Opinión Granada CF
Hallar a cuatro peores en estas circunstanciasLa plazoleta ·
Mucho tiene que cambiar la cosa para pensar en algo más que la lucha por la salvación, el fruto de tantos desatinos en la gestiónMe considero un tipo optimista en mis reflexiones, de los que suelen ver el vaso medio lleno, pero he de confesar que mi preocupación es ... máxima respecto al Granada, al margen del cierre del mercado. Hacía tiempo que no observaba un equipo tan inconsistente desde bien temprano, sobre todo en una categoría en la que tendría que conservar la condición de 'gallito'. Si está provisto de talento diferencial, las circunstancias lo están tapando porque su despliegue es paupérrimo. De momento, los jóvenes parecen bastante verdes, los más experimentados asoman con un aparente 'viejazo' y en general no se aprecia un armazón táctico que al menos les proteja, más allá de momentos de brío como el acontecido con el Mirandés tras la expulsión y el 0-1.
Le conviene recalcar al club –si es que alguien se expresa en nombre de la entidad– y al propio entrenador que toca luchar por la salvación sin más. Hallar cuatro equipos peores, al menos por ahora, aunque en Segunda división se hayan visto metamorfosis inesperadas. Mucho tiene que evolucionar esta plantilla y muchísimo se ha de conjuntar para quitarse el estigma de conjunto de saldo de estas tres primeras jornadas.
Este Granada es la herencia de tantos desatinos en la gestión de sus dirigentes. De aquella oportunidad perdida de volver a asentarse en Primera tras el anterior descenso. Todo se hizo tarde, hubo más rumores de venta que de fichajes –los cuales no funcionaron– y las complicaciones arreciaron a raíz de la 'fuga' de Samu, primer pecado de una campaña denigrante, con la eliminación copera en los despachos incluida.
El fracaso del pasado curso, de la intentona de volver a la élite, tuvo una derivada en la devaluación de la plantilla en lo individual. Sin ayuda económica, con sueldos altos y poco retorno en ventas, la planificación de este verano se abocaba a la genialidad de la actual comisión, sin director deportivo como tal. No parece el caso.
Las ventas se atascaron, los riesgos se multiplicaron con apuestas de niveles inferiores y las teóricas certezas aún han de consolidarse. Todo derivó en este último día, con Sola y Gagnidze, que no soluciona todas las carencias apreciadas.
El Granada de Diego nació en la precariedad, pero lo hizo con un sentido. Viejos conocidos del técnico, una base implicada y un fútbol en el que la seguridad prevaleció por encima de todo. Ahora, el equipo no es ni carne ni pescado. Es insípido.
Nada me alegraría más que equivocarme en estos augurios y que la máquina se engrase con Pacheta y dé tardes de gloria. Por si acaso, dejemos la épica para otra fase y pensemos en la mera supervivencia por el bien común. La cruda realidad actual es difícil de soportar.
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