El reto pendiente de Luis Suárez

Una de las cosas que más gustan a los aficionados de un fichaje es cuando este muestra una clara predisposición por llegar al equipo, desoyendo ofertas superiores en el aspecto económico. Con Luis Suárez pasó así en verano. Su deseo inaplazable era volver al Granada, donde había tenido, en su filial, la primera experiencia en España. En la ciudad conoció a su pareja y estableció unos lazos familiares que le inclinaban al regreso a esta tierra después de su lucimiento en Zaragoza, en Segunda. También, en lo deportivo, por la posibilidad de disputar la Europa League. Precisamente, formó parte de la expedición a Malmö, en la última previa antes de que los rojiblancos se metieran en la fase de grupos, cuando aún no se había hecho oficial su contratación.

El club apostó fuerte por él tras un intenso culebrón. Gino Pozzo, expropietario del Granada, cedió en su pretensión inicial de mantenerlo en el Watford para que ayudara a devolver a este equipo a la Premier League. Luego, buscó el mejor postor para Suárez, pero el punta ya tenía claro dónde quería jugar. El acuerdo entre conjuntos se estableció en seis millones por el 50% del pase, con un calendario de pagos para comprar más porcentajes hasta llegar a un total de 15 'kilos' por todos sus derechos.

Suárez cumplió su deseo de vestir la rojiblanca horizontal, pero le llevó un tiempo ponerse al ritmo de los demás. Su pretemporada fue atípica y encima sufrió la covid-19. Necesita estar a buen ritmo para explotar su enorme potencia. Se le veía ansioso, pero acabó con su sequía en Chipre. Salpicó esos meses con seis tantos más, hasta que se le paró el reloj tras visitar al Levante. Dos meses fuera de los terrenos hasta retornar en la eliminatoria con el Manchester United. Ahora quiere recuperar ese ariete que dos veteranos colegas de fatigas, Soldado y Jorge Molina, han sabido sostener durante este tiempo.

Diego Martínez maneja todas opciones en ataque. Para el entrenador siempre es especial volver a la capital andaluza para enfrentarse a un club en el que evolucionó como profesional y al que siempre se ha relacionado como futurible. No parece que eso pueda llegar a corto plazo porque Julen Lopetegui está acabando la campaña con buena nota. Consiguió la Europa League en el ejercicio anterior y ahora se codea con los candidatos a la Liga. Si gana, prácticamente aseguraría la presencia en la Liga de Campeones el próximo curso.

El Granada cuenta con otros exsevillistas en sus filas que pueden salir de inicio. Carlos Neva pasó por sus categorías inferiores, al igual que Víctor Díaz. El zurdo apunta a la titularidad y el capitán se postula si Foulquier descansa, aunque el francés anda fuerte. Max Gonalons sí vivió una etapa con el primer equipo hispalense, aunque no tuvo suerte con los problemas físicos. Eteki también se formó en la casa y aspirará a, al menos, participar durante la cita.

Es previsible que el Granada recupere el sistema 4-3-3, el mismo que usa el Sevilla, que imprimirá pocos cambios en su alineación, aunque tiene con molestias a Koundé. Su ausencia sería una buena noticia para los delanteros rojiblancos. Un bisonte, Luis Suárez, tiene ganas de embestir.