Sandoval: «Tengo que sacarle una sonrisa a todos, en especial a la afición»
«No creo que nadie dé un puesto de trabajo solo por amistad, cuando él se juega el suyo también», dijo en referencia a Alfredo García Amado
–A la afición siempre hay que decirle la verdad.
–Siempre, como a los hijos. Si no, no creen en ti. Alguna vez puedes ... hacer alguna trampilla para que tu hijo se vea ganador, pero la verdad siempre por delante.
–En su segunda temporada, le cesaron con el equipo en descenso, pero nadie le pitó.
–Fue algo diferente. Lo he hablado con Matteo (Tognozzi). Ahora han penalizado muchos partidos que acabaron en empate. En mi etapa, estábamos fuera del descenso en la primera vuelta, pero el calendario se nos complicó. El partido que se podía ganar en ese periodo, el del Getafe, se consiguió. Habíamos sufrido empates en los que fuimos mejores y cuando venían ya esos rivales, se me cesó. Acepté la decisión. Quique Pina, el presidente, me lo comunicó con un abrazo y me dijo que no podía negar el trabajo, pero que necesitaba un revulsivo. Tomó una buena decisión y el Granada se salvó.
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–¿Se ha sentido fuera de la rueda del fútbol?
–Me he rodeado de la gente que me quiere, la que me ha dicho a la cara lo que hago mal, no los palmeros que te dicen que eres un fenómeno. Lo hablé con Juan Carlos Cordero –director deportivo de su época– hace un tiempo; le agradecí su trato por ser sincero. En estos años, me he intentado formar más, he visto entrenar a compañeros, me he imaginado en sus situaciones... El Fuenlabrada fue un máster para mí porque me pilló en pandemia. Todo te hace mejor. Hay que saber elegir el momento e ir a los sitios donde realmente te quieren. Este Granada ha apostado por mí.
–No puede negar que su gran valedor es Alfredo García Amado.
–Tengo un compromiso con él. Se ha desgastado mucho en ese aspecto. En el club, las decisiones deportivas las ha de proponer Matteo (Tognozzi), pero Alfredo no ha querido imponer su criterio sino convencerle de la idoneidad de mi fichaje. Matteo es un hombre de fútbol. Por lo que estoy comprobando, va a ser un director deportivo top mundial por su conocimiento, su manera de interpretar las situaciones, por su trato... Matteo ha investigado sobre mí y al final ha puesto en la balanza qué le hacía falta al Granada y también se ha convertido en un valedor mío.
–Estuvo en etapas difíciles con Amado en Sporting y Córdoba.
–Fueron complicadas, aunque en el Sporting me cesaron a falta de cuatro partidos estando en 'play off', cogiendo al equipo inicialmente en descenso. Nos ayudamos mucho y él vio mi puesta en escena en el campo y en los entrenamientos. Pero una cosa; yo no creo que nadie dé un puesto de trabajo solo por amistad, cuando él también se juega el suyo. Apostaron por Medina y no salió bien, tuvieron mala suerte. También coincidí con Javier Aranguren en Fuenlabrada y él sabe que estuve a punto de salvar al equipo. Al final, todo suma, aunque quien toma la decisión es la propiedad. Pusieron sobre la mesa una decisión que no sabemos cómo saldrá todavía.
–¿Habrá un segundo 'milagro' de Sandoval?
–Vengo a conseguirlo y tengo fe en ello. Rezo por hacer feliz a mucha gente a los que veo sufrir. Coincidí con Antonio Viola (director de comunicación) en el Córdoba. Sabe lo que pasamos allí. Le he visto triste y preocupado, cuando es un tipo alegre. Tengo que sacarle una sonrisa a todos, en especial a la afición. Vine la otra vez y, sin dar nada, me entregaron todo. Trato de convencer a los jugadores de que no se preocupen. Si ellos se entregan, los querrán, dejando todo en el campo. Dignificar este escudo. No somos ilusos, pero sí creyentes. No hay nada más bonito en la vida que agarrarse a algo. Las derrotas hay que sentirlas y las victorias, disfrutarlas, pero lo fundamental es lo que se transmita a la afición, atraerla al campo, que no esté apática. Esto es suyo y hemos de ser capaces de lograrlo. Como en mus, hacer buenas las cartas malas. Nunca sabes qué pasa por la cabeza de aquel con el que estás jugando, pero lo que no puedes hacerte es daño a ti mismo. El motor funciona si conectamos con la grada.
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