Un talento ilusionante que alumbra el futuro

Con el 26 en la espalda, en cuanto a fichas del primer equipo, la incorporación de Soro no gastaba cupos de la primera plantilla y daba fondo de armario a Diego Martínez, un excelente desarrollador de talento. Gestionó los minutos del maño, que tuvo muy buenos minutos ante el Locomotive Tbilisi y fue disfrutando de sumar experiencia poco a poco en Primera.

La sorpresa saltó al tener protagonismo en Europa League, donde al contrario que un jugador de similares características como Fede Vico, sí estaba inscrito. Su partido en casa ante el Omonia dejó la duda de si ese muchacho no llevaba un lustro jugando con los rojiblancos. Especialmente reseñable fue durante todo el año su conexión con Jorge Molina, al que asistió varias veces a lo largo del curso.

En Copa fue de los mejores del equipo, titular los cinco encuentros. Sin embargo, la que pudo ser su noche más feliz acabo siendo el casi adiós a la temporada. Se estrenó como goleador en Huesca y, en la misma acción del tanto, se dañó la rodilla, perdiéndose tres meses y todas las eliminatorias europeas. Volvió en mayo para reivindicarse con una ilusionante actuación ante el Real Madrid, equipo que le fichó pero con el que ni siquiera entrenó.