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Sigue viva la ilusión
La contra del 12 ·
En pocos días, Los Cármenes decidirán quién va a Sevilla en abril a la final de la Copa del Rey. ¿Alguien en el comienzo del curso futbolístico no hubiera firmado llegar así al 5 de marzo?eduardo zurita (aficionado del granada)
Jueves, 13 de febrero 2020, 12:20
La corta ventaja del Athletic de Bilbao tras la disputa del partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey deja abierta la ... vuelta en Los Cármenes el próximo 5 de marzo. San Mamés es un campo impresionante arquitectónicamente y en el imaginario futbolístico. La hinchada bilbaína es una de las aficiones que más empuja como local, y convierte a la llamada Catedral en un estadio atronador para crear la máxima presión sobre el rival.
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Es el Athletic un clásico del torneo de la Copa. Veintitrés títulos de este torneo adornan su historia, sólo por detrás del intratable Barcelona que en las últimas ediciones ha acumulado campeonatos hasta superar a la escuadra vasca en el escalafón. Parroquia y equipo bilbaínos están acostumbrados por ello a los retos coperos y, aún más, el club cuenta también con experiencia de su paso por competiciones europeas donde las eliminatorias ante equipos de nivel son habituales. No obstante, en esta edición copera, el Athletic se alió con la fortuna en sendas tandas de penaltis en las eliminatorias en Elche -aquí contó además con la inestimable ayuda arbitral que consintió que su portero Herrerín avanzase lo que quisiese en la cita tanda para detener los disparos ilicitanos-, y en Tenerife, si bien es cierto que dejaron en la cuneta al todopoderoso Barcelona en cuartos, tras un partido lleno de fortuna donde el equipo catalán mereció de largo la victoria.
Sabedor del empuje de la grada bilbaína en los arranques de partidos, el conjunto granadinista salió dispuesto a atemperar a los leones, a domarlos, disponiéndose muy ordenado en los primeros compases del encuentro, donde incluso sendas aproximaciones de Soldado y Herrera a los dominios del portero local llevaron la desazón a la grada, enmudecida en el remate del levantino que buscaba el poste de la portería de Unai. Fue un espejismo, porque el mando del partido fue tomado rápidamente por las huestes de Garitano, comandadas por Muniain y un insaciable Williams, esa gacela con la que cuentan los del Athletic en su delantera.
El Granada era incapaz de cortar la hemorragia de pases surgidos de la cabeza de Muniain, que siempre buscaba a sus compañeros mejor situados y, en especial, las bandas, donde Capa y Yuri ponían en un brete a Víctor Díaz y Neva, mal auxiliados por Puertas y Machís, estos últimos de lo más flojo del Granada en San Mamés. Tampoco Gonalons y Herrera eran capaces de cortar los pases interiores que buscaban al pequeño y dinámico cerebro del equipo vasco. Williams se bastaba solo para sembrar el desconcierto en cada una de sus penetraciones por banda aprovechando cualquier indecisión del rival o buscando el espacio a las espaldas de los defensores granadinistas. Se plantaba con facilidad en las inmediaciones del área de Rui Silva y creaba cada vez que intervenía la zozobra en las huestes granadinistas.
No obstante, fue en una acción extraña donde vino el gol del Athletic, muy al final del primer tiempo. Diego Martínez había reubicado a los centrales, llevando a Domingos, más rápido que Germán, al lado de Neva, para tapar a Iñaki Williams. Un fuera de juego tardíamente señalado por el colegiado, pilló a Víctor fuera de sitio cuando ya enfilaba la banda de ataque para servir un centro. Se sacó con astucia muy rápido por parte de los locales, y Dani García vio que Williams se había cambiado de banda, buscando nuevamente a Germán -que sufrió lo indecible con el delantero del equipo vizcaíno en la primer parte-, y le otorgó un pase profundo que Iñaki controló entre el hombro y el brazo para asistir a un Muniain que llegó a remachar suelto del marcaje de Gonalons y Herrera. A los fallos de posicionamiento y marcaje de los granadinistas se unieron la calidad de Dani García, Williams y Muniain para desequilibrar el marcador.
La primera parte concluyó con una ventaja mínima que era justo premio a un mejor equipo local frente a un Granada que había simplemente aguantado el chaparrón, sostenido por las intervenciones de Rui Silva y la capacidad de achique por amontonamiento defensivo. No parecía que de seguir el partido por los mismos derroteros se pudiese aguantar encajar otro gol, y Diego Martínez reaccionó en el receso para dar salida a Vallejo por un desdibujado Puertas y disponer una defensa con tres centrales y dos laterales. Al Athletic le empezó a ser mucho más difícil a partir de entonces encontrar a su motor y cerebro, Muniain, y además éste se vio mejor encimado por Gonalons y Herrera en este periodo. Sólo Williams seguía siendo una amenaza latente, como pudo comprobar Vallejo en dos acciones seguidas donde el delantero le ganó la partida, con la suerte que no definió bien en la primera de ellas y de que Rui Silva hizo la parada de la noche en la segunda. El cancerbero portugués estuvo excepcional negando otro gol más tarde a Capa. Éste sí le batió en una acción que parecía no entrañar peligro, pero la suerte se alió con el Granada en forma de fuera de juego posicional de Williams que se interponía en el campo de visión del meta luso.
Frente a una primera parte agobiante para los discípulos de Diego Martínez, la segunda, más trabada, con más dificultad para la construcción local, devino en un juego sin continuidad, de cuerpo a cuerpo, con muchas paradas por las faltas e infracciones -una fuerte entrada a destiempo e innecesaria de Soldado le privará de estar en la vuelta-, que convenía más a los visitantes. Incluso el Granada volvió a aproximarse con posibilidades de gol en un gran lanzamiento de Neva -al joven lateral cada vez se le ve mejor-, y en un remate tras saque de esquina de Gonalons. En ambas acciones, el gran portero que es Unai Simón evitó lo peor para los suyos.
La corta ventaja obtenida por el Athletic de Bilbao ante el Granada hace que todo quede pendiente para la vuelta. Lo derrota por la mínima permite a los rojiblancos horizontales mantener viva la llama de la ilusión de superar la eliminatoria. No salió mal parado el equipo de Diego Martínez, visto el desarrollo del partido, de San Mamés, donde hubo una mejor escuadra sobre el césped, el Athletic, sobre todo en buena parte del primer periodo. Se impuso la mayor calidad de sus mejores jugadores, como Capa, Yuri, Íñigo Martínez, Muniain o Williams, entre otros, que junto al meta Unai Simón, parecen claramente seleccionables. Pero la realidad es que en el campeonato liguero la distancia entre ambas escuadras es de un solo punto y que en la ida copera la ventaja ha sido exigua para los bilbaínos, si bien consiguieron no encajar goles en contra -el Granada sigue en una peligrosa y prolongada sequía goleadora crónica como visitante ante equipos de Primera-. Se volvió vivo, con la necesidad de una nueva gesta ante la parroquia rojiblanca horizontal, en lo que puede ser una noche para el recuerdo eterno. En pocos días, Los Cármenes decidirán quién va a Sevilla en abril a la final de la Copa del Rey. ¿Alguien en el comienzo del curso futbolístico no hubiera firmado llegar así al 5 de marzo?
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