Muchas preguntas aún sin respuesta

Algunas cartas están sobre la mesa. Se sabe que el técnico no ha tomado una decisión definitiva y que la dirección del club piensa que podrá contentar sus expectativas, conservando el optimismo. La duda es si estas peticiones se relacionan con las personas que formen parte del organigrama, incluso en el escalón teóricamente superior (lo que cambiaría su rol hacia el perfil de mánager inglés), o bien implica a ciertos futbolistas. Tan descabellado parecería que desautorizara a Fran Sánchez, con el que ha mantenido una visible gran relación en estos meses, como osado sonaría que insistiera en que siga un jugador tan cotizado como Yangel Herrera, al menos por el precio acordado en su opción de compra, que es de 20 millones. El Granada no puede llegar a ese nivel de inversión, lo acepte o no al entrenador. Si alarga su estancia, Diego Martínez y el área de captación tendrán que reinventarse de nuevo. No significa que no haya apuesta, pero sí en la medida de las posibilidades reales en lo económico, que serán menores en principio a las de esta temporada. Obligará a rebajar cualquier euforia en la afición.

Más allá de lo que pase en el Barça y el Madrid, hay pocos banquillos vacíos en la Primera española. El del Valencia parece llevar el nombre de Bordalás. Sería mala señal para el Granada que el que este deja, el del Getafe, atraiga más a Diego Martínez. Muy inestable estaría viendo el proyecto de los rojiblancos. Otra cosa es que la tentación llegue del extranjero.

La consejera Patricia Rodríguez garantiza que hablará pronto, cuando pase la vorágine. Tiene mucho que explicar. Como entidad, qué pasa con la ampliación de la Ciudad Deportiva y con la concesión del estadio, que implicaría obras futuras. En lo deportivo, convencer a Diego Martínez de la idoneidad de seguir. Si no es así, tratar de explicar el porqué del rechazo. Eso llevaría a un escenario de búsqueda en un mercado muy particular, en el que nunca se sabe si es mejor la experiencia o las ganas. Pero en la lista del Granada el nombre que aparece el primero es el mismo de siempre: el del actual. Da vértigo pensar en el equipo sin él. También él puede sufrir el frío lejos de este hogar. Es la gran pregunta, sin respuesta: ¿qué hará al final?