Semana 'horribilis' para el Granada
Cae por 0-2 contra Osasuna, merecedor del triunfo, y enlaza dos derrotas consecutivas, tras un partido decepcionante, sin síntomas sólidos de reacción
Rafael Lamelas
GRANADA
Domingo, 23 de enero 2022, 16:13
Semana 'horribilis' en el Granada, en una versión decepcionante. Cayó con Osasuna, segunda derrota consecutiva, y vuelven a flotar las dudas, porque el equipo mereció ... ambos castigos. Los rojiblancos tardaron en cogerle el pulso al partido. Espabilaron algo, pero volvieron a caer en esa duermevela que en Primera se paga con la cabellera. Osasuna, sin un talento desbordante, sí se mantuvo más conectado al encuentro que los anfitriones. Esta vez ni siquiera tuvieron el ímpetu de otras ocasiones cuando encajaron primero. Lo que llegó fue el segundo tanto y la huida de hinchas por los vomitorios. El ejemplo de la frustración.
La interpretación de las rachas siempre es caprichosa. Se ha pasado de la oportunidad de batir el récord de jornadas sin perder en Getafe, que se igualó en siete, a una lectura peor: cuatro fechas sin victorias. Las dos últimas, tropiezos, con rivales directos que se quedan el diferencial particular. No funcionó prácticamente nada en el Granada. Hubo detalles de Collado en el primer tiempo sobre todo de enganche, pero al parecer su mecha es aún corta y Robert Moreno prefirió que no estirara su actuación. Tocó el sistema, y nada. Acumuló centrocampistas, y tampoco. Colapsó la vanguardia de delanteros, y anotó el contrincante. Hay días para meter la cabeza en un agujero como los avestruces. Fue un domingo para ello. Sigue habiendo una renta generosa respecto al descenso, pero vienen curvas en febrero.
Granada
Maximiano; Víctor Díaz (Quini, m. 71), Germán, Torrente, Escudero (Carlos Bacca, m. 81); Luis Milla, Montoro (Darwin Machís, m. 71), Antonio Puertas, Álex Collado (Gonalons, m. 46); Luis Suárez y Jorge Molina.
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Osasuna
Sergio Herrera; Nacho Vidal, David García, Juan Cruz, Manu Sánchez; Torró (Oier, m. 87), Moncayola, Chimy Ávila (Javi Martínez, m. 75), Rubén García (Kike Barja, m. 94); Brasanac; Budimir (Kike García, m. 75).
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GOLES: 0-1, m. 64: David García; 0-2, m. 89: Kike García.
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ÁRBITRO: Santiago Jaime Latre (comité aragonés). Sin tarjetas al Granada. Amonestó a los visitantes Nacho Vidal (m. 26) y Brasanac (m. 66).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 22 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 12.471 espectadores. Minuto de silencio por Paco Gento, entrenador del club en la temporada 80/81, y por Jacob Azafrani 'Jaco', exfutbolista.
Osasuna se remangó pronto, aunque a Arrasate no le hizo ni falta porque iba en manga corta pese al fresquito. Los navarros salieron sobrecalentados, duros en los quites, ante un Granada que extendía el plan táctico de Getafe pero con retoques. Mudaron los laterales para poner a los veteranos Víctor Díaz y Escudero. Apareció Montoro para paliar la soledad de Milla y se estrenó Álex Collado desde el principio. El catalán salió por la izquierda, como extremo natural, pero acabaría yéndose a la mediapunta, en un giro táctico necesario.
Robert Moreno se percató de que su distribución habitual no contenía la expansión de los visitantes, con Chimy Ávila echado a la derecha y Brasanac en el paso hacia el ataque, en armonía con Torró y Moncayola. De esa sensación de superioridad nació todo para Osasuna. El rival del Granada estuvo presto para el robo, astuto para cerrar espacios y vertiginoso para pronunciarse en ataque.
