Prieto Iglesias sugirió a Gil Manzano que «sopesara la intensidad» en el penalti a Maouassa

«Para mí no hay intensidad, ¿vale? Eso es forcejeo como tal. Y luego, abajo prácticamente no hay nada, ¿vale? Voy a reanudar con un bote neutral», decidió Gil Manzano posteriormente al concluir que si Maouassa no impactó al balón en su golpeo no fue por la carga de Pubill sobre su cintura, insuficiente como para derribarle a su juicio. «Perfecto. Balón a tierra para el portero; recibido», le respondió Prieto Iglesias desde la sala VOR.

En sala de prensa, Alexander Medina se preguntó «qué habría pasado» si la falta se hubiese producido «a mitad de campo». «Me voy a guardar las palabras porque creo que es la quinta vez en seis partidos que el VAR entra en juego en nuestra contra: Betis, Atlético de Madrid, Las Palmas y en este, y contra el Barcelona debió entrar en dos o tres situaciones como en los dos planchazos y en la falta a Callejón en el tercer gol. Los resultados habrían sido diferentes, pero no me quiero explayar más», se quejó el uruguayo, que, preguntado luego por la protesta de su homólogo en el Almería, Gaizka Garitano, por el que tampoco se señaló sobre Pozo luego, reflejó que no quería «entrar en más polémicas porque ya está siendo recurrente».

Esta controvertida intervención del VAR sobre el arbitraje a pie de campo sigue a la que conllevó la expulsión de Kamil Piatkowski frente a Las Palmas en el partido previo en Los Cármenes dos jornadas atrás. Entonces, Pizarro Gómez recomendó a Busquets Ferrer dos tomas distintas para que valorase «un posible cambio de decisión» al apreciar una acción de DOGSO, que implica por sus siglas en inglés la negación de una evidente oportunidad de gol.

Mientras el árbitro de campo visualizaba las imágenes, Pizarro Gómez, que posee en su historial precedentes polémicos con el Granada, le indicó en referencia a Martin Hongla y Carlos Neva que «los dos defensores del Granada no hubieran llegado» a impedir que Munir se plantase solo ante Augusto Batalla. «Vale, lo tengo claro. Mi decisión es que le retiro la amarilla y le voy a meter tarjeta roja», certificó Busquets Ferrer. «Perfecto», le respondió su interlocutor.

«Son decisiones que nos perjudicaron y que cuestan puntos en partidos parejos que una línea decanta para un lado u otro. Aun así, lo que yo pueda decir vale muy poco», lamentó 'Cacique' Medina en comparecencias anteriores. También enfadaron al granadinismo las posiciones al límite de Sergi Cardona en el centro a Pejiño para el empate de Las Palmas y de Álvaro Morata en el gol del Atlético (cuando también hubo una mano de Giménez en su área que no se señaló como penalti), ambas acciones en Los Cármenes, o de Matías Arezo en el tanto que sí fue anulado a los rojiblancos en el Benito Villamarín y que habría valido un punto contra el Betis.

En cualquier caso, y a pesar de otros precedentes polémicos con el arbitraje como el penalti de Raúl Torrente en Mestalla, el Granada solo tendría un punto más y seguiría penúltimo clasificado sin los errores del videoarbitraje estimados por el portal aficionado 'Archivo VAR' al incluir también aquellos que le habrían beneficiado.