Un Granada necesitado de reanimación
La entidad, tras otro verano con la opción del cambio de propiedad, arroja dudas en lo deportivo y a su vez en lo social, pese al récord de abonados
Alguien tiene que buscar soluciones en el Granada antes de que sea demasiado tarde. Hay asuntos que reclaman la atención, no solo lo deportivo, que ... ya genera dudas. El clima social es insostenible cuando paradójicamente se ha batido el récord de abonados. La eliminación de la grada de animación sin tener una alternativa de similares características ha suscitado un efecto perverso. Algunos de sus antiguos miembros, dispersados entre el resto de asistentes, expresan menos apoyo al equipo que antes en el campo, pero sí se coordinan para pedir la dimisión de la directiva voz en grito, que encuentra refrendo en otros sectores.
Todos los cánticos positivos hacia los futbolistas surgen de manera espontánea, sobre todo en arreones de ataque, con momentos de cierta quietud entre el público, como de espectadores en el teatro, en contraste con la acción de los aficionados visitantes, que se centran en dar todo el calor a los suyos. Si con el Deportivo la hinchada blanquiazul generó un ambientazo desde su esquina, el encuentro cercano con el Málaga, el viernes 20, hace presagiar otra exhibición de los vecinos. A veces, ser menos es ser más si se va a una.
La relación entre quienes formaban el sector de animación y la dirección del club está muy erosionada, pero sería necesario que hubiera paz por el bien común. Está claro que los que mandan se han ganado un reproche generalizado por lo que ocurrió la pasada temporada, pero no todo se puede justificar por el hecho de ser los que más alientan ni debería haber barra libre para insultar o amedrentar, práctica que llevaron a cabo algunos de los que suelen ir de negro. Nada tiene que ver esto con la libertad de expresión para quejarse de lo que estimen. El hooliganismo de los 90 ya caducó y sería conveniente algo más de civismo y menos politización. Si se aceptan estos mínimos, todo debería de ser resoluble en este conflicto. La del Valencia es un buen ejemplo de hinchada que abronca a su propiedad, pero que cierra filas en torno a su escuadra.
Nada incorregible
Nada de lo que le pasa a los nazaríes será incorregible si se abordan las cuestiones a tiempo, pero para ello en el club han de tomar conciencia de ello y plantear soluciones, aunque sea por mero ensayo y error. Venían los nazaríes de una inercia depresiva del curso pasado y este verano no ha sido posible la catarsis. Sobre la entidad ha planeado la intentona de compra por parte de empresarios granadinos, pero todo se enrocó cuando el exconsejero Xiaohua Li, con hilo directo con quienes gobiernan el conglomerado chino que domina el Granada, no quiso aceptar el principio de acuerdo alcanzado por los dirigentes en España, incluida en este la presidenta Sophia Yang. La intervención judicial provisional de una sociedad matriz del club le ha añadido complejidad al asunto. Aunque el grupo de Ignacio Salcedo aún mantiene conversaciones con todas las partes y busca tender puentes en la 'guerra civil' china, no parece sencillo el entendimiento.
Este es un asunto vivo, pero en un marco discreto, que ahora no puede desviar la atención de que la pelota entre, aunque en la Segunda división todo sea posible, incluso pasar de villano a héroe. Hace un año, tras la jornada cuatro, el descenso lo ocupaban Huesca, Valladolid, Eibar y Real Oviedo. Los oscenses se salvaron, los pucelanos subieron directos a Primera (con su técnico en entredicho todo el ejercicio) y los dos últimos disputaron el 'play off' de ascenso, cayendo los ovetenses en el último cruce ante el Espanyol, que era gran favorito de la pasada campaña, pero que llegó a tener hasta tres entrenadores y al final subió con el que estaba en su filial.
Relevar a Abascal sería un contratiempo para la dirección deportiva, la asunción del exceso de riesgo en una medida concreta tomada con libertad por Matteo Tognozzi. Una decisión más convencional, un preparador con bagaje en la categoría, le habría dejado balas en la recámara, pero lo heterodoxo le compromete más.
En Elche será el momento de ver si la esperanza en el proyecto renace o si se desata la alarma. Ganar es lo que más oxigena la atmósfera. Reanima.
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