La artillería pesada se calibra en El Molinón
El Granada recupera a Uzuni y Weissman para intentar ganar a un Sporting diezmado y abrir brecha respecto al tercer clasificado
Al Granada le evoca un grato recuerdo volverse a cruzar con el Sporting, frente al que firmó su actuación más contundente de la temporada. Entonces, ... venía el equipo de dos empates sin goles seguidos con Aitor Karanka cuando aterrizó en Los Cármenes el cuadro gijonés. Los de rayas horizontales se dieron un atracón. Le metieron un 5-0 a unos asturianos que, en aquel momento, aún dirigía Abelardo Fernández, con el objetivo marcado desde los despachos de disputar el 'play off'. El tiempo ha pasado y ambos conjuntos han cambiado de técnicos. Mientras los nazaríes están en la zona que les corresponde por presupuesto, los asturianos languidecen y se preocupan por no caer en la quema de cuatro equipos que bajan de categoría. Una decepción.
El Granada encauza diez partidos sin perder y el Sporting ejercerá de anfitrión con un carro lleno de bajas. Los de Paco López calibrarán su artillería pesada en El Molinón, al recuperar al pichichi Uzuni y a su pareja habitual Shon Weissman, contra un rival que presentará una zaga improvisada, en general muy diezmado en todas sus líneas. Sobre el papel, unas circunstancias benignas para los visitantes, pero bajo el filtro de Segunda división, sobre todo en este último tramo del campeonato, un contexto peligroso. El contrincante no está dispuesto a inclinar la rodilla por puro orgullo, menos ante su público.
Es indudable que Miguel Ángel Ramírez tendrá que plantear una alineación inusual, pero también que los suyos vienen de dar la talla en el Gran Canaria, salvando un empate con la UD Las Palmas. No solo se defendieron en inferioridad numérica durante muchos minutos, sino que pudieron convertir en triunfo su esfuerzo en el tramo definitivo. Es el Sporting una de esas escuadras, como sucede con sus paisanos del Oviedo, que se ha visto en el penúltimo vagón de la clasificación debido a diversas crisis, pero que estaba diseñado para no pasar tantos problemas. Su mandatario, Alejandro Irarragorri, puso el foco en disputar la promoción de ascenso como poco, pero el mexicano ya está aprendiendo –por la cuenta que le trae– que el fútbol español es complicado y que LaLiga SmartBank resulta imprevisible.
En la orilla granadina todo está mucho más calmado. Con la vuelta de su dupla ofensiva, Paco López se ahorrará la jaqueca de perfilar otra vanguardia. Lo normal es que conserve efectivos en la mayoría de demarcaciones, aunque es probable que Bodiger ceda su sitio a Meseguer. Si fuera así, sería la primera vez que se juntarían de inicio un trío de perfil creativo, con el murciano, Pol Lozano y Óscar Melendo.
El murciano causó una gran impresión en sus minutos ante el cuadro ovetense, dominante en la medular, con temple para gestionar el balón y buscar socios. Necesita el Granada otro ejercicio de paciencia porque se encontrará una retaguardia enemiga con cierta bisoñez, pero muy nutrida.
Se ha presentado una ocasión perfecta para que los nazaríes abran brecha en la clasificación. El Levante empató el viernes y si los rojiblancos ganan, su colchón respecto a los granotas será de cuatro puntos. Aunque tendrán que esperar también al papel de Alavés o Las Palmas, sin duda sería un paso de gigante a estas alturas de la contienda.
Gijón no es buen lugar para celebraciones del Granada. La única victoria del equipo allí data de 1959, el año en el que disputó la Copa del Generalísimo. El contexto es propicio, pero a los de Paco López les conviene extremar la atención. Si se imponen, serán líderes hasta que se crucen con el Eibar.
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