El Recreativo se hace el harakiri
El filial granadino cae ante un Sevilla Atlético que jugó con ocho durante casi veinte minutos
ANTONIO NAVARRO
GRANADA
Sábado, 23 de febrero 2019
Al igual que los antiguos samuráis, el Recreativo Granada se suicidó este sábado –deportivamente hablando– arrancándose las entrañas, aunque no queda muy claro si mantiene ... intacto su honor o, por el contrario, el castigo infligido contra el Sevilla Atlético puede catalogarse de humillación.
El caso es que al Recreativo no se le pudieron poner mejor las cosas cuando, a falta de veinte minutos para el final y con 1-1 en el marcador, el filial sevillista entró en un estado de histeria colectiva y el árbitro expulsó a tres de sus futbolistas. El previsible dominio local existió, pero siendo un partido de once contra ocho todo lo que le podía salir mal a los granadinos ocurrió: ni los atacantes tuvieron acierto ante la meta rival ni el trabajo defensivo se hizo bien, pues Garrido cometió un evitable penalti a falta de siete minutos para el cierre y fue expulsado, quedando el marcador a favor de los visitantes y dieciocho futbolistas sobre el campo (diez contra ocho) a falta de seis para que el marcador alcanzara el minuto noventa.
Antes de que todo se enredara, lo cierto es que sucedieron muy pocas cosas. La primera mitad fue bastante sosa para los aficionados que se dieron cita en la Ciudad Deportiva. Fueron 45 minutos muy disputados, con demasiadas discusiones entre jugadores y poco movimiento en las áreas. Nada especialmente reseñable. Sorprendía que los delanteros de ambos equipos estuvieran desaparecidos, pero en los minutos iniciales del segundo tiempo el sevillista Curro hizo acto de presencia al dibujar una genialidad que le sirvió a su equipo para adelantarse en el marcador. El 'diez' del conjunto hispalense controló un balón en la frontal del área ante la presión de dos defensores rivales y, cuando ambos le encimaron y el futbolista iba a perder el equilibrio, tocó el balón sutilmente y lo incrustó en la escuadra de Esteve. Un verdadero golazo. Pedro Morilla movió el banquillo y sacó del campo a Nacho Buil, al que apenas se le había visto en sesenta minutos, y dio entrada a Viedma. El mediocampista rojiblanco tardó solo tres minutos en darle un disgusto a su ex equipo al igualar la contienda con un certero cabezazo en el segundo palo tras un buen centro de Carlos Neva (1-1).
El partido volvía a su fase inicial aunque con ambas escuadras más activadas en ataque. Sin embargo, una inesperada y violenta jugada cambió para siempre el destino de unos y otros. El local Andrés García y el visitante Bryan tuvieron sus más y sus menos en la disputa de un balón junto al centro del campo y el jugador sevillista decidió tomarse la justicia por su mano y realizar una fea entrada por detrás sobre su oponente. La tarjeta roja directa no parecía tener mucha discusión, pero los jugadores del Sevilla Atlético enloquecieron y el colegiado solo pudo frenar su riada de protestas a base de tarjetas rojas. Una fue para Juanpe, que según el acta del encuentro le comentó al árbitro que era «horroroso» además de llamarlo «malo» en un tono muy poco cordial. Curro, capitán sevillista, lejos de poner paz le echó más leña al fuego y también protestó airadamente las decisiones del árbitro, que lo castigó con otra roja directa.
Todo pasó por Juancho
El Recreativo se quedaba con once y el Sevilla Atlético con ocho. El técnico local le dio entrada a dos delanteros como Adri Rivas y Rubén Sánchez, pero apenas se les vio. Todo el peligro estaba en las botas de Juancho. No obstante, algo sucedió en el área local que acabaría marcando el futuro. Mena fue derribado por Garrido, que vio su segunda amarilla. Amo transformó el penalti (m.84) y el Sevilla Atlético puso el autobús en su área. El Recreativo continuó atacando sin orden, pero aún así tanto Ontiveros como Juancho disfrutaron de buenas ocasiones para empatar. La primera la salvó Lucho con un paradón y la segunda la sacó bajo palos el defensa sevillista Amo.
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