La ronda por la garita de Maximiano arrancó con estruendo creciente, hasta que se le anuló un tanto a los navarros por fuera de juego previo de Budimir, que resultó ser por pocos palmos. En otro despegue por el sector defendido por Víctor Díaz, Moncayola pudo cantar bingo, pero golpeó con el interior en dirección a la grada. En ella, estalló una salva de silbidos. Los suyos no estaban masticando bien ni los aperitivos de la sobremesa.
Estaban todos tan fallones que hasta Montoro botó una falta como si se le hubiera olvidado el magisterio. De la enésima pérdida del equipo, con Puertas muy errado, surgió otra asociación entre Raúl García, por banda, y Budimir en el área a la que no llegó el croata por una uña.
Moreno ordenó que Collado dejara de sestear por fuera y se ubicara de mediapunta. En la reforma, Puertas se fue a la diestra y Suárez a la siniestra. Osasuna seguía dando dentelladas de caimán, pero el Granada se tranquilizó con el balón, con su flamante fichaje participando en la arquitectura.
Lo curioso es que la mejor acción del primer tiempo llegó de un voleón en alto, que peinó Collado para que Jorge Molina sacara un conejo de la chistera. Puertas puso sonrisa de niño y buscó la vaselina sutil ante la salida de Sergio Herrera, que le adivinó la intención. Suárez, cerca, se quedó desconsolado.
Al colombiano le cancelaron un tanto por fuera de juego de Germán. La modorra parecía concluir. El descanso paralizó la ofensiva, aunque Moreno vio excesivo forzar más a Collado y recuperó a Gonalons, que llevaba dos suplencias consecutivas. No anda fino el francés.
El reparto no varió, aunque con Montoro sobre el acueducto. Osasuna continuó con su tono levantisco, amenazante Brasanac en un cabeceo a quemarropa, tan centrado que Maximiano no pudo atajar sin despeinarse. Quedó claro que la fractura del acto inicial no estaba soldada. La pelota volaba con pólvora al pasar por las botas de los pamplonicas, aunque se aguara al final.
Tocaba espabilar ante un adversario cansino en la disputa. El Granada necesitaba encontrar un pasadizo y lo alumbró Montoro. Subió Escudero, halló a Gonalons, el francés chutó agobiado y Puertas no pudo apuntillar.
Suárez entendió que se podía meter por el lado de Nacho Vidal. El público escuchaba por fin la corneta y se animaba, paso necesario para devolverlo multiplicado, pero fue entonces cuando los rojiblancos bajaron la guardia en un córner. Torrente erró en la marca, sin siquiera saltar, y David García peinó la bola hacia meta.
Otra vez como el salmón río arriba, el Granada recuperó su esquema original con la entrada de Machís por Montoro, con Quini al lateral. Pero quien se asomó fue Chimy Ávila, que vio el surco abierto. Torrente se venció por el suelo y tuvo un duelo con Maximiano que el hombre de negro solventó con el torso.
Se sucedían errores no forzados en las dos orillas, pero los de los locales gravaban más. Maximiano tuvo que agigantarse ante Kike García, ya de refresco, y las bandas seguían en llamas. Moreno reunió a todos sus puntas, con Bacca dentro, aunque de nuevo tocó un repliegue complejo, con Javi Martínez escapando hacia Maxi y Torró malogrando un disparo con pinta de sentencia. Parecía que Torrente se había lastimado yendo al corte, pero no.
Osasuna proseguía erre que erre, aunque sin encontrar de nuevo la diana. Germán le dio un cabezazo fortuito a Torró, que le dejó sonado. Saltó Oier por él para deshabilitar la reacción rojiblanca, pero lo que llegó fue el golpe de gracia de los visitantes, del correoso Kike García, que le ha cogido el gusto a festejar en Los Cármenes, antes con el Eibar. Parte de la afición se apresuró a abandonar el estadio, con un cabreo de narices. El resto aguantó el chaparrón hasta el final, sin nada que catar. El Granada les cerró a todos el estómago. A los protagonistas les toca espabilar.
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