Suplentes que suman más que nunca
Castellano, Azeez y Puertas ofrecieron minutos interesantes que demuestran las posibilidades del banquillo rojiblanco
Manuel Pedreira
GRANADA
Martes, 5 de marzo 2019, 00:10
El Granada terminó el partido en Majadahonda con Adri Castellano en el lateral izquierdo, Ramón Azeez en el centro del campo y Antonio Puertas por ... detrás del punta, tres jugadores que, por una u otra razón, no son habituales.
Fueron las tres sustituciones elegidas por Diego Martínez, la primera obligado por la lesión de Quini y las otras dos por necesidades del juego. En los tres casos, sus prestaciones fueron brillantes en líneas generales, una muy buena noticia para acompañar a la victoria y los tres puntos conquistados en el estadio majariego.
Castellano, Azeez y Puertas han llevado trayectorias dispares esta temporada. El primero fue promocionado desde el filial, el segundo llegó en el mercado invernal y el tercero se mantuvo de la campaña anterior, en la que desempeñó un papel secundario.
Adri Castellano solo había jugado el partido copero ante el Elche –en el que fue expulsado– pero una carambola le otorgó la titularidad ante el Córdoba. El lateral izquierdo del Granada era propiedad de Álex Martínez desde la temporada pasada pero una lesión a comienzos de diciembre le dejó fuera de juego y abrió la pelea para cubrir ese hueco.
El debate fue cerrado sin vacilación por Diego Martínez, que prefirió alinear a un zaguero diestro como Quini en lugar de probar a Adri. Su buen rendimiento le consolidó en el puesto pero la oportunidad para el canterano llegó cuando Quini vio la quinta tarjeta frente al Deportivo. Adri aprobó en su debut en El Arcángel, con algunos desajustes esporádicos, y elevó su nota el pasado domingo en Majadahonda, donde se le vio más asentado en defensa y más suelto en sus incorporaciones al ataque.
El costado izquierdo de la defensa ha sido el puesto más castigado por las lesiones este año pero, afortunadamente, se antoja un puesto bien cubierto a tenor de la rápida adaptación de Quini a una banda que no es la suya y al crecimiento de Adri, compenetrado con el resto de la línea defensiva y con los centrocampistas.
En el caso de Ramón Azeez, también frente al Rayo Majadahonda se vieron sus mejores minutos como rojiblanco. El nigeriano fue la tercera y última incorporación a la plantilla y llegó al Granada traspasado por el Lugo en el último minuto del mercado invernal.
Su puesto de trabajo estaba bien cubierto con la pareja Montoro-San Emeterio pero lesiones y sanciones de estos últimos le pusieron en la rampa de salida nada más llegar. Sin embargo, el técnico gallego confió más en José Antonio González y en Alberto Martín pese a que el recién llegado había completado una buena primera vuelta con el Lugo.
Paso adelante de Azeez
Azeez debutó en la sufrida victoria ante el Córdoba. Disputó la última media hora del partido y su rendimiento no pasó de discreto. Salió para rearmar el centro del campo pero se le vio aturullado y, por momentos, desbordado por los fubolistas del Córdoba, que asediaron sin éxito la portería de Rui Silva toda la segunda parte.
En Majadahonda dispuso de menos minutos pero sus prestaciones fueron muy superiores. Ocupó mejor los espacios, todos sus desplazamientos sin balón tuvieron sentido y con la pelota también mostró dinamismo y precisión para armar contras.
La excelencia de la pareja de centrocampistas titular le complica mucho abordar la titularidad pero la eventualidad de una baja, más probable en la recta final del curso, le pueden otorgar un papel protagonista para el que ya parece preparado.
El tercer suplente que salió reforzado de la visita a tierras madrileñas fue Antonio Puertas, autor de un gol soberbio que coronó la rutilante actuación del Granada. Puertas ha atravesado por épocas de sombra esta temporada. Comenzó como una centella, con varios dobletes en los primeros partidos, y se encaramó incluso a la cabeza de la tabla de goleadores de la categoría. Además de los goles, se destapó con un juego vertical e inspirado que, inexplicablemente, se fue apagando con el paso de las jornadas.
De titular indiscutible pasó a titular discutido y tuvo que soportar algún que otro murmullo de desaprobación desde la grada. Su rol pasó a ser el del primer recambio ofensivo y la competencia le puso muy difícil regresar a la titularidad. Sus diez minutos en el Cerro del Espino son un brote verde primaveral que deben reforzar la confianza de un futbolista necesitado de ella.
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