Ritual
El presente es paciencia. ¿Cómo será el mañana? ¿Aforos con gradas reducidas a un tercio, a la mitad?
Víctor M. Romero
Sábado, 9 de mayo 2020, 00:55
Ahora hay mucho tiempo que pasar en casa. Me consta que compañeros lo ocupan en revisar documentación antigua informativa, textos y fotos para el recuerdo. ... En televisión, sin partidos en directo, no han tenido más remedio que rellenar la programación con emisiones pasadas. TVE, a través de su canal Teledeporte, ha aprovechado para repetir encuentros históricos, finales, tanto de fútbol como de baloncesto o tenis. Da gusto volver a ver aquellas citas inolvidables y con proezas de los nuestros. El otro día en una de ellas, de la selección, Camacho envió el balón a Zubizarreta. Y mi hijo saltó: «¡Eh!, cesión al portero y el árbitro ni la señala...». Joven, que en aquella época eso valía, le replico. Al fútbol le ha costado mucho a lo largo de su existencia reciclarse e incorporar nuevas reglas. El reglamento de Pedro Escartín prácticamente era intocable. Pero apareció el gol de oro, tres cambios que ahora pueden ser hasta cinco y seis con la prórroga y, en especial, la incorporación de la tecnología. Primero la cámara en la línea de gol para evitar el 'fantasma' y luego el VAR, decisivo con la implantación del vídeo. Este último resultó un cambio radical, con paradas en el juego, sus detractores también, pero la mayoría ve al sistema digital como acierto que hace justicia.
Pues bien, echando un vistazo al inicio de los entrenamientos del Granada en la Ciudad Deportiva, uno nunca se hubiera imaginado protocolo sanitario tan complejo. Guantes, mascarillas y gel, zonas limitadas, pasillos, permanente renovación del material, de balones a camisetas o conos. Y ya en los partidos no digamos. Los Cármenes con tres áreas por colores, estricta entrada a los actores y personal indispensable. Televisión y punto. El presente es paciencia. ¿Cómo será el mañana? ¿Aforos con gradas reducidos a un tercio, a la mitad? Que Messi y compañía reduzcan el salario un 40% no importa, menos cobran cirujanos y científicos, y dan espectáculo pero también los del circo y están atrapados en un solar donde el Banco de Alimentos les cuida. Tan frágiles ingresos conducirán a los clubes –y al Granada– al ritual de la supervivencia.
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