Volver a esperanzar, un desafío mayúsculo en el Granada
La directiva del Granada se enfrenta a la tarea de resolver el déficit de confianza agravado que ha provocado en la afición
La ilusión entre los aficionados fluctúa por ese activo tan volátil que son los resultados en fútbol, pero el problema viene cuando el chasco se ... agrava al instalarse un déficit de confianza respecto a los dirigentes del club que aman por otras circunstancias. Se antoja complicado que el hincha le otorgue credibilidad a quienes han protagonizado un desastre sin paliativos como el descenso del Granada. Volver a esperanzar a la hinchada se convierte en un desafío mayúsculo para la propiedad y la cúpula de mando de los rojiblancos, todos ratificados.
Han pasado varios días desde que se consumara la caída a Segunda, con aquella carta de la presidenta Sophia Yang, y casi una semana del bochorno del partido en Girona, en cuya antesala se anunció que José Ramón Sandoval no seguiría en el cargo. Desde entonces se supone que se abrió un periodo de estudio para elegir al nuevo técnico, sin que se haya proyectado aún la autocrítica necesaria en una comparecencia pública que, según se comentó, iba a estudiar la propia mandataria de la entidad.
Yang todavía no ha salido a la palestra, seguramente porque aún no hay un preparador designado de manera oficial, pero parece claro que su tercera comparecencia de estas características será la más complicada de todas. En la primera, puso un rápido parche tras el anterior descenso, escoltada por los entonces flamantes director general y director deportivo, Alfredo García Amado y Nico Rodríguez, respectivamente. Año y medio después, volvió a intervenir en la presentación de Matteo Tognozzi, en la que de nuevo tuvo que asumir los errores cometidos con intención de subsanarlos, algo que no llegó ni mucho menos. Ahora tendrá que renovar su discurso, porque pocos argumentos de defensa tiene su gestión y la de sus subordinados. Les conviene arrojar novedades cuanto antes para que el granadinismo resetee y piense en clave de la temporada 24/25.
Para una empresa nunca será malo que haya un control económico minucioso. Sin embargo, el fútbol tiene sus particularidades. Requiere de una sensibilidad especial para identificar las capacidades de los jugadores en la formación de un equipo, no siempre reflejadas en las estadísticas; e implica entender el pulso de su masa social, que necesita franqueza e implicación. De ahí la importancia de responsabilizar a cada uno y delegar. Afrontar medidas convencionales no garantiza el éxito, pero la osadía siempre se pone en tela de juicio cuando viene de quienes patinaron. Granada necesita motivarse y puede que ocurra con una medida intrépida, como traer a un entrenador etiquetado como novato. Lo importante, experimentado o no, es que irradie ilusión y que todos se alineen por el bien común, sin intromisiones. Lo demás lo establece el juicio del marcador.
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