Un pulso que se alarga en la portería del Granada

La puerta cerrada esta semana impide comprobar cómo evoluciona la puesta a punto de varios efectivos, aunque tampoco es que dé mucho tiempo en los 20 minutos protocolarios que concede el técnico catalán para que la prensa observe, ceñidos a rondos y calentamiento. En la privacidad, se va gestando la conjura tras el varapalo en Vallecas y, sobre todo, se cocinan algunas decisiones que se reflejarán en el cercano derbi andaluz. Uno de los grandes debate sigue siendo el de la portería.

El Granada ha afrontado una austera política en cuanto a traspasos, con cinco futbolistas adquiridos como agentes libres y uno cedido, pero puso toda la carne en el asador por Luís Maximiano, el cancerbero portugués de 22 años. El luso, por el que la entidad pagó 4,5 millones fijos y firmó hasta 2025, entró en su primera convocatoria en el segundo partido de Liga, frente al Valencia, pero vio las evoluciones desde el banquillo. Aarón, de 25 años, mantuvo el puesto tras su brillante actuación en Villarreal. Con el conjunto che también dio la talla y solo encajó un gol de penalti, obra de Carlos Soler.

Planeó la duda de si Robert Moreno variaría de arquero en Vallecas, pero finalmente insistió en el valenciano, que tiene contrato hasta 2023. La debacle del equipo, de la que prácticamente ningún jugador salió ileso, quizás haga meditar al entrenador respecto a su planteamiento, pero también sobre los integrantes de su alineación.

El asunto de la portería estará presente durante todos estos días y no quedará resuelto hasta el mismo día en el que se celebra el duelo con los verdiblancos. Un contrincante que, encima, visitará el estadio del barrio del Zaidín con el antiguo vigilante de los palos rojiblancos, Rui Silva. El compatriota de Maximiano se ha hecho con la titularidad en el cuadro del Villamarín. Aunque se discutieron sus primeras actuaciones, su gran papel frente al Real Madrid, a pesar de la derrota de los suyos, ha disipado cualquier duda que se hubiera despertado por la suplencia del chileno Claudio Bravo.

En el día a día, Aarón y Maximiano trabajan juntos, apoyados por Joao Costa, que al final se queda en la entidad aunque en principio sin visos de subir al primer equipo debido a que, por edad, ya no podría retornar al filial, si bien tampoco va a defender la meta del Recreativo. La relación entre los tipos con guantes es buena, de competencia sana. Ahora es Robert Moreno quien tiene que evaluar los pros y contras de elegir a cada uno de ellos. Aarón no tuvo su mejor día con el Rayo, pero hasta ahora había obtenido buena nota en los encuentros. Maximiano es un melón sin abrir para el entorno aún, aunque en las sesiones de trabajo habrá ya muestra suficiente respecto a su destreza.

No hay barrera idiomática, pues el portugués se ha soltado en español en tiempo récord. Sí será importante el entendimiento con sus defensas, fundamental en la salida de atrás y en el balón parado defensivo. Todo esto está pasando en la Ciudad Deportiva, aunque no se pueda ver.