Robert Moreno: «Estaba seguro de que nos íbamos a salvar»

«Es hablar de hipótesis, pero yo sentía que podía salvar al equipo porque la trayectoria de la primera vuelta se podía repetir. LaLiga empezó mal, pero luego enderezamos el rumbo. Pero lo que pasó fue que el ambiente se fue enrareciendo, por muchos factores. Cometí errores, fallos en momentos de tensión, sobre todo pospartido en comunicación que me quitaron crédito, que me podían haber permitido llegar a esos partidos que había en la segunda parte de la segunda vuelta que nos podían haber dado la salvación. Estaba seguro de que nos íbamos a salvar», insistió.

Moreno desveló cómo se sintió tras consumarse el descenso y lo que hizo después: «Cuando estás en un equipo así y vives situaciones intensas, coges cariño a mucha gente, desde los jugadores a los trabajadores del club... Yo sufrí, lo pasé mal. Cuando acabó el partido le mandé un mensaje a Karanka para decirle que me parecía injusto lo ocurrido con el final de Liga que hicieron. Él me dio las gracias, agradeció el detalle. Pensaba que tenía que conseguir la salvación porque hizo un buen trabajo y no merecía bajar».

El catalán ahondó en los motivos de su cese: «Es difícil decir una causa. Al final la principal son los resultados. Si ganas, a la afición le puedes caer mejor o peor, pero no hay problema. Por no ganar, a veces por nervios o lo que sea me expresé en un modo que no me representa. Después de salir de Granada, he hecho un proceso de hablar con amigos, compañeros, periodistas, gente a la que aprecio, y me decían que no me reconocían. Es algo de lo que soy consciente y no me importa reconocerlo. Lo hago porque tengo que mejorar y estoy en ello. Venía el Granada del mayor éxito y de la afición viéndolo por casa. Ante eso, se podía empatar o perder, y lo normal era perder por las expectativas generadas. Intenté darlo todo. Dejé lo que tenía dentro a nivel profesional, pero el fútbol fue caprichoso. Pasamos del récord histórico en Primera de partidos sin perder a varias derrotas seguidas... Son dinámicas». No se arrepiente de su paso: «Siempre que no se consiguen los objetivos que te marcas, es desagradable. Al final, el Granada era un reto mayúsculo. Entrenar al equipo que venía de hacer el mejor año y medio de su historia era complicado. Había gente que me decía que no lo cogiera, pero la ilusión y las ganas de entrenar a un equipo como el Granada en Primera división pudo con todo. Evidentemente, no he disfrutado de situaciones poco positivas».

En cualquier caso, Robert Moreno distingue entre lo vivido trabajando y en la ciudad: «Hay que diferenciar el ambiente de un estadio de fútbol, con las emociones, del que había en la calle. En Granada me he sentido querido. Desde el conductor del autocar que llevaba a mis hijos al colegio, pasando por el portero de donde vivía, la gente del supermercado bajo mi casa... La gente fue cariñosa. Luego está el condicionante de un resultado en el campo, con la afición expresando su desacuerdo. Los entrenadores asumimos las responsabilidades, hay que aceptarlo».

Sobre su situación actual, expresó: «No me aburro. Cuando eres entrenador, lo eres con equipo o sin equipo. Soy obsesivo de la mejora constante. Trato de estar entretenido. Disfrutar del día a día». Espera ejercer pronto: «He tenido ofertas y estoy preparado, pero quiero pensar bien el siguiente paso. Si me cuadra y se dan las circunstancias... Pero este periodo de parón es de aprendizaje y mejora».