Sandoval, el técnico 'milagro' y el sueño de una mejoría anímica como poco
El de Humanes tratará de motivar a una plantilla de capa caída más que a aplicar innovaciones tácticas
El primer paso obligado de José Ramón Sandoval al frente del Granada será emprender una recuperación anímica del vestuario, clave para que irrumpa la competitividad ... en los partidos. En tiempos en los que el fútbol parece evolucionar gracias a la última tecnología, con supuestas metodologías vanguardistas de entrenamiento, uso continuo (y hasta excesivo) del vídeo y del 'big data', lo más sencillo, la motivación del grupo, parece que viene de serie y no es así; casi siempre resulta lo más complicado de lograr. Requiere experiencia en situaciones parecidas, observación y mano izquierda.
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Sandoval llevaba un par de años alejado de los banquillos y tiene, como todo preparador con un bagaje, éxitos y fracasos a la espalda, pero si por algo se caracteriza es por irradiar una energía personal con la que ha sido capaz de mejorar situaciones muy complicadas. Entre ellas, la que vivió en aquellos cuatro partidos del final de la temporada 2014-2015, el 'milagro' de Sandoval.
El de Humanes es perseverante al afrontar entuertos así. En otros contextos le ha costado encontrar continuidad, pero en las dificultades es de los que consigue ver el lado positivo y que los demás, también. La plantilla, de capa caída, no precisa de innovaciones tácticas de calado, sino de alguien que ejerza el papel de psicólogo, sin menoscabo de profundizar en una idea colectiva que potencie las virtudes de los jugadores disponibles.
Cuando a Pepe Mel, nuevo entrenador del Almería, le preguntaron qué era lo que le habían dicho sus hombres tras imponerse a Las Palmas y romper así la terrorífica racha sin ganar de los indálicos, el madrileño se ciñó a recordar que les había prometido tres días libres si lo lograban. Fue una forma sencilla de explicar que a veces hay que actuar con naturalidad para liderar en medio de una crisis. Una fórmula de trabajo que le sirvió a otros, como a Del Bosque o ahora a Ancelotti, maestro de la gestión emocional.
Sandoval trabajará estos días sin los internacionales Bruno Méndez, Facundo Pellistri y Myrto Uzuni, tres titulares indiscutibles, pero con una plantilla entre la que había varios futbolistas que se sentían apartados de los planes de Alexander Medina y a los que se les presenta una última oportunidad de reivindicación.
No es momento de facciones y sí de un compromiso máximo por un escudo al que están atados la mayor parte, aunque luego alguno busque una salida cuando se consume el más que probable descenso. Hasta para huir hay que demostrar valía porque es lo que sube el caché. Sandoval no actuará pensando en quién tiene contrato, sino en los que den el paso al frente. Por su bien y el del club, lo esperable es que sean todos.
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