Rodelas y los nuevos ídolos
La afición aplaude y corea al canterano granadino en lo que pareció la escenificación de una sucesión de los veteranos Víctor Díaz y Antonio Puertas, solo por ofrecer entrega en una actuación mucho más discreta que en su debut
Todavía no habían pasado ni diez minutos de los cánticos en homenaje a Antonio Puertas y Víctor Díaz al marcar el reloj sus dorsales cuando ... Sergio Rodelas buscó a Lucas Boyé con un centro al área y la grada de animación coreó su nombre. Aquello, precipitado o no, sonó a sucesión. Aunque no tuviera ni mucho menos el protagonismo del que sí gozó durante la recta final de Vallecas con su debut, la ilusión que el extremo natural de Alhendín ha despertado entre la afición del Granada a sus 19 años refleja la agonía de esta por encontrar nuevos referentes en el equipo. «Granada somos nosotros», se cantaría junto al clásico «volveremos» por el último partido de la temporada en Los Cármenes.
José Ramón Sandoval avisó ya en la antesala del partido que se agarraría al hambre de Rodelas si el equipo lo requería y lo cumplió dándole la titularidad. Inseparable del balón durante el calentamiento, 'Chiqui' saltó al campo como se fue luego: a toda mecha. Estuvo cerca de robar una pelota a Manquillo tras sorprenderle con el acelerón en la presión nada más empezar y, de puro nervio, incluso evitó un saque de esquina a favor de su equipo al querer devolver el cuero que se marchaba por línea de fondo a un compañero en el área. Siempre tuvo a Boyé como referencia, pero, y a pesar de que la grada le corease cada acción, apenas tocó bola.
Una pérdida torpe que provocó un contragolpe peligroso del Celta a la vuelta del descanso y su cambio de banda con Pellistri precedieron la sustitución de Rodelas a la hora de partido. Salió pitando porque, como granadinista de cuna que es, no le valía con que su equipo fuera empatando aunque le tocara sentarse. Hubo cierto paternalismo en los aplausos a Rodelas cuando fue sustituido a la hora por Gonzalo Villar, a quien por cierto se le dio la bienvenida con algún pito. Escasos segundos después, además, marcó el Celta para reabrir las puertas del infierno definitivamente con el segundo poco más tarde con los cánticos de «jugadores, mercenarios» además del de «directiva, dimisión» ya unánime. Ni el resultado iba a estropear en cualquier caso el sueño de 'Chiqui' por jugar con el primer equipo ante su gente, con casi toda su familia y muchos de sus amigos en Los Cármenes.
Ya sin Rodelas sobre el campo, a la afición del Granada le quedaron pocas razones para no volverse hacia el palco, aunque ni por esas lo hizo demasiado ante el hartazgo generalizado, con muchos abonados ya en la playa. Lo más preocupante de todo es que la mayoría de futbolistas presentes mantendrán contrato en vigor para la próxima campaña en Segunda división, aunque habrá que ver cuántos seguirán realmente más allá de los que quieran o no.
Además de Víctor Díaz y Antonio Puertas también se despidió un canterano como Raúl Torrente, lesionado además como la mayoría de su etapa para su desgracia desde que promocionara, así como los cedidos Facundo Pellistri, con otra actuación insulsa como titular por mucho que procediera del Manchester United; Kamil Piatkowski, con nuevos minutos para dudar de su capacidad; o Faitout Maouassa, sin salir del banquillo como en 11 de las 16 jornadas a las que fue convocado sin ausencia alguna desde su fichaje.
La reconstrucción del Granada en Segunda pasará por la continuidad en la cúpula de mando, pero sí habrá un entrenador nuevo y cambios en la plantilla. Con solo un poco de amor propio y por la camiseta, Rodelas se ha ganado una oportunidad en pretemporada. Es lo único que la afición exige. 'Chiqui', con todo, aún tiene que firmar la ampliación de su contrato y, de paso, de una cláusula que, al parecer, ya está en los tres millones de euros.
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