La propiedad estadounidense del Mallorca: 100 millones entre tres categorías
Los isleños cayeron a Segunda B en 2017 pero volvieron a Primera con dos ascensos consecutivos
El músculo estadounidense tras el Mallorca aterrizó en Palma en enero de 2016, cuando un grupo liderado por el propietario de los Phoenix Suns de ... la NBA, Robert Sarver, suscribió la práctica totalidad de una ampliación de capital por una cuantía de 20,62 millones de euros. Con los años, la inversión terminó elevándose hasta los cerca de 100 actuales, basados en un incremento en la partida de ingresos del 680% respecto a la heredada. Al lado de Sarver, y como parte de la compañía Liga ACQ Lagacy Partners LLC, el mito baloncestístico Steve Nash (consejero hasta 2020) o Andy Kohlberg (actual presidente). Los bermellones militaban entonces en Segunda división y al año siguiente cayeron a Segunda B. Sin embargo, lograron dos ascensos consecutivos hasta Primera y les bastó una sola temporada en la categoría de plata para reponerse de un tropiezo posterior para atravesar a día de hoy un ciclo próspero en la élite que están aprovechando para revolucionar sus infraestructuras.
Sarver, que vendió sus acciones a Kohlberg (actual poseedor del 77% del total) el verano pasado tras verse incluso sancionado por la NBA debido a una serie de presuntas conductas reprobables, redujo drásticamente la deuda del Mallorca (de hasta 27 millones de euros) durante sus siete años al frente del mismo y el club balear posee actualmente un límite salarial de 60 'kilos', el decimotercero actual en Primera. Con Maheta Molango como CEO y Javier Recio como director deportivo de 2016 a 2020, tras aquel descenso a Segunda ocuparon sus puestos Alfonso Díaz desde la dirección financiera y Pablo Ortells, hasta entonces director de fútbol del Villarreal, respectivamente, y aún siguen al frente de la gestión de la entidad.
El Mallorca, que esta temporada presume de un récord de 20.500 abonados (28% más que en la pasada y el triple que hace cinco años), culminó recientemente una transformación integral del estadio de Son Moix a lo largo de 20 meses de obras y con un presupuesto de 30 millones de euros sustentado por los fondos CVC y del Plan Impulso de LaLiga que, entre otros ejes, se centró en la eliminación de su histórica pista de atletismo para acercar la afición al césped de 45 metros a solo siete y medio. También acometió trabajos en su Ciudad Deportiva, que acaba de ofrecer como subsede para el Mundial de 2030, en la que ahora pretende una academia para jugadores.
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