quedó cuarto, a las puertas del ascenso a la máxima categoría (por aquel entonces subían los tres primeros), pero el extremeño no podía imaginar lo que iba a ocurrir en los meses siguientes. El empresario Carlos Marsá, presidente del Granada 74, iba a ejecutar una de las maniobras más asombrosas de la historia del fútbol. Compró el club murciano y lo trasladó a tierras granadinas para que adoptara la denominación de la entidad que había fundado, cuyo techo había sido la Tercera división y sobre todo era popular por fomentar el fútbol de cantera.

Ese nuevo 74 SAD encontró innumerables contratiempos. Primero, que la normativa permitiera el cambio. Segundo, su sede para los partidos, que no fue Los Cármenes sino el Escribano Castilla de Motril. En el paquete, Marsá confió en Pina y Cordero para la gestión deportiva, aunque de manera parcial. Los murcianos intentaron traerse al grueso de la plantilla que tan buen rendimiento les había dado. Torrecilla era uno de ellos.

El curso empezó razonablemente bien para el 74 pese al 'exilio' costero y la polémica generalizada, pues gran parte de los aficionados del histórico Granada CF le dieron la espalda y lo consideraron un enemigo de su equipo, que estaba en Segunda B. El 74, por nivel, no parecía que fuera a tener problemas para mantenerse en la división de plata, pero todo se fue complicando. Torrecilla, a mitad del ejercicio, sufrió una seria lesión de rodilla y dejó debilitado el centro del campo. Su carrera nunca llegó a ser la misma desde entonces. En aquel vestuario, curiosamente, coincidió con Francisco Rodríguez, actual técnico del Elche, con el que se enfrentará el próximo sábado en su debut en Primera como preparador.

Con el descenso del 74, Torrecilla se marchó al Alicante, proyecto que tampoco se sostuvo en Segunda. Fue entonces cuando Pina y Cordero se acordaron de él para enrolarlo en el Granada CF en el que acababan de aterrizar, en Segunda B. El objetivo era subir sí o sí y un tipo de las condiciones y la experiencia de Torrecilla parecía como anillo al dedo. Pero el cartílago de su rodilla estaba muy dañado tras varias operaciones y no le dejó alcanzar su mejor versión. Le dieron la baja a mitad de temporada, pero decidió establecerse en Granada, donde había encontrado el amor en su anterior etapa.

Tras su retirada, orientó su formación a los banquillos, primero en el fútbol base. Empezó a ejercer en Alhendín, donde prosperó hasta alcanzar el primer equipo de la localidad, siempre en categorías muy modestas. De ahí saltó al Cubillas, de la Primera Andaluza, para ya entrar en la estructura rojiblanca en 2017, ya en la era china, tras el dramático descenso. Formó parte del cuerpo técnico de José Luis Oltra y lo compatibilizó con la dirección del Juvenil B, al que hizo campeón.

Tras la destitución del entrenador, él siguió con su labor interna, manteniendo la confianza del entonces director general, Antonio Fernández Monterrubio, y de Fran Sánchez, quien pasó a detentar la dirección deportiva tras la salida de Manolo Salvador, bajo el respaldo de Antonio Cordón en aquel grupo Hope que creó el expresidente del Granada, John Jiang, para la gestión de los activos deportivos que tenía entonces y de los que luego fue desposeído.

Torrecilla vivió una etapa de esplendor en el Juvenil A, con el que logró el hito de disputar la Copa del Rey de la categoría, algo que se ha repetido esta misma temporada con Milla. Quedó eliminado ante el Barcelona de Ansu Fati. El técnico extremeño empezó a sonar como alternativa para el Recreativo Granada, filial rojiblanco. David Tenorio no terminaba de dar con la tecla y su proyecto saltó por los aires en febrero de 2021. La RFEF iba a remodelar estos niveles y una mala clasificación podía dejar al Recreativo hundido en la nueva 3ª RFEF. Torrecilla, al menos, consiguió dejar al equipo en una zona templada, lo que le dio acceso a la 2ª RFEF, en la que el filial está esta temporada. Sus números en el pasado ejercicio, en doce encuentros, fueron de seis victorias, tres empates y tres derrotas.

En estos últimos meses, el Recreativo se ha sostenido con distintas rachas, pero siempre alejado del peligro y, últimamente, cerca de la zona de 'play off' a 1ª RFEF. En este tiempo en el Granada, ha dirigido a canteranos que están en el primer equipo como Torrente, Isma Ruiz o Pepe. Ahora, volverá a ser su 'jefe'. De ellos y de casi una treintena de futbolistas que necesitan encontrar un referente en él. Al lado de Torrecilla, Diego Mainz, uno de los grandes capitanes recientes del Granada. Se conocieron como jugadores pues llegaron juntos al club, pero Mainz sí pudo triunfar hasta llegar a la cima y fraguar varias permanencias. Torrecilla es más temperamental y Mainz, un tipo más sereno. Una equilibrada combinación para intentar conseguir la salvación.